LONDRES – Israel ha utilizado sistemáticamente el agua como arma contra la población palestina en la Franja de Gaza, reduciendo su disponibilidad a solo 4,74 litros por persona al día, denunció la coalición internacional de lucha contra la pobreza Oxfam.
Lama Abdul Samad, especialista en agua y saneamiento de Oxfam, dijo que “ya hemos visto cómo Israel utiliza el castigo colectivo y el hambre como arma de guerra. Ahora estamos siendo testigos de cómo utiliza el agua como arma, lo que ya está teniendo consecuencias mortales”.
El informe de Oxfam, “Water War Crimes (Crímenes de la guerra del agua)” expone que el corte por parte de Israel del suministro externo de agua, la destrucción sistemática de las instalaciones de agua, y la obstrucción deliberada de la ayuda, han reducido en 94 % la cantidad de agua disponible en Gaza.
De ese modo en promedio cada persona solo podría acceder a 4,74 litros por día, apenas un tercio del mínimo recomendado en situaciones de emergencia y menos de la necesaria para una sola descarga del inodoro.
El análisis de Oxfam encontró que los ataques militares israelíes han dañado o destruido cinco sitios de infraestructura de agua y saneamiento cada tres días desde el comienzo de la guerra, el pasado 7 de octubre.
La destrucción de la infraestructura hídrica y eléctrica, y las restricciones a la entrada de repuestos y combustible (se permite la entrada de una quinta parte de la cantidad necesaria) redujeron la producción de agua en 84 % en Gaza.
El suministro externo de la empresa israelí de agua, Mekorot, se redujo en 78 %.
Israel ha destruido 70 % de todas las bombas de aguas residuales y 100 % de las plantas de tratamiento de aguas residuales, así como los principales laboratorios de análisis de calidad del agua en Gaza.
La ciudad de Gaza ha perdido casi toda su capacidad de producción de agua, con 88 % de sus pozos, y 100% de sus plantas desalinizadoras, dañados o destruidas.
El informe también destacó el terrible impacto que tiene esta extrema falta de agua potable y saneamiento en la salud, ya que más de una cuarta parte (26 %) de la población de Gaza enferma gravemente por males fácilmente prevenibles.
En enero, la Corte Internacional de Justicia exigió que Israel mejorara de inmediato el acceso humanitario, mientras procesa acusaciones de un posible genocidio en Gaza, pero Oxfam sostiene que en cambio Israel “obstruye una respuesta humanitaria significativa, (lo) que está matando a civiles palestinos”.
El actual curso del conflicto palestino-israelí se inició con el ataque de la milicia islamista Hamás al sur de Israel, lo que causó cerca de 1200 muertos, unos 3000 heridos y 250 israelíes tomados como rehenes, según Tel Aviv.
Israel lanzó entonces una ofensiva militar a gran escala, que ya dura más de nueve meses y ha significado la muerte de más de 38 000 palestinos, heridas a unos 80 000 y la destrucción de la mayoría de viviendas e instalaciones en la Franja de Gaza, un espacio de 365 kilómetros cuadrados con 2,3 millones de habitantes.
Pero según Samad “la restricción deliberada del acceso al agua no es una táctica nueva. El Gobierno israelí lleva muchos años privando a los palestinos de Cisjordania y Gaza de agua potable y suficiente”.
Oxfam reclamó presión de la comunidad internacional por medidas urgentes, incluido un alto el fuego inmediato, que Israel permita una respuesta humanitaria completa y sin restricciones, y que pague los gastos de reconstrucción de la infraestructura de agua y saneamiento.
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