La falta de financiación amenaza aún más el futuro de Haití

Un médico atiende a personas desplazadas por la violencia en una clínica móvil apoyada por Unicef en Boucan Carré, em Haití. Imagen: Herold Joseph / Unicef

NACIONES UNIDAS – La situación humanitaria en Haití se ha deteriorado significativamente en las últimas semanas, ya que los índices de violencia, hambre y desplazamiento se disparan en medio de una grave falta de financiación.

Mientras las bandas armadas siguen apoderándose de más territorio en la capital, Puerto Príncipe, así como en zonas del departamento de Artibonite y del Centro, las organizaciones humanitarias se ven incapaces de hacer frente a la creciente magnitud de las necesidades.

Haití está considerado uno de los países más pobres del hemisferio occidental y depende en gran medida de la ayuda exterior para financiar la mayoría de los servicios básicos de sus ciudadanos.

Según cifras de Acaps, una organización sin ánimo de lucro que ofrece análisis diarios sobre las crisis humanitarias actuales en el mundo, el Plan de Necesidad y Respuesta Humanitaria (HNRP, en inglés) para Haití de 2024 había solicitado 673,8 millones de dólares, de los cuales 65  % fue aportado por Estados Unidos.

Debido a los drásticos recortes de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) por el gobierno de Donald Trump en más de 90 programas, la cantidad de fondos que recibirá Haití este año podría ser muy inferior.

El aumento de la inseguridad y el empeoramiento de las condiciones de vida en Haití han provocado un aumento de 34 % en las necesidades, por lo que el HNRP de este año solicita 908 millones de dólares.

En los dos primeros meses de 2025, Estados Unidos proporcionó casi la mitad de toda la ayuda exterior comprometida con Haití, con un total de casi 23,1 millones de dólares.

Las estimaciones de Acaps prevén que el HNRP sufrirá este año una grave falta de financiación, y que los sectores de la alimentación, la sanidad y la protección serán los más afectados.

Además, la reducción de la financiación de los Estados Unidos podría tener importantes repercusiones en la eficacia de las Naciones Unidas en países afectados por crisis como Haití.

No solo se verá restringida la prestación de ayuda humanitaria, sino que podrían suspenderse diversos programas que vigilan desastres inminentes, como las crisis climáticas, las recesiones económicas, los brotes de enfermedades y los conflictos.

«La retirada de la financiación estadounidense limitará la capacidad de Estados Unidos para influir en el sistema de la ONU, mantener su liderazgo en los organismos de la organización y utilizar las herramientas de la ONU, especialmente en situaciones de pacificación», afirmó Allison Lombardo, asociada sénior de la Iniciativa de Derechos Humanos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

A su juicio, «en términos más generales, estos recortes de financiación tendrán repercusiones negativas en la percepción de Estados Unidos en todo el mundo».

Las estimaciones de la ONU indican que los grupos armados en Haití han tomado el control de más de 90 % de Puerto Príncipe, lo que ha suscitado la preocupación de los grupos humanitarios de que las bandas puedan anular por completo los esfuerzos de las fuerzas del orden y del Estado.

«Es una catástrofe insostenible. Podríamos perder Puerto Príncipe en cualquier momento» y pasaría al control de los violentos grupos delictivos, afirmó Claude Joseph, ex primer ministro de Haití.

La Oficina Integrada de  Naciones Unidas en Haití afirma que más de 1600 civiles murieron como consecuencia directa de la violencia de las bandas solo en el primer trimestre de 2025.

Además, según cifras del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), más de 60 000 personas se han convertido en desplazados internos desde febrero, forzados por la violencia.

William O’Neill, experto independiente de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Haití, afirma que la inseguridad rampante en la capital se puede atribuir a la afluencia constante de armas de fuego procedentes de Estados Unidos.

Amnistía Internacional añade que actualmente hay más de 600 000 armas en circulación, y cada día llegan más.

«Las bandas tienen acceso a un número cada vez mayor de armas de alto calibre y a un suministro aparentemente inagotable de munición, y algunas bandas disponen de armas que perforan blindajes», afirmó O’Neill.

A su juicio, «esto es muy peligroso, porque la Policía Nacional de Haití y la misión multinacional de apoyo a la seguridad liderada por Kenia dependen realmente de sus vehículos blindados para protegerse».

Según cifras del Programa Mundial de Alimentos (PMA), más de 5,7 millones de personas, aproximadamente la mitad de la población de Haití, se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria. 227 000 niños de entre seis meses y cinco años, así como numerosas mujeres embarazadas y lactantes, corren el riesgo de sufrir malnutrición aguda, y ya se han registrado más de 125 000 casos graves.

Haití también ha experimentado otro aumento de la violencia sexual en el último mes.

El 3 de mayo, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) informó de la muerte de una niña de seis años tras sufrir una violación en un campamento de desplazados en Puerto Príncipe.

Según la ONU, más de 333 mujeres y niñas fueron víctimas de violencia de género y sexual en el primer trimestre de 2025, y 96 % de estos casos fueron violaciones. Estas víctimas han tenido dificultades para recuperarse debido a la falta de apoyo judicial y psicosocial.

Además, la falta de servicios de agua, saneamiento e higiene ha provocado un aumento de los casos de cólera.

El portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, ha declarado que, a fecha de 28 de mayo, se han registrado más de 2100 casos de cólera, con 28 muertes asociadas. Dujarric añadió que las tasas de infección son más altas en las zonas densamente pobladas y en los campamentos de desplazados.

«Después de que las familias nos informaran de estos casos, la amenaza sigue presente porque no se ha llevado a cabo ninguna sesión de descontaminación en el campamento», afirmó Jhonny «lysée», presidente del comité del campamento de Bois-Verna, uno de los que se han establecido para acoger a los desplazados.

Añadió que «carecemos de los materiales necesarios para llevar a cabo la limpieza. Donde vivimos, estamos expuestos a todo tipo de enfermedades».

Debido a que las amenazas de violencia de las bandas dificultan la entrega de la ayuda, los servicios básicos se han visto reducidos al mínimo para la mayoría de la población civil de Haití.

Según Médicos Sin Fronteras (MSF), más de 60 % de los centros de salud de Puerto Príncipe no funcionan o lo hacen con graves carencias de personal, fondos y suministros médicos.

«El número de pacientes gravemente heridos ha aumentado constantemente en las últimas cuatro semanas. Casi 40 % de ellos son mujeres y niños», afirmó Seybou Diarra, coordinador del hospital Tabarre de MSF.

Explicó que «ahora estamos habilitando salas de hospital en las salas de reuniones».

«Los equipos médicos están agotados y la intensificación de la violencia en los alrededores del centro complica el desarrollo de nuestras actividades, ya que nos encontramos junto a zonas que son atacadas regularmente, con un alto riesgo de balas perdidas», detalló.

Diarra insistió en que «si la situación no se calma, me temo que muchos de los heridos morirán por falta de tratamiento».

T: MF / ED: EG

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