Cuba pretende modernizar su vetusto parque automovilístico

Dos hombres empujan un automóvil de fabricación soviética, por una calle de La Habana. Las averías de los vehículos en Cuba, en muchas ocasiones debido a su antigüedad, representan la quinta mayor causa de accidentes de tránsito en el país. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

LA HABANA – Las calles de Cuba reflejan su historia sobre ruedas: una mayoría de automóviles soviéticos y de otros países del antiguo campo socialista conviven con modelos estadounidenses de antes del triunfo de la revolución cubana en 1959. En definitiva, vehículos viejos que, a falta de nuevos, han sobrevivido al tiempo.

Sin embargo, lo que incluso se ha convertido en una postal turística de esta nación insular caribeña, de autos vetustos sobreviviendo por sus calles, se ha ido desdibujándo con la importación de vehículos modernos y una política gubernamental que busca renovar el parque automovilístico.

“En nuestra visión está poder emprender en el futuro, como en otros países, un proceso masivo de modernización de los vehículos. Eso dependerá, sobre todo, de las condiciones de nuestra economía y los mecanismos que seamos capaces de componer”, afirmó el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez, en su perfil de Facebook.

Especialistas estiman que en Cuba existen entre 60 000 y 75 000 automóviles clásicos, fabricados entre 1920 y 1950 –de ellos, unos 10 000 en La Habana-, mientras circulan miles de vehículos de fabricación soviética de las marcas Lada y Moskvich, ahora rusas.

En 2025, entraron en vigor medidas del gobierno que flexibilizan la importación de vehículos y abaratan la compra –en divisas– de estos a través de empresas estatales, así como la sustitución de carros viejos por otros modernos provenientes de los servicios de renta del turismo, que fueron sacados de circulación por desperfectos técnicos, pero aún recuperables.

“Son medidas que pudieran beneficiar, sobre todo, a las personas con un poder adquisitivo alto, pues no todos tienen fuentes de ingresos en divisas, que les permitan realizar esas importaciones. Aun así, a mediano plazo o largo plazo, pudieran dar resultados”, dijo a IPS Luis González, residente en La Habana y dueño de un Fiat Polski 126p, automóvil producido en Polonia entre 1973 y el año 2000.

Un parque vehicular envejecido es perjudicial de múltiples maneras: consume más combustible en un contexto de escasez, incrementa las emisiones de carbono a la atmósfera, provoca más ruido y también cuenta con más desperfectos técnicos y menos equipamientos de seguridad.

Una visitante toma fotos con un teléfono móvil, cerca de un grupo de vehículos eléctricos expuestos en un estand durante la Feria Internacional de Transporte y Logística de 2024 en La Habana. La política de modernización del parque automotor cubano promueve la adquisición de carros y motos eléctricos. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

De hecho, los automóviles estadounidenses anteriores a 1959 no poseen cinturones de seguridad y las leyes cubanas eximen a conductores y pasajeros de usarlos en vehículos que, como estos, nunca los hayan tenido en su fabricación original.

Según datos del Ministerio de Transporte, en 2024 hubo 7507 accidentes de tránsito, 13 % menos que los 8555 de 2023. Por otra parte, fallecieron 634 personas durante 2024, mientras que en el año anterior, fueron 729.

Las averías de los autos representaron la quinta mayor causa de esos accidentes de tránsito. Además, en 248 443 inspecciones técnicas realizadas en el transcurso de 2024, se detectaron unas 66 000 deficiencias.

“El deterioro del parque automovilístico, no solo viene por el tiempo de explotación, sino también porque las calles están en muy mal estado, y eso provoca roturas en el carro, además de accidentes. Con la estrategia de modernización vehicular, debería ir aparejada la recuperación de las vías, señalización e iluminación. Es una cuestión de seguridad”, acotó González.

El titular de Transporte reconoció en sus redes sociales que el deficiente estado de las vías “cobra factura directamente en accidentes y en el deterioro de los vehículos”.

Asimismo, explicó que el programa de conservación de las vías públicas no ha avanzado lo suficiente por causas materiales, principalmente por el déficit de combustible que sufre el país, aunque no dio más detalles al respecto.

Un automóvil clásico de la marca estadounidense Chevrolet, modelo Bel-Air convertible de 1957, empleado para realizar paseos turísticos transita por una calle del casco histórico de La Habana Vieja. Vehículos como estos han pasado a ser un atractivo para los turistas que visitan Cuba. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

Vehículos dolarizados

El primer día de 2025 entraron en vigor los decretos ley 101 y 119 de 2024, que actualizan la política cubana de comercialización de vehículos y pretenden facilitar el acceso de la población a medios de transporte privados.

La medida amplía otra norma de 2023 que legaliza la importación de motos eléctricas con aranceles en pesos cubanos.

Asimismo, permite a cualquier persona ingresar a la isla motocicletas con motor de combustión –con aranceles en dólares–, así como comprar automóviles nuevos en divisas a través de importadoras estatales cubanas, a menores precios que los establecidos anteriormente.

Promueve además, con exenciones fiscales, la adquisición de vehículos eléctricos; y aquellas personas, en misiones oficiales en el exterior, –que incluye la exportación de servicios médicos a otros países–, podrán importar vehículos bajo mejores condiciones, con solo los costos de transportación.

En cualquier caso, para la mayoría de los cubanos, conseguir un medio de transporte propio es una fantasía inaccesible para su poder adquisitivo, más cuando casi todas las vías para obtenerlo son en dólares, y no en la moneda nacional.

En este país de 10 millones de habitantes, el salario medio equivale a 38, 7 dólares mensuales, según la tasa de cambio oficial de 120 pesos por un dólar. Una moto eléctrica, el producto más barato entre los mencionados, suele costar más de 1000 dólares.

“Aun con esta nueva ley, no tengo dinero para comprar ningún carro con mi sueldo. Lo mejor que puedo hacer es irme al menos dos años a una misión médica en el extranjero, y ahorrar para traer uno”, dijo a IPS Elena Martínez, una doctora de La Habana.

Una pizarra muestra las marcas y precios de venta de vehículos importados en 2025, en una sucursal de la Corporación Cimex en La Habana. A la mayoría de la población cubana le es imposible comprar un automóvil nuevo con su salario. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

Automóviles viejos por modernos y averiados

Con el propósito de modernizar el parque vehicular, en marzo empezó a implementarse una medida para que las personas puedan cambiar sus autos viejos –y pagar un monto adicional en pesos cubanos– por otros modernos que hayan concluido su explotación en el sector turístico, debido a averías u otros problemas.

El proceso se realiza de forma automatizada a través de un sitio web gestionado por la estatal empresa importadora estatal Servicios Automotores S.A.

“Este no es el procedimiento que permitirá modernizar de manera masiva el parque automotor de Cuba; sin embargo, en las circunstancias actuales de nuestra economía, aprovechar todo lo disponible, es sin dudas una opción válida, aunque sea por reposición”, dijo el titular de Transporte.

Esa opción tuvo tanta popularidad que las listas de sus solicitantes ya rebasó, según estimó el ministro, la cantidad actual de vehículos disponibles.


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En cambio, muchos usuarios en redes sociales y conductores consultados por IPS desestiman la transparencia del proceso.

“Al final, para conseguir los autos en mejores condiciones, algunas personas pondrán un dinero ‘por debajo de la mesa’”, opinó el habanero Jaime García, dueño de un Moskvich.

Tal escepticismo se debe a los casos de corrupción que se evidenciaron con una medida parecida que funcionó hasta diciembre de 2024, la cual estimulaba la reposición de partes y piezas de autos viejos.

“La nueva medida me parece positiva, amén de que puedan existir privilegios o favoritismos”, comentó González.

ED: EG

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