LA HABANA – El lunes 20, en su frenética jornada de inauguración de su segundo mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, devolvió a Cuba a su lista de Estados patrocinadores del terrorismo, de la había salido apenas seis días antes, en una medida que agrava la crisis de esta nación caribeña.
Fue el 14 de enero, cuando la administración de Joe Biden (2021-2025) firmó en sus días finales la orden de eliminar a Cuba de esa “lista negra” –integrada también por Corea del Norte, Irán y Siria-, la cual incluía otras medidas que favorecían un entendimiento con la nación insular caribeña, y cuya negociación fue intermediada por El Vaticano.
“Ya parece un juego lo de poner y quitar a Cuba de esa lista”, dijo a IPS el profesor de enseñanza primaria Orlando García, residente en La Habana.
Cuba figuró en la lista desde 1982, por presuntamente acoger a miembros de grupos considerados terroristas como la independentista vasca ETA, en España, o las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), hasta que en 2015 el gobierno de Barack Obama (2009-2017) la retiró durante el acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos.
Trump volvió a incluirla en enero de 2021, en los últimos días de su primer periodo (2017-2021), por la negativa del gobierno cubano a extraditar a miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, el supuesto asilo a fugitivos estadounidenses y otras razones.
“Ya parece un juego lo de poner y quitar a Cuba de esa lista (de Estados patrocinadores del terrorismo)”: Orlando García.
Los países catalogados como patrocinadores del terrorismo enfrentan graves restricciones económicas, financieras y diplomáticas, como la prohibición de exportaciones de armas, la suspensión de ayuda económica, dificultad para acceder a créditos internacionales y, en general, al sistema financiero global.
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel consideró en la red social X que la orden ejecutiva de Trump era “un acto de arrogancia y desprecio por la verdad” y que el “objetivo” era agudizar “la cruel guerra económica contra Cuba con fines de dominación”.
“Este acto de burla y abuso confirma el descrédito de los listados y mecanismos unilaterales de coerción del gobierno de Estados Unidos. Prevalecerá la legítima y noble causa de nuestro pueblo que una vez más vencerá”, añadió.
Si bien la reversión de la medida de Biden era previsible, muchos cubanos comentaron en las redes sociales sorpresa por su rapidez, a pesar de que Trump podía hacerlo de forma relativamente sencilla, sin necesidad de consultar con el legislativo Congreso.
El cubanoestadounidense Marco Rubio, nuevo secretario de Estado e histórico opositor de flexibilizar la política hostil con la isla vecina, dijo el miércoles 15, en su audiencia de confirmación en el Senado para ocupar su nuevo puesto, que “sin lugar a dudas”, Cuba debía permanecer en la lista.
“No tengo ninguna duda de que cumple todos los requisitos para ser un Estado patrocinador del terrorismo. Nada de lo que la administración de Biden haya acordado en las últimas 12 o 18 horas vincula a la próxima administración”, agregó.
El primer decreto de Donald Trump al regresar a la Casa Blanca fue la derogación de 78 órdenes ejecutivas de Biden, entre las que se encuentra la relacionada con Cuba.
Las órdenes quedarán «sin efecto» en cinco minutos, comentó el mismo día 20 el presidente en un discurso ante cientos de sus simpatizantes en el estadio Capital One Arena, en Washington.
Un breve “deshielo”
El martes 14, la administración de Biden, además de excluir a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo, aprobó una medida para impedir que se pueda realizar demandas judiciales al amparo del Título III de la ley Helms-Burton, por propiedades expropiadas por el gobierno cubano desde el triunfo de la revolución en 1959.
Trump activó en 2019 ese título, que permanecía suspendido desde su publicación en 1966, para evitar conflictos diplomáticos con países aliados cuyas empresas operaban en Cuba.
Asimismo, Biden rescindió un memorando de 2017 que prohíbe las transacciones de personas e instituciones estadounidenses con una lista de empresas y entidades cubanas.
“Para nosotros, (la orden ejecutiva de Biden) siempre tendrá beneficio. El tiempo que esté en vigor, va a ayudar. Siendo Trump un tipo tan impredecible, puede ser que la quite, o que la deje hasta que él entienda”, dijo a IPS otra residente en la capital, Shulayne Valdés, horas antes de que Trump derogara la medida.
El miércoles 15, el canciller Bruno Rodríguez Parrilla ofreció una conferencia de prensa en la que criticaba, entre otras cuestiones, la tardanza de la decisión de Biden.
“Lo único correcto que corresponde es levantar el bloqueo ya en su conjunto… Tenemos disposición a retomar en cualquier minuto un diálogo serio, responsable basado en el derecho internacional”, agregó.
En un anuncio paralelo ocurrido el día 14, el Ministerio de Relaciones Exteriores declaró que las autoridades cubanas excarcelarían a 553 “personas sancionadas en debido proceso por delitos diversos contemplados en la ley”, en el espíritu del Jubileo Ordinario de 2025, una decisión que Díaz-Canel había informado al papa Francisco con anticipación.
El Jubileo, también conocida como Año Santo, es una celebración católica que ocurre una vez cada cuarto de siglo –aunque la Iglesia ha sido flexible y lo decretó en 1933 y 2015–, y tiene como objetivo alentar a los fieles a realizar peregrinaciones a Roma.
Varios papas han aprovechado los Años Santos para pedir a los gobiernos que hagan gestos de clemencia para los prisioneros.
Con anterioridad, Cuba ha argumentado la liberación de prisioneros como consecuencia de peticiones del Vaticano, y así indultó a miles de personas en cada una de las visitas papales a la isla: Juan Pablo II en 1998, Benedicto XVI en 2012 y Francisco en 2015.
En los últimos días, se ha ido divulgando en redes sociales la liberación de decenas de opositores del gobierno y manifestantes de las protestas ocurridas en julio de 2021.
“Sea una estrategia del gobierno o no, veo bien que hayan beneficiados con eso (la liberación de los prisioneros), porque había mucha gente de julio de 2021 en la prisión, con cantidad de años arriba (de condena), por cosas literalmente absurdas”, comentó Valdés.
Beneficios sin concretarse
Aunque es agua pasada hablar de ello, Cuba hubiera recibido algunos beneficios por salir de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, un pequeño respiro en medio de la crisis económica que enfrenta desde al menos cuatro años.
Al fin y al cabo, tales sanciones engravecían las ya impuestas desde que se instauró el embargo –llamado “bloqueo” por las autoridades cubanas– económico y comercial de Estados Unidos a la isla a principios de la década de 1960.
La política económica hostil de Estados Unidos se mantiene como principal punto de fricción de las relaciones diplomáticas entre los dos países.
Cuba perdió más de 5000 millones de dólares entre marzo de 2023 y febrero de 2024, debido a las sanciones, según un informe que el gobierno cubano entregó a Naciones Unidas.
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Probablemente, el sector del turismo habría sido un neto beneficiado, pues al ser considerada la isla promotora del terrorismo, los ciudadanos de la Unión Europea y algunos otros países como Japón, que la visiten, pierden el privilegio de la exención de visado de turismo a Estados Unidos, a través del programa Esta.
Estar en la lista también impide prácticamente cualquier operación comercial internacional, pues los bancos e instituciones financieras rechazan las transacciones relacionadas con Cuba, aun siendo legales en ciertos escenarios. Por supuesto, también aumenta el cálculo de riesgo para posibles inversionistas extranjeros.
Según datos oficiales, más de medio millón de ciudadanos cubanos participaron el 20 de diciembre en una marcha por el malecón habanero en protesta por la permanencia de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
En noviembre, congresistas de Estados Unidos enviaron una carta a Biden instando a un “un alivio inmediato de las sanciones al pueblo cubano”, así como a sacar al país de la lista en que Trump le volvió a introducir en la jornada inaugural de su presidencia.
ED: EG