Brasil decide liberar las aulas de la invasión del teléfono celular

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva durante su visita a una escuela en Salvador, capital del nororiental estado brasileño de Bahia, el 17 de octubre del año pasado, donde todos los estudiantes alzaban sus celulares para el sacarse fotos con el gobernante. Imagen: Ricardo Stuckert / PR

RÍO DE JANEIRO – Era necesario repeler la “invasión” de los teléfonos celulares en las aulas brasileñas, incluso para impulsar un debate sobre el uso de las tecnologías en la educación, según Silvana Veloso, una pedagoga con larga experiencia en ese tema.

En Brasil se promulgó el 13 de enero una ley que prohíbe “el uso, por estudiantes, de aparatos electrónicos portables personales durante las clases, el recreo o intervalos entre las clases, en todas las etapas de la educación básica”, lo que le convierte en el primer país latinoamericano en restringir nacionalmente el uso de estos dispositivos.

Un inusual acuerdo entre las distintas y opuestas corrientes políticas permitió la aprobación de la nueva ley por el legislativo Congreso Nacional en diciembre de 2024. Solo algunos diputados de la extrema derecha, que en Brasil se agrupa principalmente en el Partido Liberal, votaron en contra.

Desean que los alumnos puedan disponer del celular para filmar “prácticas doctrinarias” de los docentes y denunciar el activismo ideológico marxista que, según los ultraderechistas, contamina la educación brasileña. Pero incluso parte de sus legisladores aprobó la ley.

Restringir los celulares en las escuelas tiene por fin “salvaguardar la salud mental, física y psíquica de los niños y adolescentes”, justifica la norma aprobada, denominada ley 15.100, que prevé excepciones a la prohibición, como el uso pedagógico, en casos de necesidad por algún riesgo o problemas de salud o discapacidad.

La nueva norma tiene vigencia inmediata, sin un plazo de adaptación, así que se aplicará desde febrero, cuando comienza el curso escolar en este país de 212 millones de habitantes.

“Es necesario introducir las tecnologías en cada escuela de forma organizada, sin el atropello actual”: Bernardo Baião.

“Esa ley es pequeña, limitada, pero positiva porque mueve la comunidad, los padres, profesores e incluso el cantinero de la escuela, provoca el debate”, evaluó Veloso, que no rechaza la tecnología en las escuelas, sino que pregona y promueve su adecuado uso

Como pedagoga, ella coordinó el BH Digital, programa de inclusión digital en Belo Horizonte, la capital del sureño estado de Minas Gerais, de 2,3 millones de habitantes, desde su implantación en 2004 hasta 2012.

El programa diseminó telecentros, con entre 10 y 20 computadoras conectadas a internet, en órganos públicos como bibliotecas y oficinas de asistencia, centros culturales y organizaciones no gubernamentales, además la unidad móvil, una carreta con equipos para impartir clases de informática en los barrios.

Con 40 de sus 60 años dedicados a la educación, ella también fue secretaria de Educación de Rio Acima, un municipio de 10 000 habitantes, de 2022 a 2024, cuando implantó un programa de tecnología en las escuelas locales, que incluía laboratorios de robótica. Sigue como profesora y orientadora local en el tema.

Rio Acima y muchos otros municipios recibieron equipos de informática, como computadoras y tabletas, pero sin saber qué hacer con ellos.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, de sombrero para ocultar cicatriz de una cirugía en la cabeza, con el ministro de Educación, Camilo Santana, al sancionar en Brasilia el 13 de enero la ley que prohíbe a nivel nacional el uso de teléfonos celulares y otros disposítivos electrónicos móviles en las aulas. Imagen: Ricardo Stuckert / PR

Escuelas y docentes sin preparar

Así como ante la verdadera invasión de los celulares, las escuelas y los profesores, en general, no están preparados para incorporar nuevas tecnologías en la enseñanza, lamentó Veloso. No diseñaron un proyecto pedagógico para incorporarlas.

En relación a los teléfonos celulares o móviles, en la posesión de la gran mayoría de los alumnos, la pedagoga vivió casos dramáticos.

En reacción a la violencia en las escuelas, que recrudeció a fines de 2022 y comienzo de 2023, con cinco ataques y 11 muertos en cinco estados brasileños, alumnos de nueve y 10 años de edad en Rio Acima organizaron redes de autodefensa por la aplicación Whatsapp.

Instrucciones para el uso de cuchillos de cocina para “sangrar los bandidos” que invadiesen las escuelas y la preparación de cocteles incendiarios molotov formaban parte de los diálogos de la red, hasta que una de las madres se enteró por los propios  estudiantes, contó Veloso a IPS por teléfono desde Rio Acima, donde vive en una finca.

La líder del movimiento tenía apenas 10 años y encabezaba unos grupos de diálogo por Whatsapp. “Reproducían la violencia” de que podrían ser víctimas, acotó la pedagoga.

Otro caso, anterior, de 2017, se descubrió por las heridas en el brazo de una alumna. Se trataba de niñas que se automutilaban, estimuladas por un sitio web que promovía disputas entre quienes eran capaces de cortarse.

Capacitación, principalmente de los profesores, para manejar y aprovechar las innovaciones tecnológicas es la cuestión central del desafío impuesto a la educación, sostuvo Veloso.

“La tecnología no produce retroceso, los responsables somos nosotros. La humanidad siempre buscó una comunicación interactiva. Lo que alcanzamos es maravilloso, el teléfono que permite conversar viendo la imagen del interlocutor es fascinante”, pero exige debate, diálogo, para su uso adecuado, concluyó.

 

Cartel publicitario de la alcaldía de Rio Acima que promueve el uso de tabletas y computadoras en la educación ambiental de los estudiantes del municipio. Imagen: Alcaldía de Rio Acima

Daños del celular

Se acumulan estudios que apuntan efectos negativos del celular para el aprendizaje, por el déficit de atención, adicción a las redes sociales e incluso agravamiento de la ansiedad entre los alumnos.

Brasil se convirtió en el primer país latinoamericano en aprobar una ley que restringe los teléfonos móviles en las escuelas, siguiendo una tendencia mundial.

Una cuarta parte de sus 194 Estados miembro ya adoptaron medidas restrictivas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (Unesco), especialmente en Europa y Asia.

Aunque entre en vigor en febrero, la efectiva vigencia de la nueva ley brasileña necesita la reglamentación y los protocolos para su aplicación en las escuelas bajo gestión de los estados (secundarias) y de los municipios (primarias).

Tras el consenso político, fomentado por la comprobada distracción de las atenciones que provoca el celular, tanto en las escuelas como en el trabajo, la nueva ley impone ahora una reflexión sobre los proyectos pedagógicos en las escuelas.

“Es necesario introducir las tecnologías en cada escuela de forma organizada, sin el atropello actual”, según Bernardo Baião, coordinador de Políticas Educacionales de Todos por la Educación, una organización de la sociedad civil sin fines de lucro que busca promover la enseñanza básica de calidad en Brasil.

Dos alumnos de Rio Acima participan en el programa tecnología en las escuelas del municipio, para el mejor aprovechamiento de los recursos digitales en la enseñanza. Imagen: Alcaldía de Rio Acima

La proliferación del celular, combinado con las redes sociales, tiene una dimensión cognitiva, al afectar el aprendizaje. Los mismos estudiantes admiten que les quita atención al estudio.

“Más tiempo de pantalla, menos aprendizaje”, destacó Baião, graduado en historia y volcado a la educación, hace tres años a tiempo completo en el movimiento Todos por la Educación, desde Río de Janeiro.

Otras dimensiones del reto tecnológico son la emocional, de quienes “no consiguen vivir sin las redes”, y la interacción social, de “convivir y jugar en la escuela, hacerla ruidosa por naturaleza, sin el silencio del celular, que acerca personas distantes y aleja las que están cerca”, destacó a IPS.

“La tecnología no es la enemiga. Hay que combinar las distintas herramientas. El libro impreso es mejor para memorizar, pero el digital es más adecuado para personalizar la enseñanza, atender distintas necesidades e intereses”, comentó.

“El profesor es más importante que la pantalla de la computadora o del celular, la tecnología no lo sustituye”, subrayó.


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La prohibición de los teléfonos en las escuelas ya venía ocurriendo principalmente en las escuelas privadas y cuatro de los 26 estados brasileños ya habían aprobado una legislación propia. De hecho, 28 % de las escuelas ya habían adoptado la prohibición total, con pocas excepciones, en 2023, según el Comité Gestor de Internet.

Este comité lo conforman participantes del gobierno y la sociedad civil, incluidos académicos y empresas del sector. Colabora en la gestión de Internet, para mantener su neutralidad ante los intereses políticos y privados y fijó los puntos centrales de la ley brasileña que rige internet, el Marco Civil de Internet

La rápida aprobación de la ley nacional se debió a un casi consenso de la opinión pública. El no gubernamental Instituto Locomotiva realizó una encuesta en octubre de 2024 que mostró que 82 % de los entrevistados eran favorables a la prohibición del celular en las escuelas.

ED: EG

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