NAIROBI – En lo profundo del desierto egipcio, la comunidad de Sekem celebra su primera cosecha de trigo, cultivada para aliviar la escasez y el aumento de precios causados por la guerra en Ucrania, y la última cosecha en una historia de 46 años de desarrollo regenerativo, que efectivamente ha hecho florecer el desierto.
En otro continente, un consumidor que compra acai recolectado y producido por los Yawanawá en Brasil ayuda a proteger 81 000 hectáreas de tierra.
La comida conecta a las personas, las culturas y el planeta Tierra. Pero en lugar de nutrir la salud y el bienestar mundial, en la actualidad los sistemas alimentarios siguen estando en el centro de las crisis sociales y ambientales de la comunidad mundial.
Las inversiones y los esfuerzos masivos para transformar los sistemas alimentarios y las soluciones políticas y técnicas existentes no están generando el impacto deseado. Ante las crisis de los sistemas alimentarios mundiales que se manifiestan en la inseguridad alimentaria, las prácticas agrícolas insostenibles y el cambio climático, es fundamental volver a examinar los orígenes de las crisis en curso y las barreras a la transformación.
Replantearnos cómo piensa la gente acerca de la comida
En este contexto, la Alianza de Sistemas Alimentarios Conscientes (CoFSA, en inglés) promueve la conciencia como una práctica clave basada en evidencia para apoyar el cambio sistémico. La alianza se basa en la premisa de que replantear la forma en que las personas piensan sobre los alimentos es la clave para desbloquear la transformación de los sistemas alimentarios, nutrir a todas las personas y regenerar el planeta Tierra.
“Sabemos que nuestros sistemas alimentarios atraviesan un estado crítico y se encuentran en el centro del proceso de regeneración que este mundo necesita enormemente, y creemos que esto solo puede suceder con un cambio de mentalidad y forma de pensar, con diferentes valores y visiones del mundo”, dice Thomas Legrand, asesor técnico principal de CoFSA.
Convocado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), CoFSA es un movimiento de profesionales de la alimentación, la agricultura y la conciencia unidos en torno a un objetivo común: apoyar a las personas de todos los sistemas alimentarios y agrícolas para cultivar las capacidades internas que activan el cambio y la regeneración sistémicos.
La alianza tiene como objetivo aprovechar “el poder de la conciencia y la transformación interna, incluidos enfoques probados como la atención plena, la compasión, el liderazgo de sistemas, las sabidurías indígenas y femeninas, para apoyar el cambio sistémico hacia la sostenibilidad y el florecimiento humano en el sector de la alimentación y la agricultura”.
Apoyar proyectos de sistemas alimentarios regenerativos
El Fondo Desafío de CoFSA, que está a punto de lanzarse, tiene la intención de apoyar el desarrollo de ideas y soluciones estratégicas e innovadoras para ampliar y acelerar el progreso hacia la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible a través de la transformación de los sistemas alimentarios, que es fundamental para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El Fondo se enfoca en cultivar capacidades internas para sistemas alimentarios regenerativos. Esto constituye un nuevo campo de práctica que requiere pruebas e innovación para identificar, desarrollar y nutrir soluciones potencialmente transformadoras.
En esta primera ronda de convocatorias de propuestas, el PNUD apoyará aproximadamente cuatro proyectos piloto de hasta 20 000 dólares.
Sistemas alimentarios conscientes
Un sistema alimentario consciente es un enfoque holístico para el bienestar de las personas y los ecosistemas, y donde existe una conexión y conciencia entre las partes interesadas a lo largo de toda la cadena de suministro, dice Helmy Abouleish, director ejecutivo de Sekem.
Helmy dirige la comunidad de desarrollo holístico y sostenible creada en 1977 por su padre, el Dr. Ibrahim Abouleish, en el desierto de Egipto.
Según el PNUD, para transformar los sistemas que dañan a las personas y al planeta y cómo se producen y consumen los alimentos, “necesitamos mirar más allá de los síntomas de los problemas e incluso los patrones y estructuras de los sistemas, hacia lo que fundamentalmente los impulsa”.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
La conciencia y los modelos mentales, o las mentalidades y culturas regenerativas, se reconocen cada vez más como la clave para desbloquear el cambio de sistemas en la alimentación y la agricultura.
Con este fin, CoFSA aplica enfoques de conciencia a las soluciones técnicas para apoyar el cultivo y la consideración de las capacidades internas basadas en la premisa de que el cambio sostenible proviene del interior.
Christine Wamsler, profesora de Ciencias de la Sostenibilidad en la sueca Universidad de Lund, enfatiza que existe “un consenso científico cada vez mayor de que la creación de sistemas regenerativos sostenibles no solo requiere un cambio en nuestros mundos externos, sino que debe ir de la mano con un cambio fundamental en nuestras relaciones, en la forma en que pensamos sobre nosotros mismos, los demás y la vida en general”.
De manera similar, el profesor principal del estadounidense Instituto de Tecnología de Massachusetts, Otto Scharmer, enfatiza: «No se puede cambiar un sistema a menos que se cambie la mentalidad o la conciencia de las personas que están promulgando ese sistema».
En el fondo, la alimentación consciente y la activación de la transformación desde el interior es reconocer que cambiar el comportamiento, a veces, tiene más que ver con identidad, emociones y conexiones que con datos y análisis, de la misma manera en que se hacen campañas electorales y se ganan en un contexto de creencias y opiniones arraigadas.
Preguntas que impactan en las elecciones del consumidor
“Creo que hoy en día, sin importar lo que comas, sin importar cómo te vistas, debes preguntarte de dónde vienen, qué tipo de impacto están teniendo en la Madre Tierra, el entorno cultural, económico y espiritual”, dice Tashka Yawanawá, jefe de los Yawanawá que ha sobrevivido durante siglos en las selvas brasileñas.
La conciencia de las personas y los procesos en los sistemas alimentarios y agrícolas se alinea con la sabiduría indígena y está en el centro del enfoque adoptado por el pueblo Yawanawá. Por ejemplo, Tashka Yawanawá dice: “Cuando alguien bebe el açaí recolectado y producido por los Yawanawá, está ayudando a proteger 200.000 acres de tierra”.
“También están apoyando la preservación de nuestro idioma, nuestra cultura, nuestra manifestación cultural y espiritual. Hacer ese enlace le da valor al origen de estos productos… cuando compras acai hecho por Yawanawá, tienes la conciencia de que estás apoyando la alimentación consciente”.
El PNUD enfatiza que la vida de los agricultores depende de ser vistos como seres humanos, no solo como agentes económicos, y dice que es “hora de construir espacios seguros, reflexivos y de conexión para entablar las conversaciones profundas que necesitamos para que las relaciones correctas reemplacen las reglas del mercado”.
En el mundo del pensamiento consciente y la alimentación consciente, todos tienen un papel.
Teresa Corção, fundadora del Instituto Maniva, una organización sin fines de lucro en Brasil que valora el conocimiento de los alimentos tradicionales y renueva los lazos perdidos entre los productores, los alimentos que cultivan, los cocineros y los consumidores, dice que los chefs tienen un papel fundamental en escuchar más a las personas que cultivar la comida.
“Creo que todos vemos cada vez más que necesitamos otras formas de cambiarnos a nosotros mismos y ayudar a otros a cambiar su forma de pensar para que tengamos la mentalidad adecuada para tomar decisiones que sean más sostenibles”, dice Andrew Bovarnick, director global de Sistemas de Productos Básicos Agrícolas y Alimentarios del PNUD.
CoFSA busca concientizar sobre los sistemas alimentarios para apoyar la transición a un enfoque holístico biorregional y crear paisajes productivos de regeneración.
Esa conciencia puede ayudar a restablecer el equilibrio en los sistemas alimentarios entre la producción, la conservación y el bienestar de los alimentos, respaldar la adopción de prácticas agroecológicas que regeneran el suelo y fortalecer la capacidad de los alimentos para distribuir la riqueza y el bienestar en las comunidades.
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