WASHINGTON – El crecimiento económico de América Latina y el Caribe se limitará a 1,9 por ciento en 2024, en parte debido a la recesión que se prevé en Argentina, indicó este martes 30, en un informe de actualización de perspectivas, el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El organismo estimó que la economía de la región ha sido resiliente y se ha recuperado –aunque poco- después de la pandemia covid-19, pero aún así descenderá desde el crecimiento de 2,5 % que registró en 2023.
Argentina, que creció cinco por ciento en 2022, decreció -1,1 % el año pasado, lo que repercutió en la elección como presidente del derechista ultraliberal Javier Milei como presidente, y para este año con nuevas políticas económicas se prevé una nueva caída de 2,8 %, aunque en 2025 puede crecer de nuevo, cinco por ciento.
El plan de Milei incluye devaluar la moneda, desregular precios, recortar el gasto público para disminuir el déficit fiscal, despidos en la administración pública y reducción de subsidios al transporte público y el sector de la energía, todo ello con impactos en el poder adquisitivo de la población.
El FMI y el gobierno de Milei negocian para que el país sudamericano reciba en breve 4700 millones de dólares con los cuales atender compromisos de deuda, incluido un acuerdo de endeudamiento por 44 000 millones de dólares que Buenos Aires pactó con el mismo Fondo.
Entretanto, las dos mayores economías de la región, Brasil y México, que en 2023 crecieron 3,1 y 3,4 %, respectivamente, este año tendrán crecimientos más modestos de su producto interno bruto (PIB), de 1,7 y 2,7 %, y para 2025 también se prevén avances moderados, de 1,9 % (Brasil) y 1,5 % (México).
En 2025 la región promediará un crecimiento de 2,5 %.
El crecimiento mundial está previsto que sea de 3,1% en 2024, 0,2 puntos porcentuales por encima de lo que el FMI previó el pasado octubre, y 3,2% en 2025. Esos niveles están por debajo del promedio de 3,8 % registrado en la década anterior a la pandemia.
Entre otros factores, como la persistencia de conflictos armados y las interrupciones causadas al comercio internacional, el FMI señala las elevadas tasas de interés implantadas por los bancos centrales para controlar la inflación, y una baja productividad en las economías de varias regiones.
En particular Estados Unidos, principal mercado para algunos países de la región, este año tendrá un crecimiento de 2,1 %, y de 1,7 % en 2025, en comparación con el 2,5 % que registró en 2023.
En la zona del euro en Europa el crecimiento será de 0,9 % en 2024 y 1,7 % en 2025 (0,5 % en 2023). China crecerá 4,6 % este año y 4,1 % el próximo, mientras que el crecimiento en India se estima en 6,5 % para todo el bienio.
En cuanto a la inflación, el Fondo registra que disminuye más rápidamente de lo previsto en la mayoría de las regiones, en parte por la política monetaria restrictiva. Se prevé que el nivel de inflación a escala mundial descienda a 5,8 % en 2024 y a 4,4% en 2025.
Una merma más rápida de la inflación puede dar paso a una mayor distensión de las condiciones financieras y hacer “más suave el aterrizaje” hacia una economía con menor crecimiento en el bienio que se inicia.
Están presentes sin embargo nuevas escaladas de los precios de las materias primas a causa de los choques geopolíticos, como las guerras y los ataques al comercio por el mar Rojo, y las tensiones entre China y Estados Unidos y sus respectivas alianzas.
El FMI reiteró su tesis en favor de aplicar “reformas estructurales focalizadas y ordenadas” para reforzar la productividad y la sostenibilidad de la deuda.
Además “es preciso aumentar la eficiencia de la coordinación multilateral, para facilitar la resolución de la deuda, evitar las situaciones críticas causadas por el sobreendeudamiento y crear espacio para las inversiones necesarias, así como para mitigar los efectos del cambio climático”, concluyó el organismo.
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