GINEBRA – Las agencia de las Naciones Unidas que trabajan por la acogida de los migrantes venezolanos en América Latina y el Caribe solicitarán 1720 millones de dólares para sus programas de este año, cuando se reúna en Bruselas los días 16 y 17 de marzo la conferencia internacional de gobiernos y entidades donantes.
Los países de acogida “han mostrado un liderazgo continuo en la respuesta a la crisis, al establecer iniciativas de regularización y facilitar el acceso a la salud, la educación y otros servicios sociales, y a la integración económica”, reconoció Eduardo Stein, principal conductor del programa conjunto de la ONU para esos migrantes.
“Sin embargo, sus capacidades están al límite y requieren apoyo internacional urgente”, agregó Stein, titular de la Plataforma Regional de Coordinación Interinstitucional para los Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V).
La conferencia es organizada por el gobierno de Canadá y la Unión Europea, junto con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), que actúan como codirectores de la plataforma R4V.
En la última década, casi 7,2 millones de venezolanos han abandonado su país, y de ellos más de seis millones se encuentran en naciones latinoamericanas y caribeñas.
Los mayores contingentes están en Colombia (2,48 millones), Perú (1,49 millones), Ecuador (502 000), Chile (444 000), Brasil (388 000), Argentina (171 000), Panamá (146 000), República Dominicana (115 000) y México (87 000).
Además, en territorios pequeños su peso poblacional es muy destacado, como los 17 000 que hay en Aruba y 14 000 en Curazao, islas neerlandesas en el Caribe sur. Fuera de la región, hay 545 000 en Estados Unidos y 438 000 en España.
Acnur y OIM recordaron en una declaración conjunta las necesidades materiales –alimentación, vivienda, y acceso a salud y educación, entre otras- y la situación de vulnerabilidad, en parte por falta de regularización de su estatus de permanencia, que deben afrontar millones de esos migrantes.
Stein dijo que “mientras el mundo enfrenta numerosas crisis humanitarias, los venezolanos y sus comunidades de acogida no deben ser olvidados”. La plataforma enfatiza el apoyo a las comunidades locales donde se insertan los migrantes.
La falta de apoyo temprano para la integración puede provocar disparidades socioeconómicas duraderas en los grupos de migrantes y un impacto negativo sobre las futuras generaciones, según el documento de las agencias de la ONU.
A través de encuestas llevadas a cabo en Brasil, Perú y República Dominicana, se midió el conocimiento, los recursos y las capacidades de los migrantes en seis dimensiones clave de la integración: psicológica, económica, social, lingüística, política y una referida a la capacidad de planear y ejecutar una ruta de viaje.
Los resultados revelaron, por ejemplo, que los niveles de integración tienden a aumentar de acuerdo con la extensión de la estadía.
En los tres países, las mujeres migrantes presentan porcentajes inferiores de integración en comparación con los hombres, con independencia de la duración de su estadía, del ingreso y de la condición de empleo y educación.
Por otra parte, en Perú se demostró que contar con un permiso de residencia seguro lleva a mejores resultados de integración.
Para la OIM es crucial crear políticas que tengan en cuenta la regularización, el reconocimiento de cualificaciones, el desarrollo de capacidades, las oportunidades para la generación de ingresos, y programas que aborden la salud mental, el bienestar psicosocial y la cohesión social.
Con estudios como esos los responsables de la ONU apuntalarán en Bruselas sus solicitudes de fondos a los gobiernos –se reúnen de países donantes y de acogida-, así como a organizaciones internacionales, de la sociedad civil, instituciones financieras multilaterales y del sector privado.
El Plan Regional de Respuesta a Refugiados y Migrantes para 2023 requiere 1720 millones de dólares para apoyar a 3,41 millones de refugiados y migrantes y a las comunidades de acogida en 17 países, sumando el trabajo de 228 organizaciones nacionales y locales que son socios de la R4V.
El plan de R4V para 2022 requirió 1790 millones de dólares, pero sólo se obtuvieron 676 millones, 38 %. Poder continuar los programas durante 2024 requerirá otros 1570 millones de dólares.
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