VIENA – Más de 300 millones de personas en el mundo consumen drogas distintas al alcohol y al tabaco, y la inestabilidad internacional intensifica los retos de ese fenómeno, planteó el informe mundial sobre el tema divulgado, este jueves 26, por la Oficina de la Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd).
“Una nueva era de inestabilidad global intensifica los retos para abordar el fenómeno mundial de las drogas, empoderando a los grupos de la delincuencia organizada y catapultando el consumo de drogas a niveles históricamente altos”, señaló el reporte.
Ghada Waly, directora ejecutiva de la Onudd, dijo que el informe “muestra que los grupos delictivos dedicados al tráfico de drogas continúan adaptándose, explotando las crisis y teniendo en la mira a las poblaciones en mayor situación de vulnerabilidad” impulsada por sucesivas crisis internacionales.
En 2023, cerca de 316 millones de personas consumieron alguna droga (excluidos el alcohol y el tabaco), es decir, seis por ciento de la población entre 15 y 65 años, frente a 5,2 % de esa población en 2013.
Con 244 millones de usuarios, el cannabis (marihuana) continúa siendo la droga más utilizada, seguido de los opioides (61 millones), las anfetaminas (30,7 millones), la cocaína (25 millones) y el éxtasis (21 millones).
Los nuevos grupos de personas en situación de vulnerabilidad que huyen de la inestabilidad y los conflictos podrían hacer que estas cifras se incrementen, advierte el informe.
América Latina sigue sufriendo el nivel más alto de violencia delictiva del mundo, en gran parte causada por el tráfico de drogas, y los rendimientos generados por el tráfico de cocaína distorsionan economías enteras en algunas partes de la región.
La producción, incautaciones y consumo de cocaína alcanzaron nuevos máximos en 2023, convirtiéndose en la droga ilícita con mayor crecimiento de mercado.
La producción ilegal se disparó a 3708 toneladas, casi 34 % más que en 2022. Las incautaciones mundiales alcanzaron un récord de 2275 TM, lo que supone un aumento de 68 % con respecto a 2019-2023. El consumo creció de 17 millones de usuarios en 2013 a 25 millones en 2023.
La violencia y competencia que caracterizan el ámbito ilícito de la cocaína, antes confinado a América Latina, se está extendiendo a Europa Occidental a medida que los grupos de delincuencia organizada de los Balcanes occidentales aumentan su influencia en el mercado.
El informe también señala que los traficantes de cocaína están encontrando nuevos mercados en Asia y África.
Debido a los bajos costos de operación y reducidos riesgos de detección en las rutas de tráfico, el mercado de drogas sintéticas se expande velozmente a nivel mundial, predominando los estimulantes de tipo anfetamínico, como la metanfetamina y la anfetamina, incluido el “captagón”.
Entre las consecuencias del cultivo y la producción de drogas figuran la deforestación, cambios en el uso del suelo, y la contaminación del aire, la tierra y el agua, debido a la cantidad considerable de residuos causados durante la fabricación de drogas, y que posteriormente se vierten en el medio ambiente
Además, entre las repercusiones medioambientales indirectas figuran la pérdida de biodiversidad, el aumento de los riesgos para la salud y el cambio climático.
Aunque las estimaciones varían, el tráfico ilícito de drogas genera cientos de miles de millones de dólares al año para los grupos del crimen organizado.
Es la razón por la cual esas organizaciones criminales innovan constantemente para aumentar la producción, encontrar nuevas formas de tráfico, utilizar la tecnología para encriptar comunicaciones, y potencializar la distribución.
El mapeo de los grupos delictivos puede resaltar sus vulnerabilidades, actores clave, facilitadores, así como señalar sus áreas de intervención, señala la Onudd.
Las instituciones encargadas de aplicar la ley deben invertir en tecnología y formación altamente especializada para enfrentar los retos contemporáneos que presenta la cadena de suministro de drogas.
Los trastornos por consumo de drogas representan un costo enorme para las personas, las comunidades y los sistemas de salud. Se calcula que solo una de cada 12 personas con trastornos por consumo de drogas recibió algún tipo de tratamiento en 2023.
El costo social por no abordar los trastornos vinculados con el uso de drogas es elevado: casi medio millón de muertes y 28 millones de años de vida saludable se perdieron por discapacidad y muertes prematuras en 2021.
Waly dijo que “debemos invertir en prevención y abordar las causas raíz del tráfico de drogas en todas las etapas la cadena de suministro”.
“Debemos reforzar las respuestas, aprovechando la tecnología, fortaleciendo la cooperación transfronteriza, proporcionando medios de vida alternativos y tomando acciones desde la justicia para combatir a los responsables que impulsan las redes ilícitas del tráfico de drogas”, resumió.
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