Educación en línea: salvavidas para niñas y jóvenes afganas ante restricciones de talibanes

La autora es una periodista afincada en Afganistán que se formó con apoyo finlandés antes de que los talibanes tomaran el poder. Su identidad se mantiene en reserva por razones de seguridad.

Las mujeres y la niñas prácticamente han desaparecido de la vida pública en Afganistán bajo el régimen talibán. Imagen: Learning Together

KABUL – Desde que los talibanes recuperaron el poder en Afganistán en 2021, se ha prohibido sistemáticamente la educación a niñas y mujeres, lo que convierte al país en el único del mundo que niega la escolarización a las niñas mayores de 12 años.

La situación sigue deteriorándose, e incluso la matriculación de niñas en la escuela primaria, a donde sí las dejan acudir, está disminuyendo, según datos de la Unesco.

Además las mujeres que son profesoras tienen prohíbido instruir a los niños, con lo que la escasez de educadores ha agravado aún más la crisis de la educación en Afganistán.

En este panorama desolador, la educación en línea se ha convertido en la única esperanza para unos 1,4 millones de niñas afganas mayores de 12 años, desesperadas por seguir aprendiendo. Sin embargo, esta alternativa está plagada de obstáculos formidables.

Barreras para el aprendizaje en línea

La deficiente infraestructura de internet de Afganistán y el suministro inestable de electricidad hacen que la educación a distancia no sea fiable.

La situación de la electricidad en los centros urbanos es relativamente mejor que en las zonas rurales, pero sigue sin garantizar un acceso fácil a la enseñanza en línea para todos. La cantidad de dinero necesaria para equipos como ordenadores, tabletas y teléfonos inteligentes está fuera del alcance de la mayoría de las familias afganas de bajos ingresos.

Además, debido a los imprevistos e imprevisibles cortes de energía  en Afganistán, el aprendizaje en línea es problemático. La electricidad puede cortarse repentinamente sin previo aviso y, a menudo, durante varias horas. Esos frecuentes apagones hacen que sea cada vez más difícil impartir clases en línea y los estudiantes no pueden descargar material didáctico de internet ni hacer sus tareas.

En Afganistán, los cursos de educación en línea no tienen reconocimiento universal y ninguna entidad pública los ofrece.

Además de la deficiente infraestructura, los padres temen que los talibanes puedan estar rastreando en secreto la educación en línea y, si los descubren, sus hijas podrían traer dificultades sustanciales a toda la familia.

Un padre afgano que tiene una hija de 18 años expresó su desesperación.

«Mi hija siempre ha querido estudiar derecho, para luchar por la justicia para las mujeres en un país donde los derechos de las mujeres se ignoran habitualmente, pero ahora no puede estudiar tranquilamente en su propia casa», contó.

Continuó describiendo los problemas típicos a los que se enfrenta tanto su hija como toda la familia: «No tenemos electricidad, no hay internet, y si los talibanes descubren que está estudiando en línea, su vida podría estar en peligro y todos nos meteremos en problemas».

La mayoría de las veces, el entorno doméstico no permite estudiar sin interrupciones, especialmente en familias numerosas debido a la congestión de espacio.

El aprendizaje en línea es el único camino para la educación con que cuentan las mujeres y niñas afganas mayores de 12 años. Imagen: Learning Together

Una red de aprendizaje, pese a los riesgos

Muchas de estas instituciones educativas en línea, unas 33 en total, están disponibles en varios países de Occidente y en la región del sur de Asia, y cuatro operan dentro de Afganistán.

Proporcionan educación de calidad en una amplia gama de materias, como ciencias médicas, economía, ingeniería, informática y tecnología de la información, administración de empresas, derecho, arte y ciencias sociales.

Las principales plataformas de medios de comunicación, como la televisión, la radio y los periódicos, están sometidas a una estricta censura por parte de los talibanes y, por lo tanto, son de poca utilidad como fuentes de información en esas materias.

Pero, afortunadamente, los estudiantes pueden recurrir cómodamente a las plataformas de redes sociales, como Facebook, Instagram y Telegram, para obtener información complementaria adicional.

Aunque se enfrentan a numerosos desafíos en la búsqueda de la educación en línea, esta ha producido resultados positivos, lo que ha mantenido vivas las esperanzas de un futuro mejor para las niñas que, lamentablemente, han sido metidas en su casa después de los 12 años y abandonadas por los talibanes.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Entre las historias de éxito individuales se encuentra la de Raihana, una de las pocas chicas que ha tenido la oportunidad de estudiar economía en una universidad en línea.

«A pesar de todas las dificultades y desafíos que he experimentado durante este tiempo, sigo teniendo esperanza», aseguró la joven.

Según Raihana, estudiar en línea le permite conectar con otros estudiantes de todo el mundo y le permite obtener diferentes perspectivas.

«Quiero decirles a otras chicas que nunca se rindan, aunque las condiciones parezcan difíciles», dijo. «Además, todos los días pienso en cómo algún día volveré a la sociedad y ayudaré a mi comunidad para que más niñas tengan derecho a la educación», añadió.

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