Los medios en sueco de Finlandia recurren a la creatividad para mantenerse a flote

Imagen: Julius Jansson / Unsplash

HELSINKI – El sueco es la segunda lengua oficial de Finlandia, pero menos de seis por ciento de la población es hablante nativo. Este porcentaje se ha reducido a la mitad en el último siglo, con lo que hoy solo 300 000 finlandeses hablan sueco.

El panorama de los medios de comunicación suecos en Finlandia ha disminuido paralelamente a este declive. Sin embargo, varios medios en sueco mantienen viva su tradición literaria y encuentran formas innovadoras de sobrevivir.

He aquí cómo lo hacen:

Reorientando las prioridades

Hufvudstadsbladet, cuya traducción aproximada es «Diario de la Capital», es el mayor periódico de habla sueca de Finlandia.

«Somos un periódico nacional, un periódico para la comunidad de habla sueca de Finlandia y un periódico local para la región de la capital», afirma el recién nombrado redactor jefe de Hufvudstadsbladet, Kalle Silfverberg.

Los principales retos a los que se enfrenta Hufvudstadsbladet en la actualidad, según Silfverberg, son competir por el tiempo y el dinero de la gente y atraer las prioridades de los más jóvenes. Para mantener el interés del público, Hufvudstadsbladet ha decidido centrar su contenido en temas «que motiven a alguien a pagar su suscripción», dice Silfverberg.

Esto incluye política, economía, cultura, la comunidad sueca en Finlandia y artículos de opinión.

La cobertura de la comunidad sueca es especialmente importante, afirma Silfverberg. Hufvudstadsbladet es el único periódico de Finlandia que cubre la comunidad a nivel nacional. Para mantener esa posición, el consejo de administración del periódico empezó a estudiar cómo asegurar un futuro financiero saneado.

Hufvudstadsbladet fue adquirido recientemente por la empresa sueca Bonnier News, que ahora posee  51 % del periódico. La mayor ventaja derivada del cambio de propiedad, según Silfverberg, es el aumento de la capacidad técnica: ahora pueden recurrir al equipo de Bonnier para acceder a más competencias y conocimientos.

«Es una garantía de que Hufvudstadsbladet se publicará en el futuro. Es estupendo tener acceso a los conocimientos de la mayor organización de medios de comunicación de los países nórdicos», afirma.

De ser un pez pequeño en el mar, Hufvudstadsbladet es ahora un actor más importante en la industria finlandesa de los medios de comunicación, con más recursos para experimentar y ampliar su alcance.

El periódico impreso más antiguo de Finlandia que sigue en circulación se llama Åbo Underrättelser. Es un periódico regional de habla sueca que cubre la parte occidental de Finlandia.

«Algunos días puede ser muy estimulante ver cómo conseguimos reunirlo todo», dice Tom Simola, redactor jefe de Åbo Underrättelser, cuando habla de mantener el periódico en funcionamiento.

Los recursos se estiran para hacerlo viable. Por ejemplo, Åbo Underrättelser no tiene personal técnico, y sus reporteros mantienen ellos mismos el sitio web. El periódico se distribuye en papel cinco días a la semana y el sitio web se actualiza a diario, explica Simola.

«Tenemos un personal muy versátil que conoce muchas cosas: el contenido editorial, los aspectos técnicos y las distintas herramientas. También están dispuestos a intervenir y ayudar si es necesario. De eso vivimos. Tenemos empleados bien informados y muy motivados», afirma.

Perder Åbo Underrättelser sería una gran pérdida para la región y para la lengua sueca. Hoy en día existen muy pocas instituciones en la zona que reúnan a los hablantes de sueco, y sería «devastador» para la lengua sueca perder una plataforma que plantea cuestiones, cubre lo que ocurre y da a la gente la oportunidad de poner de manifiesto sus preocupaciones y necesidades, explica Simola.

«Un periódico nacional nunca podrá sustituir a un periódico local», afirma. «Estamos presentes sobre el terreno». Pero es una solución cara, añadió, y la situación financiera es difícil.

El periódico ha probado varias soluciones para mantenerse. Actualmente, dos tercios de sus ingresos proceden de las suscripciones, y un tercio de la publicidad. También han accedido a subvenciones gubernamentales para medios minoritarios.

La primavera pasada, Åbo Underrättelser realizó una prueba de seis meses imprimiendo en su diario artículos de noticias en línea de la radiotelevisión pública nacional, y la redacción también intercambia contenidos con un periódico regional de las islas Åland. Con sede en una ciudad universitaria, también han probado con suscripciones gratuitas para estudiantes, aunque no tuvieron tanto éxito porque no les interesaba tanto.

El año pasado, el periódico se trasladó a la zona de Raasepori, que ya estaba dominada por el periódico de habla sueca Västra Nyland. La comunidad sueca en Finlandia es pequeña y la mayoría de la gente se conoce. Puede resultar difícil entrar en un mercado y desafiar directamente a un periódico establecido.

Aun así, la competencia no es mala: hay espacio para múltiples productos, dice Simola: «Al final son los lectores los que disfrutan. Que haya múltiples medios que sigan sus temas».

Las opciones hiperlocales señalan un posible camino a seguir. Nya Östis es uno de esos periódicos de la zona de Loviisa, fundado en 2015 tras la fusión de otros periódicos locales. A raíz de la fusión, muchos vecinos sintieron que cada vez recibían menos noticias sobre lo que ocurría en su vecindario.

Nya Östis se fundó como respuesta, y casi una década después el periódico sigue publicándose en papel una vez a la semana, llegando a 2.500 suscriptores.

A diferencia de la mayoría de los medios de comunicación actuales, Nya Östis se ha alejado de lo digital. No existe una versión en línea del periódico que se pueda comprar, y solo se publican en línea algunos artículos más breves.

La redacción trabaja exclusivamente con periodistas autónomos, e incluso la redactora jefe, Carita Liljendahl, es una contratista. El equipo reparte personalmente el periódico en algunas tiendas locales que lo venden.

Aunque Nya Östis cuenta con una base de suscriptores fieles y es capaz de generar ingresos a través de suscripciones y anuncios, la redacción también se ha visto afectada por la actual situación económica. Este año, el medio ha tenido que aumentar el precio de su suscripción anual en 10 euros. No fue mucho, dice Liljendahl, pero fue el primer aumento en muchos años.

Para generar ideas de reportajes, el periódico recibe sugerencias a través de su grupo de Facebook, que cuenta con más de 5000 miembros.

El periódico también utiliza el grupo de Facebook para interactuar con los suscriptores: el grupo se ha convertido en una plaza virtual donde se reúnen los habitantes de la zona. Muchos miembros del mismo no son suscriptores, pero a todos les interesa la zona. Comparten posts sobre la ciudad que les parecen interesantes y publican sobre sus propias vidas, subiendo al grupo fotos sobre el tiempo o la primera nevada, entre otras.

Lo hiperlocal es la clave de un futuro próspero, cree Liljendahl. «Ese tipo de periódicos tienen el futuro por delante», afirma. «Ojalá lo viera más gente», concluye.

Este artículo se publicó originalmente en IJNET, la Red Internacional de Periodistas.

RV: EG

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