El racismo amenaza de muerte a las parturientas afrodescendientes

Las mujeres afrodescendientes tienen más probabilidades de morir durante el parto debido a la discriminación en los sistemas de salud en el cotinente americano, según el Fondo de Población de la ONU. Imagen: Eduardo Martino / OMS

NACIONES UNIDAS – Las mujeres afrodescendientes tienen más probabilidades de morir durante el parto debido a la discriminación racista en los sistemas de salud del continente americano, expuso un reporte divulgado este miércoles 12 por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).

Natalia Kanem, directora ejecutiva del Unfpa, afirmó que “con demasiada frecuencia, las mujeres y niñas afrodescendientes son abusadas y maltratadas, sus necesidades no se toman en serio y sus familias se ven destrozadas por la muerte prevenible de un ser querido durante el parto”.

El análisis del Unfpa refuta categóricamente el argumento de que esas muertes se deban a la incapacidad de ese colectivo de buscar tratamiento oportuno, o de haber hecho malas elecciones de estilo de vida o tener predisposiciones hereditarias.

En cambio, da cuenta de un patrón sistémico e histórico de abuso racista en el sector de la salud en todos los continentes, incluido el hemisferio americano.

Desde la educación médica hasta la formulación de políticas y la prestación de servicios de salud, las mujeres y niñas afrodescendientes son sistemáticamente desatendidas y maltratadas, afirma el Unfpa.

Según esa agencia de salud sexual y reproductiva de la ONU, el maltrato que enfrentan las afrodescendientes cuando reciben atención médica puede incluir abuso verbal y físico, negación de atención de calidad y rechazo del alivio del dolor.

“Como consecuencia, enfrentan mayores complicaciones durante el embarazo y demoras en las intervenciones, que con demasiada frecuencia resultan en la muerte”, agrega el informe.

Entre los hallazgos clave de su estudio, el Unfpa destacó que los afrodescendientes en general experimentan niveles desproporcionados de agravio en los entornos de salud, algunos de los cuales se basan en creencias no científicas y racistas que datan de la esclavitud y que todavía están presentes en los planes médicos.

“Con demasiada frecuencia, las mujeres y niñas afrodescendientes son abusadas y maltratadas, sus necesidades no se toman en serio y sus familias se ven destrozadas por la muerte prevenible de un ser querido durante el parto”: Natalia Kanem.

En el caso de América, el Unfpa cita también la negligencia estructural reflejada en la recopilación de datos, precisando que sólo 11 de los 35 países del continente tienen las cifras de salud materna desglosadas por raza, y apenas seis registran las muertes maternas clasificadas por raza.

Además, únicamente un tercio de los 32 planes nacionales de salud encuestados por la agencia identificaron a los afrodescendientes como una población que experimenta barreras en el sector de la salud.

Se estima que hay 209 millones de personas de ascendencia africana en América.

El estudio señala que, de los países con datos disponibles, Estados Unidos es el que presenta la diferencia más grande en las tasas de mortalidad materna: las mujeres negras tienen el triple de probabilidades de morir en comparación con las blancas durante el parto, o en las seis semanas posteriores al alumbramiento.

En Suriname esa tasa de probabilidad es 2,5 veces mayor, en tanto que en Brasil y Colombia es 1,6 veces mayor.

El informe subraya que los ingresos y la educación más altos no ofrecen más protección, y muestra que las muertes maternas entre las graduadas universitarias afroamericanas en Estados Unidos son 1,6 veces más altas que entre las mujeres blancas con un máximo de educación secundaria.

Ante esa realidad, el Unfpa insta a los gobiernos, las organizaciones internacionales, y los sectores educativos y sanitarios a tomar medidas para garantizar el acceso a una atención materna de calidad para las mujeres afrodescendientes, y reducir así las altas tasas de mortalidad materna entre ese grupo de población.

Del mismo modo, pide a las autoridades concernidas que recopilen y analicen los datos de salud desagregados por raza y etnia.

Finalmente, insta a las escuelas de medicina a poner fin a la ideología racista en los planes de estudio y de capacitación, y exhorta a los hospitales a implementar políticas que pongan fin al abuso físico y verbal contra las mujeres y niñas afrodescendientes.

A-E/HM

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