Malaui aborda comercio del carbono con preocupación por transparencia del mercado

Las soluciones basadas en la naturaleza en Malaui brindan al país oportunidades de contribuir a la eliminación de gases de efecto invernadero de la atmósfera y al mismo tiempo generar dinero. Imagen: Charles Mpaka / IPS

BLANTIRE, Malaui – Malaui se inclina cada vez más por el comercio de carbono como una fuente de ingresos que necesita para impulsar la economía, que sufre una escasez de divisas causada por un gran desequilibrio comercial y se ve afectada por varios shocks, entre ellos la crisis climática.

Al presentar el presupuesto nacional para 2024-2025 en el parlamento en febrero, el ministro de Finanzas, Simplex Chithyola Banda, mencionó una generación de ingresos por créditos de carbono mayor y más eficiente entre las iniciativas estratégicas del plan de recuperación económica del gobierno.

«Queremos asegurarnos de que Malawi considere el comercio de carbono como uno de los sectores donde podemos obtener ingresos e impulsar la economía», señaló Chithyola Banda en Lilongüe, la capital de este país del sureste de África del que Blantire es su segunda ciudad más importante.

El potencial de carbono de Malaui se estima en alrededor de 19 millones de toneladas métricas al año y por ello, los cabilderos climáticos locales y los analistas económicos coinciden en que Malaui puede contar con compensaciones de carbono para obtener ingresos.

Julius Ng’oma, coordinador nacional de la Red de la Sociedad Civil sobre el Cambio Climático (Cisonecc, en inglés), dice que el comercio de carbono también puede impulsar la campaña de conservación de la biodiversidad de Malaui y fortalecer su contribución a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

«El comercio de carbono puede proporcionar incentivos para la gestión de árboles y bosques y todas las demás iniciativas que mejoren el secuestro de carbono y tengan como objetivo evitar la reducción de los gases de efecto invernadero», afirmó.

Sin embargo, entre los expertos, las cuestiones de transparencia y rendición de cuentas en el comercio de carbono son una preocupación cada vez mayor.

En 2012, el Departamento de Asuntos Ambientales del Ministerio de Recursos Naturales y Cambio Climático evaluó 15 proyectos con un potencial estimado de reducción de carbono de alrededor de dos millones de toneladas.

Desde entonces han entrado más empresas en el mercado.

Actualmente persisten estas preguntas: ¿Cuántos créditos han producido hasta ahora estos proyectos de carbono? ¿Cuántos ingresos se han generado con esos créditos? ¿Cuánto y de qué manera se han compartido esos ingresos con las comunidades que están a la vanguardia de la implementación de los proyectos de carbono?

La opinión de Ng’oma es que Malawi, como también se conoce al país, no se ha beneficiado tanto como debería de tales proyectos, «ya que el dinero obtenido benefició principalmente a los promotores de proyectos internacionales».

Dice que las preocupaciones sobre el comercio global de carbono generalmente se centran en la determinación de los precios de los créditos de carbono y los mecanismos de contabilidad.

«Muy pocas personas entienden estos acuerdos y prefieren principalmente a los expertos del Norte Global», señaló.

El ministro de Recursos Naturales y Cambio Climático, Michael Usi, dijo a IPS que la mayoría de los proyectos que estaban en evaluación en 2023 se implementaron bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio y REDD+ como una forma de que Malaui desbloquee recursos de donantes multilaterales y bilaterales para diferentes proyectos de desarrollo.

Después de la evaluación, Malaui registró 11 proyectos y accedió a unos 40 millones de dólares en financiación para el desarrollo socioeconómico, afirmó.

Sin embargo, Usi admite que no hubo procedimientos formales para implementar estas iniciativas de carbono, lo que significa que Malaui no ha tenido una manera de contar los créditos y rastrear los ingresos generados de manera eficiente.

La mayoría de esos proyectos de carbono se referían en gran medida a la distribución de cocinas mejoradas. Según el ministerio, estas estufas han sido eficaces para frenar la ola de deforestación en el país y, por lo tanto, reducir las emisiones de carbono porque «creemos que ayudan a reducir la excesiva dependencia de los recursos naturales, especialmente la madera».

Entre las primeras empresas en la distribución de cocinas como proyecto de carbono en Malaui se encuentra C-Quest Capital, con sede en Estados Unidos, que opera en 21 países, incluidos Tanzania, Kenia, Burundi, Zambia, Mozambique, Zimbabue, en África, y otros  en el sudeste de Asia.

El director ejecutivo de C-Quest Capital, Jules Kortenhorst, afirma que la empresa, fundada en 2008, ha emitido hasta nueve millones de créditos en el mercado voluntario de carbono y ha invertido más de 40 millones de dólares en Malaui desde que comenzó sus proyectos.

Para Kortenhorst, las cuestiones sobre la transparencia y la rendición de cuentas en el mercado de carbono no son inválidas. Parte del desafío, dice, es que muchos países no han tenido sistemas administrativos internos para poder monitorear y regular el mercado de carbono.

Cuando se negoció el Acuerdo de París sobre cambio cambio climático en 2015, recordó, existía el Artículo 6 (la idea de que los países establecerían mercados de carbono entre ellos). Pero en la práctica, precisó, crear sistemas administrativos internos ha sido difícil porque no sabían cuáles eran las reglas.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

«Desafortunadamente, a los negociadores les ha tomado una eternidad avanzar en la creación de un libro de reglas para el Artículo 6. Esto ha sido una frustración muy grande, hasta hace poco», dijo a IPS.

Contar con estructuras administrativas ayudaría a organizar las transacciones de créditos de carbono y permitiría a los países del Sur global, como Malawi, vender créditos en lugares como Suiza o Singapur.

El experto cree que los países en desarrollo y los proyectos, como la mejora de la distribución de cocinas, tienen el potencial de tener un fuerte impacto en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Según Kortenhorst, la responsabilidad histórica de revertir el cambio climático recae en los países desarrollados porque la huella de carbono por habitante en países como Malaui es pequeña, particularmente en comparación con países como Países Bajos o Estados Unidos.

“La buena noticia es que todos pueden hacer una pequeña contribución. En todo el mundo, las emisiones asociadas con la falta de cocina limpia rondan entre  2 y 3 %. Esto no es enorme pero tampoco es insignificante», afirmó.

Añadió que «también sabemos que si tenemos que eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera, podemos utilizar el hermoso invento de la Madre Naturaleza: los árboles»

«En cuanto a las soluciones basadas en la naturaleza, países como Malaui tienen enormes oportunidades para combinar una mejor agricultura y la restauración de los ecosistemas, todo lo cual puede contribuir a la eliminación de gases de efecto invernadero de la atmósfera mientras el país también genera dinero. Por lo tanto, es una situación en la que todos ganan”, afirmó.

Pero para lograr todo esto, se necesita un mecanismo para contar los créditos de manera adecuada.

“Ahí es donde entran en juego la transparencia y los sistemas de verificación eficientes. Eso no es fácil porque todavía estamos aprendiendo la tecnología para hacerlo. Pero estamos mejorando”, sostuvo Kortenhorst.

El Ministerio de Recursos Naturales y Cambio Climático reconoce que sin sistemas y procedimientos adecuados, Malaui ha enfrentado dificultades en la presentación de informes y declaración de créditos de carbono.

El gobierno ya ha finalizado la formulación del marco regulatorio para el comercio de carbono de Malaui. A través de este marco, el gobierno espera tener una mejor supervisión del diseño, implementación, monitoreo y gestión de los mercados de carbono.

El instrumento se centra en la formulación, implementación, evaluación de los créditos generados y los beneficios para el país y las comunidades en general.

Además, las Contribuciones Nacionales Determinadas para el Acuerdo de París,que el gobierno actualizó en 2021 y cuyo plan de implementación lanzó en agosto de 2022, proporcionan una plataforma para que los desarrolladores de iniciativas de comercio de carbono diseñen proyectos que apoyen los objetivos de mitigación de Malaui dentro de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

En junio de 2023, el gobierno lanzó la Iniciativa de Mercados de Carbono de Malawi (MCMI, en inglés). La institución defenderá la implementación de marcos, planes de acción y programas en curso que respalden los mercados de carbono.

A través de estos esfuerzos, Malaui confía en que está tomando con calma las operaciones de comercio de carbono.

“Con la aparición de estructuras organizadas y un marco regulatorio para el comercio de carbono, nos hemos embarcado en un viaje para formalizar y hacer la transición (anterior) de los respectivos proyectos al comercio de carbono”, dijo Usi.

Las iniciativas también inspiran esperanza en activistas como Ng’oma, que dice que las regulaciones y directrices podrían maximizar los beneficios del comercio de carbono para las comunidades locales y Malaui  en general.

El Ministerio de Recursos Naturales y Cambio Climático se dispone ahora a encargar un estudio para evaluar el potencial de carbono de Malaui y el valor correspondiente en términos monetarios.

La expectativa es que la evaluación proporcione una buena estimación de la cantidad de créditos de carbono que podrían generarse a partir de diferentes actividades y un rango para el valor de esos créditos.

T: MLM / ED: EG

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