Millones de personas morirán por VIH/sida sin la ayuda de EEUU

Una mujer muestra una prueba de VIH con resultado negativo en un centro de salud de la ciudad de Moutarwa, en Uganda. Programas de prevención, tratamiento, educación y ayuda a millones de personas ante el VIH/sida se interrumpen con el cese de la ayuda dispuesta por el gobierno de Estados Unidos, principal contribuyente con recursos financieros al Programa de las Naciones Unidas para el control de esa enfermedad. Imagen: Frank Dejong / Unicef

GINEBRA – Unos seis millones de personas probablemente morirán víctimas de VIH/sida en los próximos cuatro años al cesar los programas de lucha contra la enfermedad sostenidos por Estados Unidos, advirtió Onusida este lunes 24.

“Veremos un aumento real de esta enfermedad, volveremos a ver gente muriendo de la misma forma que en los años 90 y 2000”, dijo Winnie Byanyima, directora ejecutiva del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/Sida (Onusida).

Byanyima dijo a periodistas en esta ciudad suiza que puede haber “un aumento de 10 veces” con respecto a las 600.000 muertes relacionadas con el sida registradas en el mundo en 2023.

“También esperamos 8,7 millones de nuevas infecciones adicionales. En el último recuento, en 2023, había 1,3 millones de nuevas infecciones en todo el mundo”, agregó.

Byanyima señaló que la congelación de la financiación anunciada por la Casa Blanca el 20 de enero debía finalizar el mes que viene, tras una revisión de 90 días, y “no tenemos noticias de que otros gobiernos se hayan comprometido a cubrir el déficit”.

Estados Unidos ha sido el mayor contribuyente para las campañas y programas de Onusida, incluso con más de 5000 millones de dólares anuales y un total de 110 000 millones en el período 2003-2023, según cifras de su Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid).

Tras ese país, y con contribuciones entre 150 y 600 millones de dólares anuales, han estado el Reino Unido, Francia, Países Bajos y Alemania. Los recursos se han dirigido con prioridad a los 55 países en desarrollo más afectados por el VIH/sida, muchos de ellos en el continente africano.

El nuevo gobierno estadounidense, que preside el republicano Donald Trump, congeló la mayor parte de la ayuda el exterior y dispuso una reestructuración o eliminación de varias agencias y despachos gubernamentales, Usaid entre ellos.

En América Latina y el Caribe se está afectando a programas de prevención y atención de VIH, de profilaxis preexposición, de transmisión materno infantil, de atención a la violencia de género y de abordaje al estigma y la discriminación.

En todas las regiones del Sur en desarrollo, pero en particular en África, “esta repentina retirada de la financiación estadounidense ha provocado el cierre de muchas clínicas y el despido de miles de trabajadores sanitarios: enfermeras, médicos, técnicos de laboratorio, farmacéuticos. Son muchos”, lamentó Byanyima.

Los centros de acogida en los que los pacientes de VIH pueden recoger los medicamentos antirretrovirales que necesitan “ya no están reabriendo, por temor a que esto no sea coherente con las nuevas directrices”, abundó.

Byanyima recordó que el este y sur de África se reparten 53 % de la carga mundial del VIH, y advirtió de que “cerrar de repente los centros de acogida para chicas y mujeres jóvenes será desastroso, porque en ellas se dan más de 60 % de las nuevas infecciones entre jóvenes en el continente”.

Varias otras agencias de la ONU que dependen en gran medida de la financiación estadounidense también han advertido de que el recorte de la ayuda -además de la falta crónica de inversión en labores humanitarias a nivel mundial- ya está teniendo un grave impacto en las comunidades a las que sirven.

El 21 de marzo la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) declaró que miles de personas se han quedado sin ayuda vital en el este de la República Democrática del Congo, devastado por la guerra.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) también anunció que los recortes de financiación tienen graves repercusiones para las comunidades migrantes vulnerables, exacerbando las crisis humanitarias y socavando los sistemas de apoyo esenciales para las poblaciones desplazadas.

Y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advirtió de que la falta de liquidez ha puesto en peligro la labor de salvar vidas, incluidos los avances en la reducción de la mortalidad infantil, que ha descendido 60 % desde 1990.

“Es razonable que Estados Unidos quiera reducir su financiación, con el tiempo. Pero la repentina retirada de la ayuda para salvar vidas está teniendo un impacto devastador en todos los países, especialmente en África, pero también en Asia y América Latina. Instamos a una reconsideración”, dijo Byanyima.

En un llamamiento directo al presidente Trump, señaló que el nuevo titular de la Casa Blanca podría ser parte de la “revolución de la prevención”, inyecciones contra el VIH que se requieren solo dos veces al año para proporcionar protección.

“Se trata de que una empresa estadounidense pueda producir y conceder licencias de genéricos en todas las regiones para producir millones y extender este inyectable a quienes realmente lo necesitan”, comentó finalmente.

A-E/HM

 

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