La ONU aboga por luchar con denuedo contra la trata de personas

Una migrante etíope que fue víctima de trata se recupera en un centro seguro en Yemen. Solo en el período 2020-2023 unas 200 000 personas, menores de edad un tercio de ellas, fueron víctimas de trata con fines de explotación sexual, laboral o para forzarlas a delinquir, según registros de las Naciones Unidas, aunque la cifra real debió ser mucho mayor. Imagen: Rami Ibrahim / OIM

GINEBRA – La trata de personas se mantiene como una amenaza global impulsada por el crimen organizado, contra la cual se debe luchar a la vez que se protege a las víctimas, señalaron la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd).

Amy Pope, directora general de la OIM, sostuvo que “la trata de personas es una crisis de derechos humanos, pero es mucho más que eso: es un negocio mundial masivo que fomenta la corrupción, provoca temor y afecta a los más vulnerables”.

Entre 2020 y 2023, más de 200 000 personas sufrieron ese abuso, aunque se estima que el número de casos no denunciado es significativamente mayor que la cifra documentada, indicaron la OIM y la Onudd en sus reportes con motivo del Día Mundial contra la Trata, este 30 miércoles de julio.

Las víctimas de trata aumentan cada año, y también cada año recorren mayores distancias, afrontan más violencia durante períodos más largos y producen mayores ganancias para los traficantes, que las explotan y las obligan a participar en actividades delictivas como estafas en línea, fraudes o narcotráfico.

La crisis se agrava con rapidez, sobre todo en regiones como el sureste asiático, donde se estima que cientos de miles de personas son retenidas en complejos tras haber sido engañadas.

Las víctimas sufren aislamiento, abuso y privación de su voluntad.

Las redes delictivas organizadas impulsan esa explotación utilizando los flujos migratorios, las cadenas de suministro globales, las lagunas legales y económicas, y las plataformas digitales, para facilitar la trata transfronteriza a gran escala.

La OIM advirtió de que los conflictos, los desastres y la pobreza siguen creando condiciones favorables para la explotación, aumentando los riesgos para millones de personas que ya están en situación de vulnerabilidad.

La Onudd destacó que los traficantes se benefician del trabajo forzoso, la explotación sexual y la coerción para que sus víctimas participen en actividades delictivas, como estafas en línea y tráfico de drogas.

Las investigaciones sobre trata indican que una de cada tres víctimas es menor de edad, y que 78 % de ellas es reclutada para trabajo forzoso o explotación sexual.

En este sentido, la OIM añadió que los grupos criminales organizados obligan a las personas en situación de vulnerabilidad como migrantes, menores y jóvenes, a cometer delitos por medio de manipulación, amenazas y violencia.

A menudo, las víctimas son reclutadas por medio de falsas promesas de empleo y obligadas a cometer delitos en condiciones similares a la esclavitud moderna.

Aún tras escapar o haber sido rescatadas, muchas de las víctimas siguen enfrentando registros delictivos, estigma social y sistemas en los que son tratadas más como delincuentes que como sobrevivientes.

El trauma dura mucho tiempo después que la explotación ha llegado a su fin, subrayó la OIM, y precisó que esa forma de trata genera a los traficantes unos 40 000 millones de dólares al año.

Los tratantes “obtienen utilidades no solamente por los delitos cometidos bajo coerción, sino también por los sistemas de justicia que criminalizan a las víctimas, permitiendo de tal modo la impunidad”, indicó el reporte de la OIM.

“Cuando los sobrevivientes son procesados se les niega apoyo esencial, en tanto que los autores siguen estando bajo protección por las fallas sistémicas y la inacción”, denunció la agencia.

La OIM enfatizó que el reconocimiento de los sobrevivientes de ese delito como víctimas, y no como delincuentes, es una obligación moral y una necesidad estratégica para desmantelar las redes de trata.

“Los gobiernos deben defender el principio de no punibilidad y garantizar que los Mecanismos Nacionales de Derivación no sean meros procesos burocráticos sino cuerdas salvavidas que brinden protección, asistencia legal y apoyo de reintegración”, puntualizó el reporte.

La Onudd sostuvo que las respuestas de la justicia penal son insuficientes para abordar el delito en rápida evolución.

“Para acabar con la trata de personas, las fuerzas del orden deben aplicar leyes estrictas, realizar investigaciones proactivas, fortalecer la cooperación transfronteriza, combatir las finanzas delictivas y aprovechar la tecnología para identificar y desmantelar las redes de trata”, indicó la entidad.

El enfoque debe centrarse en las víctimas, pues “hasta que no protejamos a las personas explotadas en lugar de castigarlas, no avanzaremos en la lucha contra la trata de personas”, concluyó Pope.

A-E/HM

 

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