Desechos industriales ayudan a la descontaminación en Brasil

Loana Defaveri, responsable técnica de la empresa Cetric, en el ecoparque bioenergético de Chapecó, en el suroeste de Brasil. La foto aérea al fondo indica los distintos componentes del complejo que recibe residuos industriales y produce biogás, electricidad, biometano y otros subproductos. Imagen: Mario Osava / IPS

CHAPECÓ, Brasil – El biogás suena a la redención, a la conversión del pecador. Se trata de extraer energía de la mugre, de la contaminación ambiental más asquerosa, y a la vez evitar el agravamiento de la crisis climática global.

La Central de Tratamiento de Residuos Sólidos Industriales y Comerciales (Cetric) se dedica a extraerlo de los desechos que abundan en el municipio donde tiene sede, Chapecó, en el sur de Brasil.

Con sus 255 000 habitantes y numerosos frigoríficos, Chapecó es una especie de capital del oeste del estado de Santa Catarina, el mayor productor y exportador nacional de carne porcina y fuerte también en la cría de pollos.

Por eso prolifera en esa región la producción de biogás que aprovecha los excrementos de cerdos en las granjas, incluso por presión de las autoridades ambientales para que las deyecciones animales no sigan contaminando los ríos y el suelo en desmedro de la salud ambiental y humana.

La Federación de las Industrias de Santa Catarina lanzó el 3 de abril el programa Hub de la Descarbonización, con la meta de tratar 100 % de las heces porcinas en los próximos 10 años, entre otros desafíos para cumplir los acuerdos de reducción de las emisiones de los gases invernadero. No parece factible, pero apunta una dirección.

“El aprovechamiento de los residuos industriales es un nicho importante e innovador en Brasil, abre nuevos caminos al naciente mercado del biogás”: Heleno Quevedo.

El grupo empresarial Cetric nació en 2001 con una misión distinta, la de cuidar los desechos del agroindustria cercana y otras fuentes menores, desde su evaluación y recolección al transporte, procesamiento y destinación.

Luego se expandió nacionalmente. Hoy está presente en 12 de los 26 estados brasileños, con cuatro Ecoparques Bioenergéticos, incluyendo el inicial de Chapecó, 17 unidades de trasbordo con almacenes y 19 equipos de emergencia en puntos estratégicos.

“El aprovechamiento de los residuos industriales es un nicho importante e innovador en Brasil, abre nuevos caminos al naciente mercado del biogás”, evaluó Heleno Quevedo, ingeniero de energía y creador del portal de noticias Energía y Biogás, en una entrevista telefónica con IPS desde Santo André, ciudad vecina a São Paulo, ambas también en el sur.

Un camión movido 100 % a biometano y, al fondo el relleno sanitario de residuos industriales, en Chapecó, en el suroeste de Brasil. La empresa Cetric adquirió otros 28 camiones que usarán el combustible de su propia producción. Imagen: Mario Osava / IPS

Residuos industriales como negocio

El negocio de Cetric es la gestión de los residuos donde estén, no solo de los rellenos sanitarios donde se acumulan los que recibe, aclaró a IPS la ingeniera química Loana Defaveri, responsable técnica de la empresa. Orientaciones sobre el manejo de ese material en las industrias es parte de la actividad.

Así también actúa en las emergencias, como accidentes con cargas peligrosas en las carreteras, ciudades o locales de producción. Es una especie de bombero para esos casos y despliega personal especializado con instrumentos y vehículos necesarios para una  pronta asistencia, dispersos por 19 localidades del país.

A mediados de este mes de abril un equipo atendió al derrame de ácido propiónico, usado para conservar alimentos, al volcarse un camión en Paraná, un estado vecino. Los mas frecuentes son accidentes con camiones de combustibles, como etanol y diésel, señaló Defaveri en sus instalaciones.

El reactor CSTR es más productivo que los biodigestores de laguna cubierta, porque se controla la temperatura, acidez y otros indicadores del substrato que genera biogás. Imagen: Mario Osava / IPS

Un Centro de Comando, un equipo rotatorio de cuatro personas monitorea por video la flota de más de 200 camiones de Cetric las 24 horas del día desde la sede de la empresa y las emergencias atendidas.

Pero está en el ecoparque de Chapecó el corazón, el centro de innovaciones y de la economía circular del también llamado Grupo Cetric, por comprender distintas actividades.

La producción de bioenergía empezó en 2005, pero se suspendió ante la escasez y baja durabilidad de los equipos para uso del biogás. Se reanudó 15 años después y cuenta ahora con cinco biodigestores de laguna cubierta y un reactor de estanque continuamente agitado, conocido por CSTR, su sigla en inglés.

Para eso se aprovecha solo el material orgánico. Los residuos que recoge la empresa son de clase 1, los peligrosos, en general químicos, y de clase 2, que comprenden los inertes como chatarra de hierro o restos de hormigón, y los que se degradan, como los orgánicos, esos sí la parte bioenergética.

Los cuatro generadores que producen un megavatio de electricidad con el biogás elaborado, en el mismo ecoparque de Cetric. Esa potencia atiende el consumo del complejo de tratamiento de residuos sólidos industriales de la empresa brasileña. Imagen: Mario Osava / IPS

Biogás del relleno y de los biodigestores

Del gran relleno cubierto de lona negra impermeable, que acumula la mayor parte de la basura, se extrae un biogás que solo sirve para generar calor, porque contiene poco metano, explicó Defaveri. Su quema redujo 80 % de la leña que se consumía antes en el ecoparque.

Para la generación eléctrica y el refino que lo convierte en biometano se usa el biogás que sale de los biodigestores, con 71 % de metano, y del reactor, con 73 %, acotó.

En ese sector energético, cuatro generadoras a biogás producen una potencia de un megavatio, electricidad estimada como suficiente para el consumo de la empresa.

Otra parte del biogás se refina por membranas, carbón activado y otros procesos para remover el gas carbónico (CO2) y el ácido sulfúrico (H2S), para obtenerse el biometano que es el combustible de un camión 100 % a gas y otros 15 camiones híbridos, que consumen gas y diésel.

Otros 28 camiones recién adquiridos en Chapecó también usarán 100 % de biometano o gas natural como combustible, ya que los dos gases son equivalentes.

Camión que almacena biometano en cilindros amarillos, listos para abastecer los camiones que transportan residuos industriales que son tratados en el Ecoparque de Cetric en Chapecó, un municipio del sur de Brasil. Imagen: Mario Osava / IPS

Productividad aún baja

Pero la producción es aún poco eficiente, pese al avance que representa el reactor CSTR. “Solo producimos 10 % del potencial de biogás, pero estamos incrementando la productividad con avances tecnológicos, nuevas inversiones y capacitación del personal”, observó Defaveri.

Actualmente Cetric Chapecó produce 250 metros cúbicos de metano por hora y pretende alcanzar 1500 metros cúbicos por hora, es decir sextuplicar el volumen, lo que requiere mucha inversión y depende también del sustrato, como llaman el insumo, reconoció.

El efluente que resulta de todo ese proceso sufre un complejo tratamiento, que comprende separación de residuos, filtros de arena, membranas, electrólisis hasta un aparato de osmosis reversa.

Eso permite obtener agua de calidad suficiente para el reúso en lavado de vehículos y otros equipos, explicó a IPS el ingeniero químico Diego Molinet. La parte sólida se destina al compostaje para un procesamiento que puede resultar un biofertilizante.

No se pude utilizar el efluente como abono, práctica común entre pequeños productores de biogás como los porcicultores, porque puede saturar el suelo, con exceso de algunos componentes, como el fósforo, señaló Molinet.

Diego Molinet, ingeniero químico de Cetric porta en sus manos el resultado del tratamiento de los efluentes del proceso de tratamiento de los residuos industriales, con producción de biogás y biometano: un vaso con agua limpia para su reúso no potable y otro vaso con material sólido que puede convertirse en fertilizante tras el compostaje. Imagen: Mario Osava / IPS

El tratamiento del efluente también produce el arla 32, un compuesto de urea pura que es obligatorio en el escape de vehículos pesados para reducir la emisión de gases contaminantes, como el óxido de nitrógeno. Es de creciente uso automotivo.

“Cetric disfruta de buena reputación” y cumple un importante papel en Chapecó, al evitar que la ciudad tenga que enviar sus desechos industriales a otros municipios, sostuvo a IPS Marck Gehlen, director de Medio Ambiente de la alcaldía.


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Su servicio de emergencia ya controló algunos accidentes en la ciudad. Uno fue el incendio en una empresa distribuidora de combustibles, cuyo rápido control evitó la contaminación de cursos de agua y riesgos para la población, ejemplificó Gehlen, un ingeniero ambiental, que trabaja hace más de 10 años en el sector, tres años como director.

Una preocupación son los camiones cargados de basura industrial, a veces peligrosos, que cruzan la ciudad, admitió.

Con cuatro frigoríficos en el perímetro urbano, Chapecó sufrió algunos problemas como el mal olor proveniente de esas plantas agroindustriales, pero se controlaron hace años. En general las empresas adoptaron medidas para evitar daños ambientales y una de ellas ya transfirió actividades potencialmente contaminadoras lejos de la ciudad.

ED: EG

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