ROMA – Si un extraterrestre aterrizase hoy en la Tierra y empezase a ver la televisión, oír la radio o a leer los periódicos, probablemente no percibiría que la humanidad y su hábitat natural se enfrentan a una amenaza existencial, que está llevando a la sexta extinción masiva, que ya está devastando las vidas de muchos, especialmente en el Sur global, y que pronto golpeará al resto.
“No sé qué es más aterrador, si el hecho de que el CO2 atmosférico acaba de alcanzar el nivel más alto de la historia de la humanidad, o que haya pasado casi completamente desapercibido», tuiteó la activista climática sueca Greta Thunberg el 9 de abril, sobre los datos del Laboratorio de Monitorización Global, de la estadounidense Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica.
Salvo algunas excepciones notables, la crisis climática no ha sacado lo mejor de los principales medios de comunicación y, de hecho, los científicos y activistas que dan la voz de alarma suelen ser calificados de extremistas peligrosos o de chiflados.
El trato dado el año pasado por un popular programa de televisión, Good Morning Britain, a Miranda Whelehan, una joven integrante del grupo de Just Stop Oil (basta del petróleo), un grupo británico de desobediencia local, es un buen ejemplo.
En lugar de tener en cuenta sus argumentos válidos sobre los peligros inminentes descritos en los informes del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), fue ridiculizada e intimidada con argumentos falsos, incluidas críticas por «llevar ropa» que podría haber sido transportada con petróleo. “¿Tenía que presentarse desnuda?”, se criticó entonces.
Fue un episodio tan lamentable que parecía sacado directamente de la película satírica de Adam McKay de 2021 sobre la crisis climática: “No mires arriba”.
Pero la tergiversación de la cobertura sobre el clima es solo una pequeña parte del problema.
Lo peor es que el recalentamiento global y sus efectos se ignoran en gran medida, mientras que los cotilleos de famosos y los deportes parecen tener prioridad en la agenda informativa.
No hay suficientes historias sobre la emergencia climática y las que se publican o se proyectan no reciben la importancia que merecen.
Una nueva investigación de Greenpeace Italia da una idea de la magnitud del problema.
El estudio, realizado junto con el instituto de investigación Osservatorio di Pavia, muestra que los principales diarios italianos solo publican unos 2,5 artículos diarios que traten explícitamente sobre la crisis climática.
En cambio, los periódicos dan mucho espacio a las empresas cuyas actividades generan grandes emisiones de gases de efecto invernadero, publicando una media de seis anuncios semanales de empresas relacionadas con los combustibles fósiles y los sectores del automóvil, el turismo de cruceros y el transporte aéreo.
El estudio revela que menos de 3 % de las informaciones de los principales telediarios italianos se refieren a la crisis climática.
“Los principales diarios y noticieros no tratan la crisis climática como una emergencia», dijo a IPS el portavoz de Greenpeace Italia, Giancarlo Sturloni.
Las noticias son escasas y esporádicas; la crisis climática casi nunca es tema de primera plana, puntualizó.
“Baste decir que en los principales telediarios de máxima audiencia, el cambio climático se menciona en menos de 2 % de las noticias y en algunos periodos cae por debajo de 1%”, añadió.
Además, abundó, “en los medios de comunicación italianos apenas se mencionan las causas, empezando por los combustibles fósiles, y menos aún los principales culpables, las empresas petroleras y de gas”.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Naturalmente, este fenómeno mediático no se limita a Italia.
En 2019, las publicaciones Columbia Journalism Review, The Nation, The Guardian y WNYC crearon Covering Climate Now (Cubrir el clima ahora, CCNow en inglés), un consorcio que busca trabajar con periodistas y medios de comunicación para ayudar a los medios a dar a la crisis climática el tratamiento que merece.
Desde entonces se han adherido más de 500 socios con una proyección combinada de 2000 millones de personas en 57 países.
Pero sus cofundadores, Mark Hertsgaard y Kyle Pope, afirman que, aunque se han hecho progresos, gran parte de los medios de comunicación siguen sin transmitir que el cambio climático es «una amenaza inminente y mortal», y lamentan que menos de 25 % del público estadounidense oiga hablar del tema en los medios cuando menos una vez cada mes.
Hay varias razones por las que no se informa lo suficiente sobre la crisis climática.
Se trata de una crisis complicada y a menudo deprimente, por lo que los editores pueden ser reacios a publicar historias que requieren muchas explicaciones y corren el riesgo de que el público deje de seguir su información.
Además, Hertsgaard, corresponsal de medioambiente de The Nation, y Pope, director y editor de Columbia Journalism Review, informan que muchos medios importantes han asegurado en privado que no firmarán la Declaración de Emergencia Climática de CCNow porque eso sonaría a activismo y no quieren parecer parcializados.
Sturloni cree que el dinero también influye.
“Nuestro análisis muestra que la voz de las empresas es casi siempre la que más espacio ocupa en la narrativa mediática de la crisis climática, incluso más que la voz de científicos y expertos», afirmó.
Aseguró que “las empresas más responsables de la crisis climática también encuentran un amplio espacio en los principales medios de comunicación italianos, y a menudo aprovechan para hacer greenwash (crear una falsa imagen verde) o promover falsas soluciones, como el gas, la compensación de carbono, la captura y almacenamiento de carbono, la fusión nuclear, etc”.
Esto obedece, explicó el portavoz de Greenpeace Italia, “a la dependencia de los medios de comunicación italianos de la financiación de las empresas de combustibles fósiles, que pueden influir en la agenda informativa de los medios escritos y la televisión, así como en la propia narrativa de la crisis climática”.
A su juicio, “esto impide que la gente esté bien informada sobre la gravedad de la amenaza y, por tanto, sobre las soluciones que deben aplicarse urgentemente para evitar los peores escenarios del recalentamiento global”.
T: MF / ED: EG