NACIONES UNIDAS – El secretario general de las Naciones Unidas António Guterres, reclamó este miércoles 25 una “acción drástica” a todos los países, sobre todo a los industrializados, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que dañan el clima y causan la subida del nivel del mar.
“La causa está clara: los gases de efecto invernadero, procedentes en su mayoría de la quema de combustibles fósiles, están calentando nuestro planeta, expandiendo el agua del mar y derritiendo el hielo”, dijo Guterres en una reunión de alto nivel sobre el tema, al margen de la Asamblea General de la ONU.
Para el titular de la organización mundial “solo una acción drástica para adaptarse puede mantener a la gente a salvo de la subida de las aguas”.
Según los científicos que han trabajado el tema para la ONU, el nivel del mar global está subiendo más rápido que en cualquier otro momento de los últimos 3000 años, y sigue acelerándose.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático estima que el nivel global del mar subirá entre 15 y 30 centímetros de media de aquí a 2050, y que el aumento será mayor en las regiones ecuatoriales, sobre todo en el océano Pacífico.
La ONU estima que casi 900 millones de personas viven en zonas costeras bajas. La subida del nivel del mar provoca la erosión e inundaciones del litoral y perjudica sectores como la pesca, la agricultura y el turismo.
“Comunidades sumergidas, agua dulce contaminada, cosechas arruinadas, infraestructuras dañadas, biodiversidad destruida y economías diezmadas”, enumeró Guteres al describir los daños asociados a la subida del nivel del mar, y subrayó que los más pobres y vulnerables son los más afectados.
Citó ejemplos de consecuencias en países como Vanuatu, en el Pacífico sur, Bangladesh en el sur asiático, o Panamá, en América Latina, donde cientos de familias isleñas debieron ser reubicadas en tierra firme ante el avance de las aguas sobre los pueblos que habitaron por generaciones.
Celeste Saulo, secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) observó que se espera que las costas se vean reducidas frente a un aumento del nivel del mar, y que las lluvias que antes no generaban inundaciones, ahora sí lo hagan.
Además, vientos asociados a tormentas tropicales “que antes podían ser soportados”, ahora tendrían “efectos costeros muchísimo más dañinos”, dijo Saulo.
“Es decir, el aumento del nivel del mar lo que hace es aumentar la vulnerabilidad de todas las poblaciones costeras y no solo de las personas, sino de sus bienes, de sus casas y de sus medios de vida”, añadió la responsable de la OMM.
En otro pasaje de su intervención, Guterres afirmó que “los ricos no son inmunes”, destacó que “las economías avanzadas están gastando miles de millones en daños y adaptación” en insistió en que “si no actuamos pronto, la situación será mucho peor”.
Expuso que los desplazamientos masivos de población debidos a las subidas del mar y destrucción de hábitats costeros “pueden ejercer presión sobre los limitados recursos de las regiones vecinas”.
“El comercio mundial, los sistemas alimentarios y las cadenas de suministro se verán socavados al dañarse los puertos y arruinarse las tierras de cultivo y las pesquerías”, de modo que la subida del nivel del mar “no solo modificará las costas, sino también las economías, la política y la seguridad”.
Recordó que todos los países deben presentar nuevos planes nacionales de acción por el clima “mucho antes de la COP30”, la 30 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, prevista para el año 2025.
En la COP25, que debe reunirse en Belém (Brasil), los planes nacionales deben contemplar medidas sobre todos los sectores de la economía y encaminarse a la eliminación de los combustibles fósiles, en procura de que la temperatura media del planeta se ajuste a las previsiones del Acuerdo de París.
Ese acuerdo adoptado por casi todas las naciones en 2015 plantea contribuciones para que la temperatura media del planeta hacia mediados de siglo no suba más allá de 1,5 grados centígrados sobre el promedio de la era preindustrial (1850-1900).
Según Guterres, las economías industrializadas y emergentes reunidas en el Grupo de los 20 (G20), con 80 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, tienen la mayor responsabilidad.
“El G20 debe tomar la iniciativa y alinear sus planes de producción y consumo de combustibles fósiles con (el plan de) 1,5 grados”, enfatizó.
Parte de esa iniciativa debe traducirse en contribuciones al nuevo Fondo de Pérdidas y Daños, establecido en auxilio de las economías del Sur más afectadas y menos responsables de emisiones, como un paso hacia la justicia climática.
“Necesitamos que los países desarrollados dupliquen la financiación de la adaptación hasta al menos 40 000 millones de dólares al año para 2025, y que muestren cómo van a cerrar la brecha de financiación de la adaptación”, dijo Guterres al respecto.
También pidió la reforma de los bancos multilaterales para que sean capaces de proporcionar “una financiación mucho más asequible” a los países en desarrollo.
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