SANTIAGO – La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzó un plan de 36,9 millones de dólares para asistir a 1,16 millones de personas en nueve países de América Latina con comunidades potencialmente vulnerables al impacto del fenómeno El Niño.
“Instamos a los gobiernos, organizaciones no gubernamentales y sector privado a unirse para proteger la seguridad alimentaria y los medios de vida de las familias rurales más vulnerables ante el crítico escenario que nos presenta El Niño”, dijo Mario Lubetkin, subdirector general y representante regional de la FAO.
Esos esfuerzos “no solo disminuirán el potencial impacto de este fenómeno, sino que permitirán construir resiliencia para enfrentar el cambio climático y la variabilidad climática que hoy también azota a la región”, apuntó Lubetkin.
Las medidas propuestas en el “Plan de acción anticipatoria y respuesta” incluyen entrega de semillas resistentes a la sequía, apoyo para la captación, almacenamiento y manejo de agua, asistencia en efectivo, capacitaciones en la gestión de recursos hídricos y acciones para la protección del ganado, la pesca artesanal y los cultivos.
Las comunidades objetivo del apoyo están en Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú y Venezuela, vulnerables al impacto de la sequía previsible como consecuencia del fenómeno climático.
El Niño es un fenómeno recurrente de calentamiento en el centro y este del Pacífico ecuatorial, que libera más calor a la atmósfera y favorece la aparición de lluvias fuertes en unas regiones y duras sequías en otras, incluso lejanas, como África.
“Instamos a los gobiernos, organizaciones no gubernamentales y sector privado a unirse para proteger la seguridad alimentaria y los medios de vida de las familias rurales más vulnerables ante el crítico escenario que nos presenta El Niño”: Mario Lubetkin.
En América Latina, El Niño suele elevar la temperatura e incrementar las lluvias torrenciales en la costa del Pacífico, sur y sureste de Brasil y norte de Argentina, mientras provoca sequías en América Central, áreas del Caribe y en el norte de América del Sur.
Al alterar los patrones de lluvia y temperatura, El Niño impacta en la agricultura, los medios de vida rurales y la seguridad alimentaria. Durante 2022, casi 18 millones de personas en América Latina y el Caribe experimentaron niveles de inseguridad alimentaria aguda en niveles de “crisis” o “emergencia”, según la FAO.
Este tipo de inseguridad alimentaria aguda (no crónica) ha aumentado en la región y está vinculado a un deterioro de medios de vida y a una espiral de vulnerabilidad capaz de sumergir a las personas en la pobreza.
Para estas personas, en su mayoría población rural, cualquier nuevo choque o estrés por efecto de El Niño tendría un impacto devastador.
El Corredor Seco centroamericano, franja de 100 a 400 kilómetros de ancho que va desde el oeste de Panamá hasta el sur de México, con una población de 11 millones de habitantes, es particularmente sensible a la sequía provocada por El Niño.
La FAO subraya que la mayoría de los productores agrícolas en el Corredor Seco son pequeños agricultores que ya registran altos niveles de inseguridad alimentaria y enfrentan desafíos para acceder a insumos agrícolas y veterinarios, así como para comercializar sus productos.
Existe una probabilidad de más de 90 % de que El Niño se extienda hasta fines de 2023, y las agencias climáticas internacionales pronostican que continuará de moderado a fuerte hasta 2024, por lo que “la situación en América Latina y el Caribe requiere una respuesta conjunta y apremiante”, dijo Lubetkin.
Desde junio de este año la FAO inició acciones anticipatorias para mitigar potenciales impactos asociados al fenómeno de El Niño en los medios de vida agrícolas y en la seguridad alimentaria en Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala, para reducir necesidades humanitarias y construir resiliencia.
En los próximos meses, según informó desde su sede regional en esta capital chilena, la FAO también se apoyará a familias productoras en riesgo por El Niño, principalmente pueblos indígenas, en Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela.
Este plan de respuesta forma parte de un llamado global que busca recaudar fondos para hacer frente al fenómeno de El Niño e incorpora, además de América Latina, países de otras regiones como África y Asia Pacífico.
En total, se busca apoyo para movilizar 88,9 millones de dólares con los cuales asistir a aproximadamente a 2,6 millones de personas.
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