Termotanques solares, una puerta a la transición energética en Argentina

El Programa de Desarrollo de la Industria Solar Térmica generó una demanda de más de 47 000 termotanques solares en el país. Imagen: Unsplash

CÓRDOBA, Argentina – “Tomo mate con el agua que viene directo desde el termotanque solar. Es fantástico y es gratis”, dice Jorge Pendino, que tiene un pequeño complejo de cabañas en la provincia de Córdoba, en el centro de Argentina, que se abastece de agua caliente sanitaria a través de termotanques solares.

La posibilidad de que estos equipos se adopten de manera masiva en Argentina es posible, pero la falta de políticas específicas para el sector, junto a la discontinuación de un programa a nivel nacional para dotar de estos artefactos a las viviendas construidas por el Estado, complica el objetivo.

A pesar de ello, en el país, estos artefactos siguen siendo la puerta de entrada a las energías renovables, ya que hay productos nacionales en el mercado y, en comparación con otras tecnologías, son más accesibles.

La energía termosolar en Argentina es la que mayor potencial energético y tecno-productivo tiene, según explicó Diego Roger en su trabajo “Una nueva matriz energética para Argentina: rentas termodinámicas y desarrollo industrial, tecnológico y científico”.

“Las tecnologías eólica y termosolar, además de tratarse de recursos renovables de gran magnitud y que se encuentran en procesos de rendimientos crecientes, son tecnologías que están en ciclos iniciales de vida, y el país tiene capacidades en ellas”, asegura Roger.

El último plan importante para la adopción masiva de estos equipos se llevó a cabo entre 2021 y 2023. En ese período, funcionó el Programa de Desarrollo de la Industria Solar Térmica (Prodist), de la mano del antiguo Ministerio de Desarrollo Productivo.

Lo impulsó el Observatorio de Energía y Sustentabilidad (OES) de la Universidad Tecnológica Nacional, que generó una demanda de 47 196 termotanques solares en cinco regiones del país.

Gracias al Prodist, se incrementaron los puestos laborales y la capacidad productiva del sector termosolar en Argentina. Imagen: Unsplash

El Prodist fomentó que las viviendas construidas por el Estado, tanto a nivel nacional como provincial, tuvieran instalados termotanques solares de fabricación nacional. Según el informe final del programa, se alcanzó un ahorro anual de cinco millones de dólares contando a todos los hogares en los que fueron instalados estos equipos.

A su vez, la puesta en práctica del programa derivó en beneficios directos para el sector termosolar, con un incremento de 48 % en puestos laborales y de 56 % en la capacidad productiva.

“El sector cuenta con un gran potencial en Argentina pero el desarrollo es bastante irregular. No ha habido una política clara de desarrollo en los últimos 20 o 30 años”, comenta Pablo Bertinat, titular del OES.

A pesar de que hay fabricantes nacionales de equipos y de los ahorros que supone incorporar un termotanque solar, referentes del sector coincidieron en que el presente no es el mejor y que su despegue depende de que se estabilicen los cuadros tarifarios.

De hecho, los datos del último censo que lleva adelante el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti), que datan del 2021, marcan un decrecimiento en la producción nacional de equipos.

Mientras que en 2019 estos artefactos representaban 22 % de la oferta total a nivel nacional, dos años después esa cifra bajó a 16 %. El mismo relevamiento estimó una reducción de emisiones en torno a las 91 000 toneladas de dióxido de carbono por año.

Justamente, la tecnología termosolar es clave para comenzar a pensar en una matriz energética que deje de lado al gas, una de las principales fuentes de energía para obtener agua caliente sanitaria en los hogares, pero que, al ser un combustible fósil, es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero en el planeta.

Se estima que el ahorro en gas o electricidad por el uso de un termotanque solar para calentar el agua de una vivienda puede llegar a 80 %. Imagen: Unsplash

Comienzo “desprolijo”

En Alvear, una ciudad de poco más de 4000 habitantes que se encuentra a 14 kilómetros al sur de Rosario, Ramiro Pereyra vive con su esposa desde finales del 2023. Al momento de construir su casa, decidieron instalar un termotanque solar. “Me comentaron los beneficios y el ahorro que se generaba en la casa al no depender sólo del gas natural”, explica.

Para adquirir el equipo, se valió de una cuestión que desde la Cámara Argentina de Energías Renovables (Cader) marcan como una de las causas para que el sector arranque de manera “desprolija” en el país.

Se compró un equipo a un importador que incursionó en la venta de los mismos sin ser del sector ni entender la dinámica, por lo que fue a pérdida y tuvo que venderlos más baratos, detalla.

Sobre ello, el coordinador del Comité Solar Térmica de Cader, Pablo Grecco, detalla que el inicio del rubro “se contaminó mucho comercialmente porque durante el gobierno de (Mauricio) Macri (2015-2019), al abrirse las importaciones indiscriminadamente, mucha gente que estaba trabajando dentro del sector se largó a importar y a poner su propia marca”.

Esta posibilidad derivó en lo que Grecco llama consecuencias negativas. “Se metió gente que no tenía nada que ver con el tema, con su desconocimiento, y aparecieron actores que, si bien tenían que ver con el tema, no tenían recursos y traían equipos, pero no repuestos. Eso dejó un tendal de gente disconforme en el mercado”, sostiene

Instalar “por las dudas”

En Argentina se vienen aplicando diversos niveles de subsidios sobre las tarifas de energía desde hace más de una década.

Actualmente, la administración del presidente de extrema derecha Javier Milei, en el poder desde diciembre, decidió retirar esos subsidios, por lo que los costos en las boletas aumentaron exponencialmente.

Muchos usuarios, precavidos por lo que significó la misma medida que tomara el entonces presidente Macri tras asumir su mandato en diciembre de 2015, decidieron empezar a buscar alternativas para ahorrar costos.

Pereyra cuenta que si bien hay gas natural en el pueblo, decidieron instalar el termotanque solar porque, además del ahorro en las boletas, lo hicieron “por si el gobierno decidía eliminar los subsidios a la energía”, algo que finalmente ocurrió.

“La experiencia es muy recomendable, pero los tanques no son tan amplios. Tengo uno de 200 litros, pero le agregué un tanque común para que el agua recircule”, comenta Pereyra, y aclara que no puede dimensionar el ahorro de gas ya que se mudó con el termotanque ya instalado.

Quien sí puede dar cuenta de eso es Grecco: “Hay que pensar que el ahorro de utilización de gas o electricidad, con el termotanque solar, es de entre 70 y 80% del consumo anual para calentar agua para bañarse”.

“A esto hay que sumarle que en los lugares donde no hay gas natural, el tener gas envasado hace que la recuperación (de la inversión) del equipo se dé en seis meses. Y en lugares donde hay gas natural, la recuperación del equipo se da en dos años, aproximadamente”, agrega.

Ahorro en otros servicios

Jorge Pendino dejó su actividad laboral hace unos meses en Rosario para dedicarse de lleno a un pequeño complejo de cabañas que tiene en Capilla del Monte, una localidad del Valle de Punilla, en la provincia de Córdoba, emplazada a poco menos de 1000 metros sobre el nivel del mar.

Estos enclaves son ideales para el desarrollo de este tipo de energías renovables por dos razones: la ausencia de red de gas natural y una buena altura para que los equipos aprovechen todo su potencial.

De hecho, Grecco comenta que, por estos motivos, “uno de los principales mercados de los sistemas térmicos, históricamente, es Córdoba. El norte del país, también”.

Unas 10 empresas nacionales conforman la Cámara Argentina de Fabricantes de Equipos de Energía Solar Térmica

Pendino no duda y asegura que la experiencia con el termotanque solar “es fantástica” y que el funcionamiento del sistema es tan eficiente que, incluso, ahorra en otros servicios.

«Funciona tan bien que hasta tomamos mate con el agua que sale de la canilla. Y hasta sacamos para hervir comida porque ya sale a tal temperatura que nos ahorramos lo que usaríamos de gas para calentar el agua fría. Y eso, en pleno invierno”, argumenta.

Justamente, la decisión de instalar un termotanque en las cabañas se debió a las ventajas económicas y a la falta de gas natural en la zona. Y afirma que si tuviera que cambiar el calefón a gas de su casa en Rosario, compraría un termotanque solar.

Retracción por falta de obra pública

El freno de la construcción de viviendas desarrolladas por el Estado argentino tuvo su coletazo en el sector ya que esto derivó en una baja en las ventas que se hacían gracias al Prodist, según explica Jorge Follari, miembro de la Cámara Argentina de Fabricantes de Equipos de Energía Solar Térmica (Cafeest), que nuclea a unas diez empresas localizadas en distintas provincias.

“La situación del sector es bastante crítica porque con la suspensión de la obra pública, se cortó la ejecución de un plan de viviendas sociales en todo el país», aseguró Follari, quien es titular de una fábrica de termotanques solares en San Luis.

De hecho, añadió, «hay un plan que quedó interrumpido en diciembre del año pasado y, por lo tanto, las empresas que tomaron esas obras no están comprando ningún insumo, entre los que estaban los termotanques solares que nos compraban a nosotros”.

“En San Luis lidiamos con seis o siete empresas que comercian productos chinos y salen la mitad. Es difícil, en una situación de crisis como la que estamos, que el usuario decida comprar un equipo más caro”, manifestó.

La suspensión de la construcción de viviendas sociales frenó la implementación a gran escala de termotanques solares.

Además, resaltó que hay falta de controles por parte de la Secretaría de Comercio, lo que posibilita el ingreso y mayor expansión de productos de China.

“En lugar de exigir el cumplimiento de las normas Iram y de seguridad eléctrica, se compran equipos chinos que valen la mitad (los nacionales, para una vivienda de cuatro personas, están en torno a los 1.260 dólares) y no tienen aprobaciones porque no tienen calidad”, dijo.

Puerta de entrada a las energías renovables

Grecco detalló que el sector termosolar en Argentina viene de “algunos años de estancamiento” pero “está volviendo a crecer”.

“Ahora hay homologaciones, la cuestión es más prolija. Pero después de muchos años de tarifas baratas, hoy se vislumbra mayor interés nuevamente de sectores medios y medios-bajos en donde se quiere ahorrar gas o electricidad utilizando un termotanque solar”, planteó.

La posibilidad de que “las clases medias y medias-bajas” puedan acceder a los termotanques solares hace que esta tecnología, según considera Grecco, sea de las más accesibles.

“Un sistema fotovoltaico chico se hace inaccesible para cualquier familia por el grado de ahorro que le trae, por lo que el termotanque solar, podría decirse, es la puerta de entrada a las energías renovables”, afirmó.

La implementación de planes especiales en las tarjetas de crédito es una de las claves para que las personas puedan acceder de manera particular a los equipos

Y asegura que los planes que puedan ofrecer las tarjetas de crédito son fundamentales para el acceso a los equipos: “Los planes de cuotas para este tipo de productos permiten un acceso rápido al ahorro mientras vas pagando el equipo. Sería muy bueno que en las promociones que hay para comprar electrodomésticos se incluyan los termotanques solares”.

A pesar de todo, Grecco manifiesta que “en este momento hay una gran perspectiva en el mercado, en tanto y en cuanto tengamos una política tarifaria estable en Argentina y el restablecimiento del crédito”.

Este artículo se elaboró con el apoyo de Climate Tracker América Latina.

RV: EG

 

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