Activista indio recibe premio internacional por su lucha contra matrimonio infantil

El ministro de Trabajo de República Dominicana, Eddy Olivares Ortega, y Javier Cremades, presidente de la Asociación Mundial de Juristas, entregan la Medalla de Honor Internacional al abogado indio Bhuwan Ribhu, por dedicar su vida a erradicar el matrimonio infantil. Imagen: AMJ

NUEVA DELHI – Bhuwan Ribhu no planeaba convertirse en activista por los derechos de la infancia. Pero cuando vio cuántos niños en India eran víctimas de trata, abuso y matrimonios forzados, supo que no podía quedarse en silencio.

“Todo empezó con el fracaso”, cuenta Ribhu. “Intentamos ayudar, pero no estábamos resolviendo el problema”, añade.

Recuerda que “fue entonces cuando comprendí que ningún grupo puede hacerlo solo. Al identificar el problema como una cuestión de justicia penal y no solo de justicia social, entendí que la solución requería una escala integral”.

Ahora, Bhuwan Ribhu lidera Justicia para la Infancia, una de las mayores redes del mundo dedicadas a la protección infantil. En reconocimiento a sus incansables esfuerzos para combatir el matrimonio infantil y la trata, acaba de recibir la prestigiosa Medalla de Honor de la Asociación Mundial de Juristas.

El premio se le entregó durante el Congreso Mundial de Derecho, celebrado del 4 al 6 de mayo en Santo Domingo, la capital de República Dominicana.

Pero para Ribhu, el reconocimiento no se trata de premios. “Es un recordatorio de que el mundo nos está mirando, y que los niños cuentan con nosotros”, dijo a IPS en su primera entrevista tras recibir la distinción.

Mirar hacia atrás: una reunión lo cambió todo

Para Ribhu, abogado por profesión, fue un camino largo, arduo y notable hasta lograr justicia para la infancia. Todo comenzó en una reunión de pequeñas organizaciones en Jharkhand, en el este de India, donde alguien dijo: “A las chicas de mi aldea se las llevan muy lejos, hasta Cachemira, y las venden en matrimonio”.

Ese momento impactó profundamente a Ribhu.

“Ahí entendí que una sola persona o grupo no puede solucionar un problema que atraviesa fronteras estatales”, explica. Fue entonces cuando empezó a construir una red nacional.

Y así nació la campaña India Libre de Matrimonio Infantil (CMFI, en inglés). Decenas de organizaciones se sumaron y, con el tiempo, ya eran 262.

Hasta ahora, más de 260 millones de personas se han unido a la campaña, y el gobierno indio lanzó la misión nacional Bal Vivah Mukt Bharat (India Libre de Matrimonio Infantil).

En aldeas, pueblos y ciudades, la gente alza la voz por una India sin matrimonio infantil.

“Lo que antes parecía imposible, hoy está al alcance”, afirma Ribhu.

Llevar la lucha a los tribunales

Ribhu es abogado y, para él, la ley es un arma poderosa.

Desde 2005 ha litigado —y ganado— decenas de casos clave en los tribunales de India. Estos juicios ayudaron a definir legalmente la trata de menores, obligaron a la policía a actuar ante desapariciones infantiles, penalizaron el trabajo infantil, establecieron sistemas de apoyo para sobrevivientes de abuso y eliminaron contenidos de abuso sexual infantil en internet.

Uno de los grandes avances fue que los tribunales aceptaran que, si un niño desaparece, la policía debe asumir que puede haber sido víctima de trata. Esto lo cambió todo: los casos reportados bajaron de 117 480 a 67 638 por año.

“Eso es justicia en acción”, dijo Ribhu.

Involucrar a líderes religiosos

Uno de los pasos más poderosos de CMFI fue acercarse a líderes religiosos.

La razón era simple: sea cual sea la religión, quien oficia el matrimonio es el líder religioso.

“Si los líderes religiosos se niegan a casar niños, la práctica se acaba”, explica Ribhu.

La campaña recorrió miles de aldeas. Visitaron sacerdotes hindúes, clérigos musulmanes, pastores cristianos y otros. Les pidieron asumir un compromiso simple: “No casaré a un menor y denunciaré el matrimonio infantil si lo veo”.

Los resultados fueron notables: en festividades como Akshaya Tritiya —considerada propicia para casamientos—, hasta hace poco se celebraban muchos matrimonios infantiles. Pero ahora los templos se niegan a realizarlos.

“La fe puede ser una gran fuerza para la justicia”, señala Ribhu. “Y los textos religiosos apoyan la educación y la protección de la infancia”, añade.

Una meta universal que se vuelve mundial

Pero la campaña ya no es solo una historia de India. En enero de este año, Nepal, inspirada por la iniciativa, lanzó su propia campaña Nepal Libre de Matrimonio Infantil con el apoyo del primer ministro K. P. Sharma Oli. Las siete provincias del país se unieron al esfuerzo, comprometiéndose a tomar medidas concretas.

La campaña también se ha extendido a otros 39 países, incluidos Kenia y la República Democrática del Congo, donde el llamado a una red legal global de protección infantil cobra fuerza.

“Los sistemas legales de cada país pueden ser distintos, pero la justicia debe ser la misma en todas partes”, dice Ribhu, autor de dos libros —Just Rights y When Children Have Children (Derechos justos y Cuando las niñas tienen hijos)— en los que plantea un marco legal, institucional y moral para erradicar la explotación infantil, denominado Picket.

“No se trata solo de gritar por un cambio. Se trata de construir sistemas que protejan a los niños cada día”, afirma.

Sacrificios y esperanza

Ribhu renunció a una prometedora carrera como abogado. Muchas personas no entendieron por qué.

“Me decían que estaba perdiendo el tiempo”, recuerda. “Pero un día, mi hijo me dijo: ‘Aunque salves a un solo niño, habrá valido la pena’. Eso lo fue todo para mí”, prosigue.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Cree en el concepto de fideicomiso gandhiano: la idea de que debemos poner nuestros talentos y privilegios al servicio de los demás, especialmente de quienes más lo necesitan.

“Tal vez yo no sea quien combata el matrimonio infantil en Iraq o el Congo. Pero alguien lo hará. Y ahí estaremos, apoyándolo”, dice.

Un gran premio para una misión aún mayor

La Medalla de la Asociación Mundial de Juristas no es solo un trofeo. Para Ribhu, es una plataforma. “Le dice al mundo: esto es posible. El cambio está ocurriendo. Sumémonos”, plantea.

También espera que el reconocimiento le ayude a contactar nuevos aliados y expandir su trabajo a otras regiones.

“Solo en 2024, se previnieron y detuvieron más de 260 000 matrimonios infantiles y se rescató a más de 56 000 niños víctimas de trata y explotación en India. Estas cifras muestran que el cambio no es solo un sueño: es real”, asegura.

Para 2030, Ribhu espera que la tasa de matrimonios infantiles en India caiga por debajo de 5 %.

Pero aún queda mucho por hacer. En algunos países, como Irak, las niñas pueden casarse desde los 10 años. En Estados Unidos, 35 estados aún permiten el matrimonio infantil bajo ciertas condiciones.

“La justicia no puede ser ocasional”, insiste Ribhu. “Debe formar parte del sistema en todas partes. Tenemos que asegurarnos de que la justicia no sea solo una palabra, sino una forma de vida”, concluye.

T: GM / ED: EG

 

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