BAKÚ – Brasil se prepara para acoger la COP30 en la ciudad amazónica de Belém do Pará el año próximo, y Moisés Savian, secretario de Gobernanza de la Tierra, Desarrollo Territorial y Socioambiental del país, destacó la importancia de esa cumbre para mostrar las políticas ambientales brasileñas y fomentar la colaboración mundial.
En entrevista con IPS en Bakú, donde las negociaciones climáticas siguen sin avanzar en sus últimas horas, Savian destacó los avances de Brasil bajo el gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva y delineó las aspiraciones del país para la próxima cumble climática.
La 30 Conferencia de las Partes (COP30) sobre cambio climáticoNaciones Unidas está programada para noviembre de 2025 en Belém, en plena Amazonia.
Además de la COP30, en Belém se realizará la 20 Reunión de las Partes del Protocolo de Kioto y la séptima Reunión de las Partes del Acuerdo de París (CMA7) sobre el clima de 2015.
También acogerá las 63 sesiones del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y Tecnológico y del Órgano Subsidiario de Ejecución.
Un momento para brillar
«La próxima COP es una oportunidad importante para Brasil. Nuestra nación ha sido bendecida con inmensos recursos naturales, diversos ecosistemas y riqueza cultural. Acoger esta cumbre nos permite destacar nuestras políticas medioambientales y contribuir de manera significativa al diálogo mundial sobre la acción climática», dijo Savian.
El alto funcionario brasileño afirmó que las anteriores COP celebradas en petroestados como los Emiratos Árabes Unidos, en 2023, y Azerbaiyán ahora fueron notables por derecho propio, pero que la edición de Brasil será distinta.
«El tejido social único de Brasil, que incluye contribuciones de personas de todo el mundo, junto con su enorme diversidad ecológica -desde los biomas de la Amazonia o el Cerrado- añadirá un dinamismo sin parangón a la COP30» afirmó.
Logros en la protección ambiental
Savian afirmó que, bajo la administración de Lula, Brasil ha dado pasos significativos en la reducción de la deforestación y la transición hacia una agricultura sostenible.
«Solo en el último año hemos reducido la deforestación en 30 % en la Amazonia y en un 25 % en el Cerrado. Estos logros reflejan nuestro compromiso de proteger nuestros biomas vitales», dijo.
En el sector agrícola, Brasil está invirtiendo mucho en una transición ecológica para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, grandes responsables del recalentamiento planetario, además de promover la agricultura familiar como ariete del desarrollo.
Brasil fue uno de los primeros países del mundo en presentar su contribución determinada a nivel nacional, la NDC, lo que hizo al inicio de la cumbre de Bakú, iniciada el día 11.
En su nueva y voluntaria NDC, Brasil aumentó sus ambiciones climáticas, comprometiéndose a una reducción de 53 % de las emisiones para 2030.
El país pretende posicionarse como la primera nación del Grupo de los 20 en lograr emisiones netas cero, fomentando al mismo tiempo la creación de empleo y la prosperidad económica.
Brasil también está ultimando sus objetivos de reducción de emisiones para 2035, centrándose en la lucha contra la deforestación, la promoción de la agricultura sostenible, la descarbonización de las industrias, la aplicación de soluciones basadas en la naturaleza, la expansión de las fuentes de energía renovables, el avance del transporte sostenible y el desarrollo de la bioeconomía.
Sin embargo, a pesar de estas iniciativas, los planes climáticos de Brasil solo han recibido una fracción de la financiación necesaria para cumplir sus ambiciosos objetivos.
Según Savian, es sumamente importante centrarse en las poblaciones tradicionales e indígenas y garantizar la preservación de sus derechos y territorios.
«Estamos formulando un plan nacional específico para la agricultura familiar, que constituye la mayoría de nuestra población rural. Estas comunidades suelen ser las más afectadas por los extremos climáticos, por lo que es esencial contar con políticas públicas específicas», dijo.
Responsabilidad y apoyo mundiales
Savian también abordó el papel de las naciones desarrolladas en el apoyo a la adaptación al clima y la mitigación de sus efectos en países como Brasil. Destacó cuatro áreas clave en las que la cooperación mundial es esencial.
La primera es la financiación de la acción climática: los países desarrollados deben cumplir sus promesas de financiación de las iniciativas climáticas. La segunda, el apoyo tecnológico: las tecnologías avanzadas de estos países pueden ayudar a descarbonizar economías como la brasileña.
La tercera es el consumo sostenible: es crucial centrarse en productos bajos en carbono y cadenas de suministro sostenibles. Y la tercera es el intercambio de conocimientos: la colaboración en investigación y desarrollo de capacidades es vital para el progreso mundial.
«Menos de 1 % de la financiación mundial para el clima llega actualmente a los agricultores familiares y las comunidades tradicionales. Esto tiene que cambiar. Si bien la financiación es fundamental, también lo son unos criterios claros para su asignación y garantizar que llegue a quienes más la necesitan», dijo Savian.
Retos y prioridades para una buena conclusión de la COP29
En sus comentarios sobre la COP29, Savian expresó su preocupación por la lentitud con que se avanza en el cumplimiento de los compromisos.
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Subrayó la necesidad de resultados tangibles en tres áreas clave: financiación del clima, establecimiento de marcos de actuación y garantía de que los fondos lleguen a las comunidades de base; finalización de la normativa para hacer operativo el comercio de carbono; y mecanismos de seguimiento, incluido el establecimiento de indicadores para seguir los avances y los resultados.
«Sin centrarse en la agricultura familiar y en la transformación del sistema alimentario, no puede haber una transición justa», afirmó Savian.
La visión de Brasil para la COP30
Savian expresó su confianza en la preparación de Brasil para acoger la COP30, reconociendo los retos logísticos que plantea Belém, una ciudad de 1,5 millones de habitantes en la ribera de la entrada baja del río Amazonas.
«A pesar de estos obstáculos, estamos comprometidos a mostrar la Amazonia al mundo. Será una oportunidad para que los líderes mundiales y los ciudadanos se comprometan con el corazón de los esfuerzos medioambientales de Brasil», dijo.
También destacó el historial de éxito de Brasil como anfitrión de grandes citas internacionales, en especial durante la presidencia de Lula, que gobernó el país entre 2003 y 2010 y volvió al poder el primer día de 2023.
«Aspiramos a que la COP30 sea una experiencia transformadora que haga avanzar los objetivos climáticos y aumente el aprecio mundial por la biodiversidad y la gestión medioambiental de Brasil», afirmó Savian.
T: MF / ED: EG