ADDIS ABEBA – Los países africanos deberían unir sus fuerzas para aprovechar al máximo sus propios recursos y construir un formidable ecosistema de vehículos eléctricos que podría ayudar a acelerar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).África tiene la oportunidad y la obligación de aprovechar sus vastos recursos para el desarrollo sostenible.
Con el apoyo de la Comisión Económica para África (Cepa) de las Naciones Unidas y otras instituciones africanas, la región puede aprovechar los vehículos eléctricos (VE) para acelerar el logro de los ODS y prevenir el riesgo de otra maldición de los recursos.
En diciembre de 2024, la Cepa organizó un taller de capacitación sobre el desarrollo de cadenas de valor regionales para la movilidad eléctrica en la República Democrática del Congo, Marruecos y Zambia, y un diálogo político de alto nivel sobre el desarrollo de cadenas de valor regionales de automoción y movilidad eléctrica en Lusaka, la capital de zambiana.

Esos encuentros atrajeron a participantes de los tres países y de otros de la región.
Uno de los resultados clave del taller fue un llamamiento para acelerar la firma de un Memorando de Entendimiento por parte de los tres países en 2025, y la inclusión de Marruecos en la Zona Económica Especial Zambia-RDC, un paso significativo hacia el fortalecimiento de las cadenas de valor de la movilidad eléctrica en África.
Esta colaboración permitiría a Zambia y a la RDC desarrollar su capacidad de refinado y diversificarse más allá de la exportación de minerales en bruto, creando un mayor valor añadido, mayores ingresos fiscales y transferencias de conocimientos.
Mientras tanto, Marruecos, con el objetivo de producir hasta 100 000 vehículos eléctricos en 2025 y establecer fábricas de baterías, obtendría un acceso fiable a minerales estratégicos y posicionaría a África como un importante productor de vehículos eléctricos, listo para abastecer incluso al mercado europeo.
Otros países africanos, como Benín, Egipto, Kenia, Nigeria, Ruanda y Sudáfrica, tienen la ambición de aumentar su capacidad de producción de baterías y fabricación de autobuses, coches, motos y triciclos eléctricos para satisfacer la demanda local de transporte asequible y más ecológico.
Con casi 30 % de las reservas mundiales de minerales fundamentales para la transición energética global, como el cobalto, el litio y el níquel, África se encuentra en una posición única para beneficiarse del rápido aumento de la demanda mundial de vehículos eléctricos y otras tecnologías con bajas emisiones de carbono.
En cuanto al cobalto, África produce más de 50 % de las reservas mundiales y alrededor de 70 % de las cantidades comercializadas.
Sin embargo, a pesar de que más de 20 países africanos poseen piezas clave del rompecabezas de la movilidad eléctrica, ningún país puede prosperar de forma aislada. Las carencias en infraestructuras, especialmente en la generación de electricidad, el almacenamiento y las redes de recarga, siguen siendo un reto.
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No obstante, los consumidores africanos ya están adoptando vehículos eléctricos más pequeños que ofrecen un retorno de la inversión más rápido y una recarga flexible. Esto sienta una base sólida para una adopción más amplia de los vehículos eléctricos.
Mediante la colaboración estratégica, los países africanos pueden hacer frente a la competencia mundial, estabilizar los mercados, evitar la explotación de recursos y la inestabilidad, y garantizar que el continente aproveche al máximo sus riquezas naturales.
Un frente africano fuerte y coordinado en materia de vehículos eléctricos:
- • Reduciría la exposición a la volatilidad de los precios mundiales.
- • Impulsaría la diversificación económica y la creación de empleo.
- • Permitiría una migración productiva.
- • Apoyaría una movilidad más limpia, segura y asequible.
- • Catalizaría y aceleraría el progreso en el acceso a la electricidad y el desarrollo de infraestructuras.
Todo esto se alinea con numerosos de los 17 ODS, especialmente los 3, 4, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13 y 15, y ayuda indirectamente a fomentar la paz y la seguridad, así como el desarrollo en todo el continente.
A pesar de sus diferentes etapas y ritmos de desarrollo, los países africanos deben trabajar juntos para alcanzar su máximo potencial, o correr el riesgo de estar a merced de presiones externas y una competencia global cada vez más agresiva.
Sin unidad, la vasta riqueza mineral de África podría convertirse en una fuente de inestabilidad política en lugar de progreso económico.
Esta transición no está reservada a unos pocos países «afortunados». La Cepa, en colaboración con la Comisión de la Unión Africana (CUA), el Banco Africano de Desarrollo (BAfD) y el Afreximbank, está dispuesta a hacer lo siguiente:
- • Apoyar la coordinación nacional y regional mejorando la capacidad de negociación.
- • Ayudar a desarrollar normas y estándares.
- • Facilitar el desarrollo de habilidades y la innovación; y
- • Crear un acceso más justo a la financiación
Ahora es el momento de actuar. Los países africanos deben demostrar un compromiso inquebrantable y voluntad política coordinando políticas, facilitando el comercio, mejorando la capacidad de negociación, estableciendo normas sólidas, fomentando las habilidades y la innovación, y creando un acceso equitativo a la financiación.
Estos son pasos críticos necesarios para convertir esta ambición en realidad.
Adam Elhiraika es el director para el Norte de África de la Comisión Económica para África (Cepa) de las Naciones Unidas.
T: MF / ED: EG