El mundo aún necesita otros 44 millones de docentes

Una maestra conduce una clase de pintura en un barrio popular de Guayaquil, Ecuador. La Unesco señala que se requieren buenas condiciones de trabajo, remuneración adecuada y atención a necesidades como manejo del estrés, para evitar la deserción e incrementar las vocaciones docentes en todo el mundo. Imagen: Santiago Arcos / Unicef

PARÍS – La profesión docente sigue enfrentada a una grave crisis vocacional en el mundo, que requiere emplear otros 44 millones de maestros y maestras, apuntó un reporte de la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) con motivo del Día Mundial del Docente este 5 de octubre.

La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, dijo que “algunas regiones del mundo carecen de candidatos. En otras, se enfrentan a una tasa de abandono muy alta durante los primeros años de trabajo”.

“En ambos casos, la respuesta es la misma: debemos valorar, formar y apoyar mejor a los docentes”, agregó Azoulay, para quien el problema no radica únicamente en la financiación, sino también en la falta de atractivo de la profesión debido a “una crisis vocacional”.

Un examen de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre una muestra de países mostró que en prácticamente todas las regiones los salarios de los docentes son inferiores a los de profesionales de la ciencia, la salud, los negocios, la administración, los asuntos legales o la tecnología de las comunicaciones.

La OIT reconoce que en muchos países se ha incrementado el salario de los docentes, pero ese crecimiento se debe en parte a que tenían un punto de partida más bajo.

Además, los salarios de los profesores tienden a aumentar con los niveles educativos, con los de primaria y de educación infantil en un extremo, los de secundaria y de formación profesional en el medio, y los profesores universitarios y de educación superior en el otro extremo del espectro salarial.

“Algunas regiones del mundo carecen de candidatos. En otras, se enfrentan a una tasa de abandono muy alta durante los primeros años de trabajo. En ambos casos, la respuesta es la misma: debemos valorar, formar y apoyar mejor a los docentes”: Audrey Azoulay.

De su lado, la Unesco recalca que las condiciones de trabajo pueden verse afectadas por un sinfín de problemas, desde la falta de material hasta las onerosas responsabilidades administrativas y la mala dirección de los centros.

En 2016, la escasez de docentes se cifraba en 69 millones, y aunque el déficit se ha reducido en casi un tercio, no es suficiente para satisfacer las necesidades materiales en de educación, en especial si se quieren cumplir los objetivos marcados en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, señala la organización.

Entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que comprende la Agenda, el ODS4 plantea “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

El reporte de la Unesco indica que ante el déficit de docentes la región que más ha progresado es Asia meridional, donde la escasez se ha reducido a la mitad desde 2016, hasta una carencia estimada de 7,8 millones de docentes.

En cambio, África subsahariana ha avanzado poco y representa un tercio del actual déficit mundial.

En Europa y América del Norte, a pesar de las bajas tasas de natalidad, la falta de profesores se sitúa en el tercer puesto de todas las regiones del mundo, con 4,8 millones de profesores adicionales necesarios.

En América Latina y el Caribe faltan 3,2 millones.

El análisis de la Unesco sobre las tasas de abandono de docentes en 79 países de todas las regiones constató que la docencia resulta con demasiada frecuencia una profesión poco atractiva.

En esos 79 países, la tasa de abandono, que mide la proporción de maestros que optan por dejar la profesión de manera permanente, casi se duplicó entre los maestros de primaria, pasando de 4,62 % en 2015 a 9,06 % en 2022.

Las situaciones varían mucho de un país a otro, pero destacan tres factores principales: condiciones laborales precarias, altos niveles de estrés y bajos salarios.

Los profesores que experimentan mucho estrés en el trabajo tienen más del doble de probabilidades de querer abandonar la profesión, especialmente en los primeros cinco años.

Por lo general, la tasa de abandono de los profesores es mayor que la de las profesoras. En 2021, la tasa mundial de abandono de los maestros de primaria fue de 9,2 %, mientras que la de las maestras fue de 4,2 %.

Esta situación se debe sobre todo al hecho de que los varones suelen tener más oportunidades profesionales en otros sectores y pueden cambiar de carrera con más facilidad.

También influyen los prejuicios de género, por ejemplo las creencias sobre quién debe responsabilizarse de la educación de los niños.

Los datos disponibles muestran que los docentes noveles son más propensos a abandonar la profesión que sus colegas más experimentados, lo que demuestra que necesitan más apoyo para hacer frente a la carga de trabajo.

Frente a la escasez sistémica de profesores, la Unesco recomienda siete medidas para hacer más atractiva la profesión, que deben ajustarse en función de las circunstancias nacionales, y la primera de ellas es invertir en la formación inicial del profesorado y en programas de desarrollo profesional continuo.

Luego, programas de orientación y mentoría que unan a docentes con experiencia  junto con los que están comenzando y promuevan la colaboración entre colegas.

Se debe garantizar que los profesores reciban salarios y prestaciones competitivas, especialmente en comparación con otras ocupaciones que requieren niveles equivalentes de calificación, y brindarles oportunidades de ascenso profesional.

También se deben agilizar las labores administrativas y la documentación para que los docentes puedan centrarse más en la enseñanza y menos en la burocracia.

Otra recomendación es fomentar un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal, al establecer expectativas realistas para las horas de trabajo y disminuir la carga laboral innecesaria.

Además es necesario brindar un acceso más sencillo a servicios de salud mental, y asesoramiento para apoyar a los docentes en el manejo del estrés y las dificultades emocionales.

Finalmente, se recomienda impulsar un liderazgo escolar sólido y colaborativo, que reconozca las contribuciones de los docentes, ofrezca retroalimentación constructiva y promueva un ambiente de trabajo positivo.

A-E/HM

 

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