DACA – Con la estación de los monzones en Bangladés, los campos de refugiados rohinyás en Cox’s Bazar se han convertido en un foco de dengue, y la enfermedad transmitida por mosquitos sigue propagándose entre los refugiados que Myanmar dejó sin patria.
«Hasta el 23 de mayo de este año, se habían registrado 1066 casos de dengue en los hacinados campos de refugiados de Cox’s Bazar, mientras que el número de casos era de solo 426 entre la comunidad local», declaró Nazmul Islam, director de Control de Enfermedades de la Dirección General de Servicios de Salud (DGHS) de este país del sudeste asiático.
Sin embargo, los últimos datos de la DGHS revelaron que 1283 personas se infectaron y 26 murieron de dengue entre el 1 de enero y el 6 de junio en el complejo de campamentos rohinyás y la comunidad de acogida circundante en Ukhiya y Teknaf, upazilas (subdistritos) de Cox’s Bazar.
Nazmul dijo que la tasa de infección por dengue es más alta en los campamentos rohinyá que en el resto del país.
«Los campamentos rohinyá de Cox’s Bazar tienen el mayor número de pacientes de dengue. El año pasado se identificaron allí más de 17 000 pacientes de dengue. El número de pacientes de dengue es igualmente tan alto este año también», detalló.
Los datos oficiales muestran que los casos de dengue aumentaron significativamente en 2022, cuando empezó el monzón, la estación de vientos y lluvias que en general va de enero a septiembre en este país de clima tropical y subtropical, situado al este del subcontinente indio y con sus costas al golfo de Bengala.
Los expertos temen que la situación del dengue se agrave en los campamentos rohinyás durante la estación monzónica de este año.
Bangladesh fue el refugio mayoritario del mayor éxodo rohinyá, en 2017, por la fero represión militar contra esa minoría de religión musulmana en el estado de Rakhine, en el oeste de Myanmar, en lo que se calificó como un etnocidio.
Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), unos 7,4 millones de rohinyás entraron a Bangladés desde la antigua Birmania, con quien comparte su frontera norte, lo que suma casi 10 millones con anteriores afluencias durante otras olas represivas.
Los desplazados forzosos rohinyás se refugiaron en campamentos improvisados superpoblados donde carecen de acceso a servicios cívicos, como educación, alimentos, agua potable y saneamiento adecuado, y también se enfrentan a desastres naturales y transmisión de enfermedades infecciosas.
«La mayoría de los refugiados carecen de acceso adecuado a agua limpia, instalaciones sanitarias o atención de salud. La estación de los monzones también supone una gran amenaza para miles de familias rohinyás que viven en refugios improvisados, ya que durante este periodo surgen brotes de dengue en los campamentos», describió Ro Arfat, un refugiado de ese pueblo musulmán.
Nazmul dijo que los refugiados rohinyás viven en habitáculos de espacio limitado en los campamentos, donde no hay suficiente margen para que corra el agua de lluvia, por lo que se estanca y crea un ambiente propicio para la cría del mosquito Aedes, portador del virus del dengue.
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El riesgo de infección por dengue aumenta en las zonas densamente pobladas. La estación del monzón, vuelve propicios los campos de refugiados para la expansión del dengue, que es una enfermedad transmitida por el mosquito infectado, que provoca fiebre incapacitante, fuertes dolores de cabeza y en las articulaciones, además de dificultades respiratorias.
Iqbal Kabir, profesor y director de la Unidad de Cambio Climático y Promoción de la Salud del Ministerio de Sanidad de Bangladés, afirmó que en los últimos años se han observado cambios medioambientales notables en todo el planeta, y este pais no es una excepción.
«La naturaleza del mosquito Aedes es que debe picar a cinco humanos para chupar sangre según su demanda, y un mosquito Aedes pone más de 200 huevos cada vez. En cuanto consiguen la humedad y la temperatura adecuadas, se produce la reproducción del mosquito», explicó Kabir.
Observó que el dengue se propaga muy rápidamente, pero las autoridades no han controlado las infecciones por dengue en los campos de refugiados de Cox’s Bazar, pese a que están muy masificados.
Durante el monzón, Bangladesh, como también se conoce al país, experimenta picos de brotes de dengue. En 2022, 17 refugiados murieron por infecciones de dengue en campos rohinyás, mientras se desconoce el número de los que desarrollaron la enfermedad.
A pesar de tener una alta tasa de infección por dengue en los campamentos, la falta de concienciación sobre el virus y la ausencia de un diagnóstico rápido de la enfermedad hacen que los refugiados rohinyá sean particularmente vulnerables.
«Un mosquito Aedes puede infectar a muchas personas en cuestión de segundos, y mantener los campos de refugiados densamente poblados a salvo de los mosquitos es realmente difícil. Por tanto, hay muchas posibilidades de que se produzca un brote grave en los campos de refugiados», afirmó Mahbubur Rahman, cirujano civil y jefe de sanidad de Cox’s Bazar.
Se necesitan medidas urgentes
La mayor carga estacional del dengue está relacionada con los cambios en el régimen de lluvias y las precipitaciones previas al comienzo de la estación de monzones se relacionan con la multiplicación del vector Aedes.
A principios de año se produjeron precipitaciones inusuales en la zona de Cox’s Bazar, que desencadenaron inusuales brotes de dengue en los campamentos.
Kabir afirmó que la directriz nacional sobre el dengue debería revisarse para controlar los brotes en todo el país, incluidos los campamentos rohinyás.
Sugirió poner en marcha un programa de choque para prevenir las infecciones de dengue en los campamentos rohinyás y remarcó que si se pudiera la agrupación de los infectados, sería fácil hacer frente a la situación del dengue en ellos.
Golam Rabbani, director del Fondo Puente Climático del BRAC, afirmó que el gobierno bangladesí debería iniciar investigaciones y aumentar la capacidad de las autoridades para hacer frente a cualquier futuro brote de dengue en el país.
Afirmó que el Departamento de Salud Pública y la DGHS deberían identificar el dengue como una de las enfermedades más sensibles al clima y mejorar su perfil de enfermedad, sugiriendo al gobierno que inicie inversiones e intervenciones masivas para hacer frente al dengue en Bangladés.
La destrucción de las larvas en las áreas pasibles de tener el vector, así como la pulverización de insecticidas en forma aérea o terrestre, son formas efectivas de prevención masiva, que no se aplican en el complejo de campamentos rohinyás.
T: MF / ED: EG