GINEBRA – A pesar de su contribución a la sociedad y de su papel esencial durante la pandemia covid-19, los trabajadores de sectores como la sanidad, la limpieza y el transporte están infravalorados y tienen pésimas condiciones laborales, reconoció este miércoles 15 la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Gilbert Houngbo, director general de la OIT, dijo que “el trabajo digno es un objetivo para todos los trabajadores, pero es particularmente crítico para los trabajadores que proporcionan necesidades y servicios vitales tanto en los buenos como en los malos tiempos”.
“El personal sanitario, los cajeros de supermercado, los repartidores, los trabajadores postales, los marineros, los limpiadores y otras personas que suministran alimentos y artículos de primera necesidad continuaron desempeñando su trabajo, día tras día, incluso en el apogeo de la pandemia, a menudo con gran riesgo personal”, recordó.
El documento de la OIT, titulado “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo 2023: El valor del trabajo esencial”, destaca lo mucho que las economías y las sociedades dependen de estos trabajadores, y lo infravalorados que están.
Sus malas condiciones laborales agravan la rotación de personal y la escasez de mano de obra, poniendo en peligro la prestación de servicios básicos.
Según el informe, es necesario mejorar sus condiciones e invertir más en los sistemas alimentarios, la atención sanitaria y otros sectores clave para aumentar la resiliencia económica y social ante las crisis.
“Valorar a los trabajadores esenciales significa garantizar que reciben un salario adecuado y que trabajan en buenas condiciones”, insistió Houngbo, titular de la entidad, con sede en esta ciudad suiza, que reúne a representantes de empleadores, gobiernos y trabajadores.
Los trabajadores esenciales pueden encontrarse en ocho grupos ocupacionales principales que abarcan la sanidad, los sistemas alimentarios, el comercio minorista, la seguridad, la limpieza y el saneamiento, el transporte, las ocupaciones manuales y técnicas, y las administrativas.
“El personal sanitario, los cajeros de supermercado, los repartidores, los trabajadores postales, los marineros, los limpiadores y otras personas que suministran alimentos y artículos de primera necesidad continuaron desempeñando su trabajo, día tras día, incluso en el apogeo de la pandemia, a menudo con gran riesgo personal”: Gilbert Houngbo.
En los 90 países en los que se disponía de datos parea el informe, 52 % de todo el empleo lo realizan tales trabajadores, aunque en los países de renta alta, donde las actividades económicas están más diversificadas, la proporción es menor, 34 %.
Durante la crisis de la covid sufrieron en general tasas de mortalidad más elevadas que los otros trabajadores, con variaciones entre distintas categorías.
Por ejemplo, los empleados del sector del transporte tuvieron tasas de mortalidad más elevadas que los sanitarios y, para todos, los resultados revelan la importancia de la seguridad y la salud en el trabajo, así como la presencia de una seguridad más alta en lugares de trabajo formales, con representación colectiva.
A nivel mundial, los trabajadores esenciales están sobrerrepresentados en el empleo de baja remuneración, alcanzando 29 % de los que están mal pagados, entendiendo por mal pagado un salario inferior a dos tercios del salario medio por hora.
En promedio, los trabajadores de los sectores clave ganan 26 % menos que los demás empleados, y sólo dos tercios de esta diferencia se deben a la educación y la experiencia. En los sistemas alimentarios, la proporción de empleados esenciales mal pagados es especialmente elevada, 47 %, y en limpieza y saneamiento es de 31 %.
Otro dato de consideración es que uno de cada tres trabajadores esenciales tiene un contrato temporal, aunque existen considerables diferencias entre países y sectores.
En la industria alimentaria, 46 % tiene un trabajo temporal, así como uno de cada tres empleados en ocupaciones manuales y en limpieza y saneamiento.
Los trabajos de limpieza y seguridad suelen subcontratarse, y otras ocupaciones esenciales se cubren habitualmente con trabajadores cedidos por empresas de trabajo temporal, lo que ocurre sobre todo en los almacenes, y cada vez más en la sanidad.
Más de 46 % de los empleados esenciales en los países de renta baja trabajan demasiadas horas. Las jornadas largas son más frecuentes en el transporte, donde casi 42 % de los trabajadores de todo el mundo trabajan más de 48 horas semanales.
Casi 60 % de los trabajadores esenciales de los países de renta baja y media carecen de algún tipo de protección social. En los países de renta baja, esta protección es mínima y sólo alcanza a 17 % de los trabajadores.
El panorama es aún más sombrío para los autónomos en países en desarrollo, ya que carecen casi por completo de protección
Para garantizar la continuidad de los servicios básicos durante futuras pandemias u otras crisis como catástrofes naturales, el informe recomienda una mayor inversión en las infraestructuras, la capacidad productiva y los recursos humanos de los sectores esenciales.
En particular, garantizar que los sistemas de salud y seguridad en el trabajo cubran todas las ramas de actividad económica y a todos los trabajadores, especificando claramente los deberes y derechos, mediante la colaboración entre el gobierno y los representantes de trabajadores y empresarios.
También mejorar la retribución para compensar la infravaloración de los trabajadores esenciales, y reducir la brecha salarial entre éstos y los que no lo son, incluso mediante salarios mínimos negociados o establecidos por ley.
Además, garantizar horarios de trabajo seguros, y predecibles, a través de la regulación, incluida la negociación colectiva.
La OIT aboga por adaptar los marcos jurídicos para que todos los trabajadores, independientemente de su situación laboral y sus acuerdos contractuales, estén cubiertos por la protección social, y aumentar el acceso a la formación para que los trabajadores esenciales puedan realizar su trabajo de forma eficaz y segura.
A-E/HM