El VIH/sida puede enfermar a otros seis millones de personas

Una madre y su hijo de nueve años, ambos VIH positivos, son atendidos en una clínica de Mubende, en Uganda. África al sur del Sahara es la región más castigada por el sida y por ello la más necesitada de los programas de prevención y tratamiento que se ven reducidos con los recortes de la cooperación internacional. Imagen: Karin Schermbrucke / Unicef

GINEBRA – La crisis de financiamiento internacional amenaza décadas de programas de respuesta al VIH/sida en el mundo y puede provocar hasta seis millones de infecciones y cuatro millones de muertes adicionales entre 2025 y 2029, advirtió un reporte de Onusida divulgado este jueves 10.

Para Winnie Byanyima, directora ejecutiva del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida), lo que se observa en el campo de la prevención y tratamiento de la epidemia “no es solo un déficit de financiación, es una bomba de relojería”.

“Hemos visto desaparecer servicios de la noche a la mañana. El personal sanitario ha sido enviado a casa. Y las personas, especialmente los niños y las poblaciones clave, están siendo expulsadas de la atención médica”, expresó Byanyima.

La crisis de financiamiento “amenaza con desmantelar décadas de progreso a menos que los países puedan hacer cambios radicales en la programación y financiamiento del VIH”, indicó el reporte divulgado desde esta ciudad suiza.

“Hemos visto desaparecer servicios de la noche a la mañana. El personal sanitario ha sido enviado a casa. Y las personas, especialmente los niños y las poblaciones clave, están siendo expulsadas de la atención médica. No es solo un déficit de financiación, es una bomba de relojería”: Winnie Byanyima.

Según datos de Onusida, incluso antes de las interrupciones a gran escala de los servicios, 9,2 millones de personas portadoras del VIH todavía no tenían acceso a servicios de tratamiento que les salvarían la vida el año pasado.

Entre ellos había 620 000 niños menores de 14 años, lo que contribuyó a 75 000 muertes relacionadas con el sida entre niños en 2024.

En total, el año pasado 630 000 personas murieron por causas relacionadas con el sida, 61 % de ellas en África subsahariana, y más de 210 000 adolescentes y mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años contrajeron el VIH, un promedio de 570 nuevas infecciones cada día.

Onusida estima que en 2024, con 1,3 millones de nuevos infectados, al menos 40,8 millones de personas vivían con VIH/sida.

Tres cuartas partes de los pacientes recibían terapia antirretroviral y tenían así supresión de la carga viral, lo que se considera un enorme logro de salud pública.

Pero el documento de Onusida alerta de que los servicios de prevención comunitarios, vitales para llegar a las poblaciones marginadas, se están quedando sin fondos a un ritmo alarmante.

Según una encuesta en manos de la entidad, a principios de 2025 más de 60 % de las organizaciones de VIH dirigidas por mujeres habían perdido financiamiento o se vieron obligadas a suspender sus servicios.

En 2024, el Plan de Emergencia de Estados Unidos para el alivio del sida llegó a 2,3 millones de adolescentes y mujeres jóvenes con servicios integrales de prevención del VIH y permitió que 2,5 millones de personas utilizaran el medicamento preventivo PrEP contra el virus de inmunodeficiencia humana.

Muchos de esos programas ya se han suspendido por completo, según Onusida.

El gobierno que inició el presidente estadounidense Donald Trump el 20 de enero cortó el financiamiento a miles de programas de ayuda que manejaba su Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).

Por otra parte, el aumento de leyes punitivas que criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo, la identidad de género y el consumo de drogas está amplificando la crisis, haciendo que los servicios de VIH sean inaccesibles.

Países como Uganda, Malí y Trinidad y Tobago han incrementado recientemente las penas legales, alejando aún más a las poblaciones clave de atención, y aumentando gravemente su riesgo de contraer VIH.

En medio del sombrío panorama, el informe de Onusida da cuenta de algunos ejemplos de resiliencia, en los que los países y las comunidades actúan para proteger los avances logrados e impulsar la respuesta al VIH.

Así, unos 25 de los 60 países de ingresos bajos y medianos incluidos en el informe han aumentado sus presupuestos nacionales de respuesta al VIH para 2026.

El aumento colectivo estimado entre esos 25 países asciende a ocho por ciento obre los niveles actuales, lo que se traduce en aproximadamente 180 millones de dólares en recursos nacionales adicionales.

Es una cantidad prometedora, pero no suficiente para reemplazar la escala del financiamiento internacional en países afectados, acotó Onusida.

La entidad también destacó la aparición de nuevas herramientas de prevención altamente efectivas y sin precedentes, como la PrEP inyectable de acción prolongada, que ha demostrado una eficacia casi completa en ensayos clínicos, aunque la asequibilidad y el acceso siguen siendo un reto.

Onusida reiteró su pedido a la comunidad internacional para superar la brecha financiera, apoyar a los países en los servicios de prevención y tratamiento del VIH, eliminar las barreras legales y sociales, y empoderar a las comunidades para que lideren el camino a seguir.

“Todavía hay tiempo para transformar esta crisis en una oportunidad. Juntos, aún podemos acabar con el sida como amenaza para la salud pública para 2030, si actuamos con urgencia, unidad y un compromiso inquebrantable”, concluyó Byanyima.

A-E/HM

 

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