Estudiantes y comunidades de Bangladés se movilizan para proteger a las minorías

Estudiantes y grupos de jóvenes y de vecinos de Bangladés se unieron para proteger templos e iglesias del vandalismo desatado contra las minorías, en especial la hindú, durante los disturbios que siguieron al derrocamiento de la primera ministra Sheikh Hasina: Imagen: Rafiqul Islam / IPS

DACA –  Inmediatamente después de la caída del gobierno de Sheikh Hasina, el 5 de agosto, tras semanas de manifestaciones de estudiantes cuya represión ocasionó centenares de muertos, la gente comenzó a atacar las viviendas y templos de la comunidad hindú en Dacope de Khulna, a unos 225 kilómetros de la capital.

En particular, atacaron y destrozaron las casas de minorías que se creía que estaban vinculadas con la política de la derechista Liga Awami (Liga Popular), con que la derrocada Hasina gobernó desde 2009 de manera crecientemente autoritaria este país de mayoría musulmana del sur de Asia.

Al menos 11 viviendas de familias de la minoría hindú de Dacope fueron atacadas y destrozadas, y los atacantes afirmaron que se trataba de actos de venganza política.

Pero en Dacope, los estudiantes musulmanes e hindúes de la localidad y el resto de la comunidad pronto se unieron para vigilar las casas y templos de las minorías para que dejaran de ser víctimas del cambio político.

A partir de mediados de junio de 2024, las pacíficas protestas estudiantiles en Bangladés se tornaron violentas, con el resultado de cientos de muertos durante la ferrera represión, entre ellos al menos 32 niños, y miles de heridos.

Las protestas fueron ocasionadas por la reinstauración de un sistema de cuotas para el reparto de puestos en la administración pública, que repercutía en el acceso de los jóvenes al empleo, en un país donde la desocupación es uno de los grandes problemas.

Hasina se vio forzada a dimitir y huir a la vecina India ante el recrudecimiento de las protestas, y un gobierno civil interino ocupó su lugar.

También en otras zonas se produjeron ataques contra las oficinas de la Liga Awami y las residencias y establecimientos de los líderes de ese partido, así como contra templos, iglesias y viviendas de comunidades minoritarias de todo Bangladés, durante y después de los disturbios que desembocaron en el fin der Hasina.

Nur Nabin Robin, residente de la ciudad de Chattogram, valoró que muchas personas de comunidades minoritarias, entre ellas hindúes, budistas y diferentes etnias, viven en armonía en esa ciudad portuaria.

Pero cuando Hasina y su gobierno cayeron, la gente de las comunidades minoritarias empezó a sentirse insegura en Chattogram, ya que, según varias informaciones, se estaban produciendo ataques contra las minorías en distintas partes del país, dijo.

«Así que patrullamos en la ciudad durante dos o tres noches en grupos y vigilamos los templos y las casas de las minorías para que nadie pudiera atacarles. También les pedimos que nos llamaran por teléfono móvil si percibían cualquier indicio de ataque contra ellos», dijo Robin a IPS.

Su preocupación se agravó porque la mayoría de las comisarías de todo el país dejaron de funcionar en los días siguientes a la caída del derrocado gobierno.

Los líderes del Movimiento Estudiantil contra la Discriminación pidieron a sus partidarios que vigilaran templos e iglesias, en respuesta a la preocupación expresada por los informes de ataques contra grupos minoritarios.

Jasim Uddin, residente en Kuliarchar, parte del distrito noroccidental de Kishoreganj, dijo a IPS que tras la caída del gobierno de Hasina, hubo turbas que incendiaron y destrozaron las casas de muchos líderes de la Liga Awami en su localidad.

Pero, precisó, los miembros de la comunidad hindú permanecieron a salvo durante la agitación política, ya que la población local salvaguardó voluntariamente sus templos y propiedades.

Aunque en la capital, Daca, se saquearon monumentos nacionales y edificios gubernamentales, no hubo informes de ataques a templos o iglesias durante la convulsa agitación política.

En Daca, se encontró a estudiantes musulmanes vigilando el templo nacional Dhakeshwari, un lugar de culto hindú, mientras se observó a un musulmán ofreciendo oraciones frente al templo para que nadie lo atacara.

El profesor Muhammad Yunus, jefe del gobierno interino de Bangladés, visitó el templo nacional Dhakeshwari el 13 de agosto para expresar su solidaridad con la comunidad hindú.

Durante su visita, Yunus pidió a las minorías que fueran pacientes y permanecieran unidas.

El líder bangladesí conocido en todo el mundo como el «banquero de los pobres» por sus iniciativas de microfinanzas, como el microcrédito para favorecer los emprendimientos de los desposeídos, a través del Banco Grameen, ganó por su labor el Premio Nobel de la Paz, en 2006.

Yunus condenó los ataques contra las comunidades minoritarias del país y los calificó como «atroces».

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

La armonía religiosa es una larga tradición de los bangladesíes, ya que personas de distintas religiones -islámica, hindú, budista y cristiana- han convivido largas generaciones.

«Más de 90 % de la población de Bangladés no cree en el comunalismo (división por etnias, religiones y otros factores). Los ataques contra las minorías se deben a razones políticas o a intereses personales. Los autores de los saqueos y actos vandálicos no estaban implicados en el movimiento estudiantil», dijo en un acto celebrado en Daca Syeda Rizwana Hasan, asesora del gobierno interino.

Afirmó que los estudiantes de las madrasas, las escuelas musulmanas, habían salvaguardado templos en muchos lugares de Bangladesh, lo que constituía un ejemplo de la armonía religiosa del país.

La abogada Sara Hossain, directora ejecutiva honoraria dela Fundación para la Asistencia y los Servicios Jurídicos de Bangladés (Blast, en inglés), dijo que cuando los malhechores atacan a las minorías, todos deben protegerlas.

La preocupación persiste

Tras la caída del gobierno de Hasina, se desató el caos en todo el país, y las fuerzas del orden se retiraron en muchos lugares por temor a represalias.

Según un informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), publicado el 16 de agosto, se produjeron ataques contra las minorías, incluidos los hindúes, especialmente en los días inmediatamente posteriores a la caída del régimen.

El informe de Acnudh reconoce el papel de las organizaciones estudiantiles y de otras personas comunes que formaron grupos para proteger a las minorías.

Detalla algunos de los ataques contra las minorías, incluidos los hindúes, especialmente en los días inmediatamente posteriores al cambio de gobierno.

Según los informes, los días 5 y 6 de agosto se atacaron, destrozaron y saquearon casas y propiedades hindúes en 27 distritos. También resultaron dañados varios lugares de culto, entre ellos un templo de Iskcon, en el distrito de Meherpur, en la suroccidedntal división de Khulna, que fue objeto de actos vandálicos e incendiado.

El Consejo de Unidad Cristiana, Hindú, Budista de Bangladés (BHBCUC, en inglés), que reúne a las principales minorías religiosas del país, afirmó que entre 200 y 300 hogares y negocios hindúes habían sido objeto de actos vandálicos desde el 5 de agosto, mientras que entre 15 y 20 templos hindúes habían sufrido daños.

T: MF / ED: EG

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