NACIONES UNIDAS – El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exigió este lunes 25 un alto el fuego en Gaza durante el mes de Ramadán, en una resolución con 14 votos a favor entre sus 15 Estados miembros y la abstención de Estados Unidos.
El texto exige “un alto el fuego inmediato durante el mes de Ramadán, respetado por todas las partes, que conduzca a un alto el fuego sostenible duradero”.
El Ramadán o mes del ayuno, que este año se inició el 10 de marzo y termina el 9 de abril, es considerado por el credo musulmán como uno de los cinco pilares del Islam.
La resolución del Consejo también exige “la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes, así como la garantía de acceso humanitario para atender sus necesidades médicas y otras necesidades humanitarias”.
Agrega que las partes confrontadas deben “cumplir las obligaciones que les impone el derecho internacional en relación con todas las personas que detienen”.
Hizo hincapié en “la urgente necesidad de ampliar el flujo de ayuda humanitaria y reforzar la protección de los civiles en toda la Franja de Gaza”.
En ese sentido, el Consejo reiteró su petición de que se levanten todas las barreras a la prestación de asistencia humanitaria a gran escala, en consonancia con el derecho internacional humanitario y las resoluciones anteriores sobre el tema.
Israel permite solo un acceso limitado de camiones con alimentos, medicinas y otros bienes al asediado territorio palestino.
El actual conflicto se desató el pasado 7 de octubre, después de que la milicia islamista Hamás, basada en Gaza, atacó el sur de Israel con el resultado de 1200 personas muertas y 250 secuestradas, según Tel Aviv.
La ofensiva de Israel en la Franja, de 365 kilómetros cuadrados y 2,3 millones de habitantes, han dejado ya 32 333 muertos, 74 694 heridos y desplazado forzosamente de sus hogares a unos dos millones de personas, según fuentes palestinas
Desde octubre el Consejo había tratado de acordarse sobre detener el conflicto, pero los borradores de resolución fueron sistemáticamente vetados por uno o varios de los miembros permanentes: China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia.
El nuevo texto, finalmente aprobado, fue preparado por los 10 miembros no permanentes del Consejo, que representan a distintas regiones del globo.
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo en su cuenta de la red social X que “esta resolución debe implementarse. El fracaso sería imperdonable”.
Estados Unidos descartó acompañar la resolución y se abstuvo porque expresamente no condenó los ataques de Hamás, y su embajadora en la ONU, Linda Thomas-Greenfield, consideró que la resolución tiene un carácter “no vinculante”.
Sin embargo, la abstención estadounidense, que permitió la aprobación de la resolución, fue considerada por Israel como “un retroceso” respecto de sus posiciones previas.
En respuesta, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu canceló el viaje a Washington de una delegación -el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, y al asesor de seguridad nacional, Tzachi Hanegbi- que discutiría con el gobierno estadounidense los siguientes pasos en la confrontación que se vive en Gaza.
Israel también anunció que dejará de trabajar con la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina (Unrwa), que que distribuye la mayor parte de la ayuda llega a la Franja de Gaza, alegando que la entidad “perpetúa el conflicto en lugar de contribuir a las condiciones para la paz”.
Las agencias humanitarias de la ONU han advertido que el hambre y otras calamidades acechan como un peligro inminente a más de un millón de palestinos, a menos que pueda entrar a la Franja ayuda masiva desde el exterior.
Tras conocer la resolución del Consejo de Seguridad, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Israel Katz, expresó en cuenta de X que “el Estado de Israel no apagará el fuego. Destruiremos a Hamás y continuaremos luchando hasta que el último de los rehenes regrese a casa”.
Hamás produjo un comunicado en el que saludó la resolución del Consejo de Seguridad y dijo que si se produce un alto el fuego, está dispuesto a “iniciar inmediatamente un proceso de intercambio de prisioneros que conducirá a la liberación de rehenes y cautivos de ambos lados”.
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