Pierde fuerza el mercado laboral en el mundo

Vendedores informales en Lima. El trabajo informal, la pobreza de los trabajadores y el desempleo, en particular entre los jóvenes, mantienen los niveles anteriores a la pandemia y esa situación obstaculiza la recuperación de los mercados laborales, castigando sobre todo a los países de menos ingresos, según la Organización Internacional del Trabajo. Imagen: Comex Perú

GINEBRA – La economía mundial se está desacelerando, con lo cual los mercados laborales pierden fuerza y se dificulta su plena recuperación, expuso en un informe divulgado este jueves 16 la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Según el estudio, “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2025”, el año pasado el empleo mundial se mantuvo estable y solo creció gracias al aumento de la población activa, lo que mantuvo la tasa de desempleo en cinco por ciento.

Los jóvenes, en particular, soportan tasas de desempleo mucho más elevadas, sostenidas en 12,6 %. El trabajo informal y la pobreza de los trabajadores volvieron a los niveles anteriores a la pandemia, y los países de bajos ingresos fueron los que tuvieron más dificultades para crear empleos decentes.

El informe señala retos como las tensiones geopolíticas, el aumento de los costos por el cambio climático y los problemas de deuda sin resolver, que están sometiendo a presión a los mercados laborales.

El déficit mundial de empleo -el número estimado de personas que quieren trabajar, pero no tienen trabajo- alcanzó los 402 millones en 2024.

Eso incluye 186 millones de desempleados, otros 137 millones que son principalmente trabajadores desanimados y 79 millones a los que les gustaría trabajar pero que tienen obligaciones, como el cuidado de otras personas, que les impiden acceder a un empleo.

La brecha se ha ido reduciendo gradualmente desde la pandemia por la covid-19, y se espera que se estabilice en los próximos dos años.

Aunque la inflación ha disminuido, sigue siendo elevada, lo que reduce el valor de los salarios, según el informe. Los salarios reales solo han aumentado en algunas economías avanzadas, y la mayoría de los países aún se están recuperando de los efectos de la pandemia y la inflación.

Las tasas de participación en la fuerza de trabajo han descendido en los países de renta baja y han aumentado en los de renta alta, sobre todo entre los trabajadores de más edad y las mujeres.

Sin embargo, las diferencias entre hombres y mujeres siguen siendo grandes, con menos mujeres en la población activa, lo que limita los avances en el nivel de vida.

En el caso de América Latina y el Caribe, la tasa de participación en la fuerza laboral es relativamente estable, ubicada en 62,6 % en 2024. Sin embargo, la tasa masculina (74,6 %) fue 23,4 puntos porcentuales más alta que la femenina (51,2 %).

Además, es probable que muchos de los empleos que desempeñan las mujeres en la región sean informales y en actividades mal remuneradas.

Entre los hombres jóvenes, la participación ha disminuido drásticamente, y muchos de ellos no cursan estudios, ni trabajan, ni siguen una formación, son “NiNis”.

Esa tendencia es especialmente pronunciada en los países de renta baja, donde las tasas de “NiNis” entre los hombres jóvenes han aumentado casi cuatro puntos porcentuales por encima de la media histórica anterior a la pandemia, lo que les hace vulnerables a los retos económicos.

Las tasas de “NiNis” en los países de renta baja aumentaron en 2024, con 15,8 millones de hombres jóvenes (20,4 %) y 28,2 millones de mujeres jóvenes (37,0 %), lo que supone incrementos de 500 000 y 700 000, respectivamente, con respecto a 2023.

A nivel mundial, 85,8 millones de hombres jóvenes (13,1%) y 173,3 millones de mujeres jóvenes (28,2%) eran “NiNis” en 2024, lo que supone un aumento de un millón y 1,8 millones, respectivamente, con respecto al año anterior.

En América Latina y el Caribe, las mujeres jóvenes siguen mostrando una tasa de desempleo más alta que sus homólogos masculinos: 16,4 % frente a 11,6 % en 2024.

El estudio identifica un potencial de crecimiento del empleo en las energías verdes y en las tecnologías digitales.

Los empleos en energías renovables han crecido hasta 16,2 millones en todo el mundo, impulsados por la inversión en energía solar y de hidrógeno. Sin embargo, esos puestos de trabajo están desigualmente distribuidos, con casi la mitad en Asia oriental.

Las tecnologías digitales también ofrecen oportunidades, pero muchos países carecen de la infraestructura y las competencias necesarias para beneficiarse plenamente de estos avances, señala el informe.

Gilbert Houngbo, director general de la OIT, destacó al presentar el informe que “el trabajo decente y el empleo productivo son esenciales para alcanzar la justicia social y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados por las Naciones Unidas con 2030 como año-meta para sus propuestas.

El informe hace recomendaciones para afrontar los retos actuales, comenzando por aumentar la productividad, mediante la inversión en formación, educación e infraestructuras para apoyar el crecimiento económico y la creación de empleo.

También plantea ampliar la protección social, con mejor acceso a la seguridad social y a unas condiciones de trabajo seguras para reducir la desigualdad.

Asimismo, propone utilizar eficazmente los fondos privados, destacando que los países de renta baja pueden aprovechar las remesas y los fondos de la diáspora para apoyar el desarrollo local.

A-E/HM

 

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