Los manglares, como este en el municipio de Paraíso, en el suroriental estado mexicano de Tabasco, son candidatos a los bonos de biodiversidad, por los servicios que prestan y la necesidad de protegerlos, al igual que otros ecosistemas. Pero estos créditos aún necesitan estándares internacionales, lineamientos de verificación y monitoreo, así como resultados tangibles. Imagen: Emilio Godoy / IPS