GINEBRA – Una de cada tres muertes de migrantes ocurre mientras las personas huyen de un conflicto, centenares cada mes y miles cada año, indicó un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) divulgado este martes 26.
El año pasado fue el más mortífero registrado, con 8541 víctimas migrantes. Casi 60 % de las muertes estuvieron relacionadas con ahogamiento, sobre todo en el mar Mediterráneo, y en lo que va de 2024 las tendencias son igualmente alarmantes.
Solo en las rutas de ese mar, con cuyo cruce los migrantes tratan de ganar las costas europeas, se han registrado 956 muertes desde el 1 de enero al 13 de marzo de 2024, casi tantas como el año pasado, a pesar de que las llegadas, 16 818, son menores en comparación con las 26 984 del mismo período en 2023.
En América se registraron el año pasado 1275 muertes durante la migración, en comparación con 1465 en 2022, aunque en el momento de compilar el informe aún faltaban datos de algunos condados fronterizos en el sur de Estados Unidos.
Son muertes “probablemente relacionadas con un aumento en los intentos de cruzar la frontera (entre México y Estados Unidos) en los últimos años”, dice el informe.
En el Caribe los registros de muertes también arrojaron cifras altas, 350 en 2022 y 247 en 2023.
En la década considerada por el informe se registró la muerte en el Mediterráneo de 29 296 migrantes, 14 385 en África, 9956 en Asia, 8984 en América y 1106 en Europa. En total, 63 285 personas.
Más de dos de cada tres migrantes cuyas muertes han sido documentadas siguen sin identificar, lo que deja a las familias y comunidades lidiando con la falta de claridad sobre lo que le sucedió a un amigo o pariente.
Hasta la fecha, los datos del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM muestran que, en una década, los restos de 26 666 personas que murieron mientras migraban no han sido recuperados.
“A pesar de las muchas vidas perdidas cuyas identidades aún se desconocen, sabemos que casi 5500 mujeres han muerto en las rutas migratorias durante los últimos 10 años, y el número de niños identificados es casi 3.500”, dijo Ugochi Daniels, directora general ajunta de operaciones de la OIM.
Sin embargo, el número real de muertes de mujeres y niños probablemente sea mucho mayor: hay más de 37 000 muertos de los que no se dispone de información sobre sexo o edad.
Más de uno de cada tres inmigrantes fallecidos cuyo origen pudo identificarse provienen de países en conflicto o con grandes poblaciones de refugiados, lo que pone de relieve los peligros que enfrentan quienes intentan huir de zonas de conflicto sin caminos seguros, destacó la OIM.
La ruta más mortífera es la del Mediterráneo central, donde han muerto al menos 23 092 personas desde 2014.
Daniels expuso que esas cifras “demuestran la urgente necesidad de capacidades fortalecidas de búsqueda y rescate, la facilitación de vías migratorias seguras y regulares, y acción basada en evidencias para prevenir futuras pérdidas de vidas”.
“La acción debe incluir cooperación internacional intensificada contra las redes inescrupulosas de trata de personas y tráfico de migrantes”, agregó.
El informe subraya que una recopilación de información más detallada facilitaría la creación de rutas migratorias más seguras para las personas que huyen de los conflictos y atendería las angustias en sus hogares.
La OIM diseña un plan 2024-2028 orientado a proteger a las personas en movimiento para salvar vidas, para lo cual requiere la compañía de gobiernos y otras entidades, pues “a pesar de los compromisos políticos y la atención periodística, las muertes de migrantes siguen aumentando”, concluyó el reporte.
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