Países insulares del Pacífico tendrán un sistema de alerta para migración del atún

Un sistema de alerta regional, promovido por la intergubernamental Comunidad del Pacífico, busca ayudar a los países de la región a mitigar los impactos de la migración del atún de sus zonas económicas exclusivas, provocada por el cambio climático. Foto: SPC

SIDNEY – El cambio climático y el calentamiento de las aguas oceánicas están provocando que las pesquerías de atún migren a aguas internacionales, lejos de la jurisdicción de los países, poniendo así en riesgo la seguridad alimentaria y económica de muchos de ellos en las islas del Pacífico sur.

Ahora, una iniciativa regional liderada por la intergubernamental Comunidad del Pacífico (SPC, en inglés) ayudará a garantizar que estos países estén equipados para hacer frente a la migración del atún inducida por el cambio climático.

“Todas las proyecciones sobre el cambio climático indican que se producirá una redistribución del atún desde el Pacífico occidental y central hacia el este y hacia las regiones polares, es decir, no hacia la Antártida o el Ártico, sino hacia regiones situadas fuera de las zonas ecuatoriales, donde se encuentran principalmente en la actualidad», afirmó Simon Nicol, científico principal de Pesca de la SPC.

Ese fenómeno, destacó a IPS, “tiene implicaciones muy importantes para los países insulares del Pacífico. Según nuestras proyecciones, en 2050 estos países habrán perdido una quinta parte, es decir, unos 100 millones de dólares, de los ingresos derivados directamente de la industria atunera”.

La captura total anual de atún en el océano Pacífico occidental y central representa alrededor de 55 %por ciento de la producción mundial de atún. Aproximadamente la mitad de ella procede de las llamadas zonas económicas exclusivas (ZEE) de los países insulares de la zona.

La ZEE, según establece la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, es un área en que cada país tiene derechos únicos de exploración y explotación de los recursos marinos y que alcanza hasta las 200 millas náuticas (370 kilómetros) desde su costa.

La reciente financiación de 15,5 millones de dólares  por parte de Nueva Zelanda para el programa de la SPC «Ciencia del clima para garantizar el acceso al atún del Pacífico» permitirá a esos países insulares preparar y adaptar la pesca del atún de la región para hacer frente a los retos que plantea la crisis climática.

Nicol afirma que la inversión que Nueva Zelanda ha aportado al programa permitirá en primer lugar un seguimiento más riguroso y oportuno de los tipos de cambios que se están produciendo, tanto por los efectos de la pesca como por el cambio climático, con una resolución muy fina.

En segundo lugar, también aportará los recursos adicionales necesarios para aumentar la capacidad de vigilancia de los océanos con el fin de eliminar las anomalías y los sesgos respecto a determinadas condiciones locales, que a menudo se producen en los modelos climáticos globales y que terminan por afectar esas condiciones.

“Hemos observado, por ejemplo, que el límite de la reserva cálida en Papúa Nueva Guinea, las Islas Salomón y Nauru puede tener un elemento de sesgo asociado. Se trata de una importante característica oceanográfica de la zona ecuatorial del Pacífico occidental, que se mueve en asociación con El Niño Oscilación del Sur”, explicó.

Abundó que “en ocasiones su límite oriental está justo al lado de Papúa Nueva Guinea, y otras veces se extiende hasta más allá de Nauru. Es un factor clave para el reclutamiento del listado, por lo que tenemos que ser muy precisos sobre dónde está ese límite para cualquier predicción de reclutamiento de listado que se produzca en un año determinado”.

El análisis a escala de la cuenca oceánica no proporciona información a ese nivel de las ZEE para países concretos, y a menudo no es preciso para predecir cuándo se va a manifestar un impacto específico de la alteración climática.

Varios países y territorios de las islas del Pacífico ven peligrar su seguridad alimentaria y económica debido a la migración del atún a aguas internacionales más frías, como consecuencia del cambio climático. Foto: SPC

En el marco del nuevo programa, la SPC desarrollará un sistema de alerta avanzada para el Pacífico con el fin de ayudar a los países a prever, vigilar y gestionar la migración del atún, que se acentuará en las próximas décadas.

“El sistema de alerta avanzada nos permitirá conocer con más detalle los cambios probables en la ZEE de cada país, así como determinar con mayor exactitud y precisión cuándo se producirán esos cambios, lo que es especialmente importante desde la perspectiva de los países insulares del Pacífico”, explicó Nicol.

Los países insulares del Pacífico gestionan los recursos atuneros de forma colectiva para garantizar su sostenibilidad biológica, pero los ingresos que obtienen son en gran medida una empresa nacional.

Un estudio de Nature Sustainability estima que el movimiento de las poblaciones de atún podría causar una caída de hasta 17 % en los ingresos anuales del gobierno de algunos de estos países.

El estudio señala que más de 9 5% de todo el atún capturado en las jurisdicciones de los 22 países y territorios insulares del Pacífico procede de las ZEE combinadas de 10 Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) del Pacífico.

Son ellos: Islas Cook, Estados Federados de Micronesia, Kiribati, Islas Marshall, Nauru, Palaos, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tokelau y Tuvalu.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Por término medio, obtienen 37% (entre 4 % de Papúa Nueva Guinea y 84 % de Tokelau) de todos los ingresos públicos de las tasas de acceso a la pesca atunera pagadas por las flotas pesqueras industriales extranjeras.

“El sistema de alerta avanzada permitiría predecir con mayor precisión los cambios en las poblaciones de atún, su abundancia, su distribución y las pesquerías que las rodean”, indicó Meryl Williams, vicepresidenta del Comité Científico Asesor de la Fundación Internacional de  Sostenibilidad de Productos del Mar (ISSF, en inglés).

Esto, acotó, es muy importante para que cada país reciba por derechos de acceso lo que corresponde por el atún capturado en su ZEE.

“Los derechos de acceso suelen formar parte de los ingresos generales consolidados que el gobierno tiene que destinar a hospitales, educación e infraestructuras, por lo que es una fuente de ingresos muy importante para el desarrollo económico de la población en muchos de los países insulares del Pacífico”, añadió.

 

En la actualidad, el programa se centra solo en las cuatro especies dominantes de atún capturado en los países insulares del Pacífico: listado (Katsuwonus pelamis), rabil (Thunnus albacares), patudo (Thunnus obesus) y blanco del Pacífico Sur (Thunnus alalunga).

Según Coral Pasisi, directora de Cambio Climático y Sostenibilidad Medioambiental de la SPC, si no se adoptan medidas globales para mitigar el cambio climático, los últimos modelos de ecosistemas predicen una disminución significativa de la disponibilidad de especies tropicales de atún en el Pacífico occidental, debido a un desplazamiento de su biomasa hacia el este y a algunos descensos de la biomasa total.

También se prevén, añadió, efectos negativos en las poblaciones de peces costeros importantes para la seguridad alimentaria local.

Frenar las emisiones de gases de efecto invernadero en línea con el Acuerdo de París, aprobado en 2015 para contener el incremento de las temperaturas, podría ayudar a limitar la migración del atún fuera de la región.

“Tenemos que garantizar niveles de pesca sostenibles para las islas del Pacífico. Para alcanzar este objetivo, los países desarrollados deben actuar con rapidez y aumentar su ambición de mantenerse por debajo de 1,5 grados centígrados, y los países del Pacífico deben mantener una gestión sostenible de sus recursos pesqueros”, dijo Pasisi a IPS.

Según la especialista de la SPC, el futuro de los recursos marinos de la región del Pacífico se garantizará mediante dispositivos de concentración de peces cerca de la costa, planes de gestión sostenible de la pesca costera y la acuicultura.

“También debemos completar el trabajo de delinear todos los límites de la Zona Económica Exclusiva para asegurar la soberanía sobre los recursos. Necesitamos y buscamos el reconocimiento internacional de su permanencia”, planteó Pasisi.

Añadió que “también debemos trabajar con todas las naciones pesqueras del Pacífico para garantizar que continúe la gestión sostenible de la pesca del atún, aunque se produzca un desplazamiento a aguas internacionales”.

El programa trabajará con los países y territorios insulares del Pacífico para desarrollar y aplicar nuevas tecnologías y enfoques innovadores que permitan la sostenibilidad a largo plazo de la pesca del atún en la región.

“Es necesario reconocer también los beneficios más directos que las personas, incluidas las mujeres, obtienen de su contribución a la industria atunera”, afirmó Williams, de la ISSF y también fundadora y expresidenta de la sección de Género en la Acuicultura y la Pesca de la Sociedad Asiática de Pesca.

Para ella, “si consideramos el conjunto del empleo en las cadenas de valor de la pesca atunera artesanal e industrial, no sólo la pesca, sino también la transformación, el comercio, el trabajo en oficinas y en la gestión de la pesca, etc, calculamos que las mujeres constituyen probablemente al menos la mitad, si no más de la mitad, de la mano de obra de la industria atunera”.

“Por lo tanto, su papel es muy importante en la gestión sostenible de la población de atún en los países insulares del Pacífico”, remarcó.

T: MF / ED: EG

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