SANTIAGO – Los resultados de los comicios municipales y regionales del sábado 26 y domingo 27 en Chile no fueron una derrota aplastante para el gobierno izquierdista del presidente Gabriel Boric, mientras la oposición de derecha se siente segura de recuperar el poder en la elección presidencial de noviembre del próximo año.
Pasadas las reacciones de euforias o lamentos de la noche del domingo, los análisis más equilibrados rescatan como lecciones fundamentales de la cita electoral un continuo descrédito de la política y de los partidos, que se asocia a escándalos de corrupción y abusos sexuales.
La manifestación más ostensible de la desconfianza ciudadana en los políticos profesionales fue el triunfo de candidaturas independientes, sin respaldo de partidos o pactos electorales, en las alcaldías de 103 comunas (municipios), sobre un total de 346 en este país de 20 millones de habitantes.
Pese a que en esta oportunidad se instituyó el sufragio obligatorio por primera vez en elecciones pluripersonales, votó 83,84 % del padrón electoral de 15 450 377 mayores de 18 años. Los votos nulos y blanco sumaron casi 18 % en otra muestra más del relativo entusiasmo de los votantes.
Evelyn Matthei mira al 2025
Las cuentas alegres de la derecha se personifican en Evelyn Matthei, quien desde hace varios meses encabeza las encuestas de “presidenciables” como candidata segura del pacto Chile Vamos, que conquistó 122 de las 345 alcaldías municipales, mientras la coalición oficialista de centroizquierda ganó en 111 comunas.
Matthei, de la Unión Demócrata Independiente, es la alcaldesa saliente del rico municipio santiaguino de Providencia y confía que el Partido Republicano, de extrema derecha, que ganó ocho alcaldes, le dará de buena o mala gana su apoyo en una definición presidencial de segunda vuelta en diciembre de 2025.
Esta candidata presidencial aún no proclamada es hija del general de Aviación Fernando Matthei (1925-2017), que integró la junta militar bajo la dictadura de Augusto Pinochet entre 1978 y 1990. Se le atribuye haber desactivado el intento del dictador de desconocer su derrota en el plebiscito presidencial de octubre de 1988.
Cinco años después…
Hubo ahora un retroceso de los partidos de izquierda y centro que apoyan al gobierno con relación a los comicios regionales y municipales de 2020, celebrados bajo la emergencia sanitaria de la covid-19, un año después del estallido social de octubre de 2019 contra la administración derechista de Sebastián Piñera (1949-2024).
Cinco años después de esa revuelta ciudadana, que abrió paso a dos intentos fallidos de reemplazar la Constitución heredada de la dictadura, parece predominar una fatiga electoral en los chilenos, absorbidos por preocupaciones inmediatas en temas como la seguridad, a la vez que dejan de lado propuestas transformadoras de la sociedad.
En esta última convocatoria a las urnas se eligieron, además de 346 alcaldes, 16 gobernadores regionales, 2251 concejales municipales y 302 consejeros regionales. Las votaciones de concejales son las que mejor reflejan la convocatoria de los partidos, ya que por su cantidad van más diferenciados al interior de los pactos.
En este terreno, el Partido Republicano de extrema derecha fue el más votado, con 11,22 %, seguido por Renovación Nacional, de derecha, con 9,9 %. A continuación, dos partidos de la coalición gobernante: el Comunista (5,50 %) y el Frente Amplio de Boric (5,25 %). Luego la UDI, el partido de Matthei, que llegó a 5,09 %.
Más atrás, el Partido Socialista (PS) con un 4,84 %, el Demócrata Cristiano con un 3,16 %, el Radical con 2,33 %, el Partido de la Gente (PDG) con 2,21 % y el Partido por la Democracia (PPD) que llegó a un 2,17 %. Con excepción del PDG estas colectividades fueron parte de la desaparecida Concertación por la Democracia.
El Partido Demócrata, escindido de la Democracia Cristiana, y Amarillos por Chile, un grupo de intelectuales y empresarios de centro que repudió la violencia del estallido social y se inclinó hacia la derecha, debutaron en esta elección con magros resultados y podrían desaparecer del escenario político.
Hay en Chile actualmente más de 20 partidos legales, algunos de extrema derecha evangelista, como el Social Cristiano, y por lo menos tres más que se proclaman Verdes, Ecologistas y Animalistas.
Estos últimos influyeron en las elecciones de alcaldes al restarle votos a candidatos del oficialismo. En el municipio santiaguino de Ñuñoa, Emilia Rios, del Frente Amplio no logró la reelección. Obtuvo 45,93 % de los votos y el derechista Sebastián Sichel 46,69 %, mientras el ecolgista Josué Ormazábal logró 4,02 %.
La única elección con balotaje es la de gobernadores regionales. El 24 de noviembre deberán dirimirse los triunfadores en 11 regiones, donde ningún candidato alcanzó la meta de 40 %. En la región Metropolitana, Claudio Orrego (independiente, exdemocristiano) alcanzó 38,58 % contra 27,6 % del derechista Francisco Orrego.
Orrego, abanderado del oficialismo, tuvo también la competencia de cuatro candidatas y candidatos de diversas variables del ecologismo y el animalismo.
Votación entre escándalos
La derecha chilena, y particularmente la UDI, se vio involucrada en sucesivos escándalos de corrupción. El más notable, el de Cathy Barriga, exalcaldesa del municipio de Maipú, el segundo más poblado de la región Metropolitana, en arresto domiciliario mientras se la juzga por un fraude estimado en 33 millones de dólares.
El senador Javier Macaya tuvo que renunciar en julio a la presidencia de la UDI, cuestionado por defender a su padre, el empresario agrícola Eduardo Macaya, condenado a seis años de cárcel por abusos sexuales contra niñas de su entorno familiar.
El abogado Luis Hermosilla está bajo proceso desde agosto por delitos de fraude, sobornos y lavados de activos, que involucraron al exministro de Sebastián Piñera Andrés Chadwick, fundador y hombre fuerte de la UDI.
Como escándalo colateral, se descubrió que Chadwick, presidente del directorio de una universidad privada, contrató con un millonario sueldo de 17 000 dólares al mes a Marcela Cubillos, exministra de Piñera y exdiputada de la UDI, que se postuló al cargo de alcaldesa de Las Condes, un municipio de clase alta, en esta elección.
Esta seguidilla de escándalos de escándalo en uno de los principales partidos de derecha era vista como un factor que favorecería a los partidos del gobierno en estas elecciones, hasta que cayó como un balde de agua fría el “caso Monsalve” el 17 de octubre.
Manuel Monsalve, subsecretario (viceministro) del Interior, encargado de las políticas de seguridad pública, fue denunciado por una asesora de esa oficina gubernamental, de haberla violado en dos oportunidades, después de haberla drogado.
Monsalve, renunció al cargo gubernamental y fue expulsado del Partido Socialista, mientras su caso sigue ocupando amplios espacios en los principales medios de prensa, todos conservadores, que han relegado así a un segundo plano el caso de Macaya y los juicios contra Cathy Barriga y Luis Hermosilla.
Marcela Cubillos fue castigada por el electorado de otra comuna santiaguina, Las Condes, y perdió una elección que consideraba ganada, en beneficio de otra candidata de derecha, Catalina San Martín. En tanto, algunos analistas plantean que el caso Monsalve perjudicó electoralmente a los partidos de gobierno.
El balotaje de gobernadores dará nuevas luces para el futuro de la política chilena, aunque en un escenario tan cambiante e influido por factores como la corrupción y escándalo sexuales, no es fácil hacer previsiones sobre lo que ocurrirá en las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre de 2025.
ED: EG