NIZA, Francia – En el marco de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (Unoc3) se está poniendo en marcha una iniciativa pionera para revolucionar la observación oceánica mundial, destinada a reclutar 10 000 buques comerciales para recopilar y transmitir datos vitales sobre los mares y el clima para 2035.
Conocido como «10 000 barcos para el océano», el ambicioso programa pretende ampliar considerablemente el Sistema Mundial de Observación de los Océanos (Goos, en inglés) mediante la colaboración con la industria marítima para instalar sensores automatizados de última generación a bordo de los buques que surcan las aguas del planeta.
«Los barcos llevan siglos observando los océanos, pero hoy en día estamos ampliando esta labor con un propósito y una urgencia mayores», dijo Joanna Post, directora del Sistema Mundial de Observación de los Océanos de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la Unesco.
En un encuentro con periodistas en el marco de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (Unoc3), que se celebra entre el lunes 9 y el viernes 13 en la costera ciudad francesa de Niza, Post explicó que «lo que queremos hacer ahora es crear un modelo beneficioso tanto para la industria naviera como para el planeta».
El objetivo, añadió, es «proporcionar datos útiles para la previsión y la resiliencia, al tiempo que ayudamos a optimizar las rutas marítimas y a reducir los riesgos».
La iniciativa, respaldada por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Francia y los principales actores del sector marítimo, llega en un momento crucial, en el que los desastres provocados por el clima causan cada vez más estragos en las comunidades costeras vulnerables.
Las observaciones de la superficie del océano, que abarcan desde la temperatura hasta la salinidad y las condiciones atmosféricas, son fundamentales para las previsiones meteorológicas, los sistemas de alerta temprana, los modelos climáticos y la seguridad marítima.
Una infraestructura crítica para la humanidad
«Las observaciones oceánicas no son solo una labor científica. Son una infraestructura fundamental para la sociedad», afirmó Post.
Añadió que «necesitamos estos datos para comprender el cambio climático, predecir fenómenos meteorológicos extremos y responder a las catástrofes. Sin embargo, el océano sigue estando muy poco observado».
En la actualidad, solo alrededor de 1000 buques recopilan y comparten datos de forma regular con redes científicas.
La nueva iniciativa tiene como objetivo multiplicar por 10 esta cifra, movilizando 10 000 buques para proporcionar datos oceánicos casi en tiempo real que puedan utilizarse para impulsar la iniciativa «Alertas tempranas para todos» de las Naciones Unidas.
Se pretende así apoyar la Vigilancia Mundial de los Gases de Efecto Invernadero y promover los objetivos de la Década de los Océanos de las Naciones Unidas.
Mathieu Belbóch, director de OceanOPS, gestionado conjuntamente por la OMM y la COI, describió el sistema como una «compleja infraestructura de sistemas» compuesta por unos 10 000 elementos, entre los que se incluyen satélites, boyas y buques.
«Si se quiere hacer cualquier predicción, se necesita observación», afirmó. «Los buques comerciales son el eslabón perdido que nos ayuda a construir una imagen más completa de lo que está sucediendo en el mar», añadió.
Belbóch destacó que, aunque más de un siglo de observación marítima proporciona una base sólida, siguen existiendo grandes lagunas en los datos. «Esta iniciativa consiste en aprovechar los buques que ya están en el mar. El océano es nuestro punto ciego y, sin embargo, es lo que impulsa nuestro clima», explicó.
Una iniciativa empresarial inteligente
La campaña invita a las empresas navieras a unirse voluntariamente al programa instalando a bordo equipos de observación automatizados y estandarizados.
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«Es una iniciativa empresarial inteligente», afirmó Post, «porque, además de servir al bien común, ayuda al sector a reducir los costes de combustible, aumentar la seguridad y cumplir los objetivos de sostenibilidad».
A una pregunta de IPS sobre cómo pueden participar en la iniciativa los países del Sur en desarrollo con flotas mercantes limitadas, Post explicó: «Aquí es donde la colaboración se vuelve crucial».
«Aunque los países no tengan grandes flotas comerciales, pueden beneficiarse de los datos y participar a través de la ciencia, las políticas o albergando centros de datos. La inclusividad es clave para que este sea un sistema verdaderamente global», detalló.
Fuerte impulso político
El lanzamiento de la iniciativa de los 10 000 barcos llega justo cuando cobra impulso el Acuerdo sobre la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional (BBNJ, en inglés), también conocido como Tratado de Alta Mar.
Al contar ya con 136 países signatarios y 16 ratificaciones, el tratado se acerca a las 60 ratificaciones necesarias para entrar en vigor.
En la inauguración de la Unoc3, el lunes 9, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, calificó el acuerdo como «un paso histórico hacia la protección de vastas zonas del océano» e instó a las naciones a ratificarlo rápidamente.
La declaración conjunta presentada durante el primer día de la conferencia también pedía compromisos concretos para 2030 y 2035, alineando el programa 10 000 barcos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible más amplios y el Reto 7 de la Década de los Océanos de las Naciones Unidas: ampliar el Sistema Mundial de Observación de los Océanos.
«El océano nos ha dado mucho durante mucho tiempo», afirmó el embajador Peter Thomson, enviado especial del secretario general de las Naciones Unidas para los océanos. «Es hora de devolverle algo a través de la acción, la tecnología y las alianzas. 10 000 barcos no es un sueño. Es una necesidad imperiosa», añadió.
A medida que los océanos se calientan, el nivel del mar sube y los fenómenos meteorológicos extremos se intensifican, el lanzamiento de la iniciativa de los 10 000 barcos supone un paso fundamental hacia una respuesta global más informada, preparada y cooperativa.
El mar puede ser vasto, pero con las herramientas y las alianzas adecuadas, no tiene por qué ser desconocido, destacó Thomson.
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