PORTLAND, Estados Unidos – Para la mayoría de los votantes, hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande, como ha reiterado su 47 presidente, significa convertir al país en una potencia global indiscutible. Sin embargo, las medidas adoptadas por la de Donald Trump, incluidas sus políticas y recortes de programas, lejos de mejorar, solo agravarán la posición del país entre las naciones más avanzadas.
No obstante, para evaluar las posibilidades de la administración que comenzó su cuatrienio el 20 de enero de lograr ese objetivo, es fundamental determinar la posición actual de Estados Unidos en distintos ámbitos clave.
En términos de fortaleza económica y poder militar, Estados Unidos ocupa los primeros lugares a nivel mundial. Su producto nacional bruto (PNB), por ejemplo, se sitúa en el primer puesto, muy por delante de otros países (Imagen 1).

Sin embargo, en cuanto al ingreso per persona, Estados Unidos desciende hasta aproximadamente el quinto lugar, por debajo de Luxemburgo, Noruega, Suiza e Irlanda.
Además, la relación entre deuda y el producto interno bruto (PIB) del país es la cuarta más alta entre las economías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), solo por detrás de Japón, Grecia e Italia, y ha alcanzado su nivel más alto desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
En cuanto a su poder militar, Estados Unidos sigue encabezando la lista. Mantiene su liderazgo en el ámbito bélico gracias a sus amplias fuerzas armadas y su considerable desarrollo en tecnologías militares avanzadas.
Uno de los indicadores más relevantes del desarrollo social y el bienestar humano es la esperanza de vida al nacer.
En este aspecto, Estados Unidos muestra cifras inferiores al promedio de la OCDE: su esperanza de vida alcanza los 78 años, mientras que el promedio es de aproximadamente 80 años. De hecho, ocupa el puesto 32, muy por detrás de Canadá, Italia, Japón y Suiza.
Pese a su rezago en comparación con otros países ricos que aglutina la OCDE, el presidente emitió una orden ejecutiva que revierte políticas destinadas a limitar el gasto en medicamentos a través de Medicaid y Medicare.
Otro indicador de desarrollo relacionado es la tasa de mortalidad infantil. Al igual que ocurre con la esperanza de vida, Estados Unidos presenta un desempeño deficiente en comparación con otras naciones de altos ingresos. Su tasa de mortalidad infantil es aproximadamente tres veces superior a la de Japón, Noruega y Suecia (Imagen 2).

A pesar de este preocupante posicionamiento, la administración Trump implementó severos recortes presupuestarios en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Estas y otras medidas han obstaculizado el funcionamiento de los Institutos Nacionales de Salud, afectado su capacidad de divulgación científica y causado un impacto negativo en la comunidad académica y en las instituciones de investigación biomédica.
Otro factor que suele emplearse para evaluar la posición de un país en el mundo es su nivel de pobreza. Entre los países de la OCDE, Estados Unidos tiene el segundo nivel de pobreza más alto, con 18 %, muy por debajo de Canadá (11 %), Francia (9 %), Alemania (12 %), Italia (13 %), Suiza (10 %) y Reino Unido (12 %).
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Un aspecto clave para medir la seguridad y protección pública es la tasa de homicidios.
Dentro de la OCDE, Estados Unidos presenta la cuarta tasa más alta de homicidios intencionales, duplicando el promedio de la organización. Además, su tasa es más de 10 veces superior a la de Irlanda, Italia, Japón, Noruega y Suiza.
Otro indicador relacionado con la criminalidad es la tasa de encarcelamiento. En este aspecto, Estados Unidos lidera la lista dentro de la OCDE, con una tasa de encarcelamiento aproximadamente cinco veces superior al promedio de la organización.
Finalmente, uno de los indicadores que reflejan el estado de salud de la población es el nivel de obesidad en adultos. En este aspecto, Estados Unidos se encuentra muy por delante de otros países desarrollados (Imagen 3).

La tasa de obesidad entre los adultos en Estados Unidos es de aproximadamente 42 %, casi el doble del promedio de la OCDE.
En marcado contraste, los niveles en otros países son significativamente más bajos: Francia (10 %), Alemania (23 %), Italia (18 %), Japón (8 %), Rusia (24 %), Suiza (15 %) y el Reino Unido (17 %). Además, con el despido de 10 000 empleados en el Departamento de Salud y Servicios Humanos, las condiciones de salud en el país no parecen mejorar, sino empeorar.
Un indicador ampliamente reconocido del desarrollo social es el nivel de educación pública. Entre los países con sistemas educativos mejor desarrollados figuran Japón, Dinamarca, Suecia, Reino Unido, Finlandia, Alemania y Canadá, mientras que Estados Unidos ocupa aproximadamente el duodécimo lugar.
De manera similar, en cuanto al rendimiento estudiantil en primaria y secundaria, Estados Unidos no está entre los 10 primeros. La decisión de la administración de eliminar el Departamento de Educación probablemente deteriorará aún más la situación del sistema educativo público.
En términos de estructura familiar, Estados Unidos lidera en tasas de hogares monoparentales, siendo la mayoría de encabezados por madres.
En 2023, casi uno de cada cuatro niños en el país (aproximadamente 19 millones) vivía en un hogar sin su padre biológico, adoptivo o padrastro, en su mayoría con la madre (85 % de los casos). Esta proporción es considerablemente más alta que en Japón (7 %), México (7 %), Alemania (12 %), Canadá (15 %) y Francia (16 %).
Los derechos humanos son un aspecto fundamental del bienestar y desarrollo social. En este sentido, Estados Unidos suele ocupar posiciones inferiores en comparación con otros países de altos ingresos de la OCDE.
Entre 24 países de esa organización de grandes economías, ocupa el último lugar en derechos económicos y sociales. La situación ha empeorado con la reciente orden ejecutiva del presidente que elimina acuerdos de negociación colectiva de sindicatos federales.
Un aspecto relacionado es el estatus de las mujeres. Estados Unidos no está entre los 10 primeros países en este ámbito.
En términos de igualdad de género, naciones como Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia lo superan ampliamente, ubicándose en el puesto 19 entre 29 países de la OCDE. Además, dos indicadores han empeorado: la mortalidad materna y la violencia política contra las mujeres.
En cuanto a la felicidad, Estados Unidos no figura entre los países con mayor satisfacción. Mientras que los cuatro primeros en 2025 son Finlandia, Dinamarca, Islandia y Suecia, Estados Unidos ocupa el puesto 24. Esto se atribuye al costo de vida, la incertidumbre económica y la polarización política.
En resumen, pese a su liderazgo en poder militar y PNB, Estados Unidos queda rezagado en múltiples indicadores clave. Las políticas de la administración no solo no mejorarán la situación, sino que probablemente la empeoren, relegando su promesa de grandeza al olvido.
Joseph Chamie es demógrafo y consultor, exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas y autor de numerosas publicaciones sobre temas de población, incluido su libro más reciente: “Niveles de población, tendencias y diferenciales”.
T: GM / ED: EG