SANTO DOMINGO – Los 22 países iberoamericanos revivieron el compromiso de sostenerse como una comunidad, con acuerdos en temas fundamentales como la cooperación para el desarrollo, el cambio climático y la preocupación por Haití, en su 28 cumbre de jefes de Estado y de gobierno realizada en esta capital.
La Declaración de Santo Domingo, producida al término de la cumbre, reiteró el compromiso, compartido por los países de habla española y portuguesa en América y Europa, para sostener los principios y la Agenda 2030 de la Naciones Unidas, con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Otros tres documentos recogieron el acuerdo de todas las delegaciones: la Carta Medioambiental Iberoamericana, la Ruta Crítica para alcanzar una Seguridad Alimentaria Incluyente y Sostenible en Iberoamérica, y la Carta Iberoamericana de Principios y Derechos en Entornos Digitales.
No hubo en cambio acuerdo para una propuesta conjunta en cuanto a la necesidad de una nueva arquitectura financiera internacional –principalmente por la oposición de Cuba- ni para condenar la invasión rusa a Ucrania, limitándose a reiterar los principios de paz y respeto a la soberanía e integridad de todas las naciones.
La carta medioambiental traza líneas referentes para los trabajos y la cooperación ante desafíos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación, la degradación de los suelos y la escasez de recursos hídricos.
La ruta crítica sobre seguridad alimentaria propone acciones y cooperación para enfrentar el gran impacto de las crisis actuales sobre los sistemas agroalimentarios y evitar que se intensifique el hambre que afecta a millones de personas en la región.
Y la carta sobre los entornos digitales se ofrece como referencia para guiar las normas nacionales “para que la construcción de la sociedad de la información esté centrada en las personas” y se protejan los derechos humanos en el entorno digital.
También propone lineamientos para reducir las desigualdades y cerrar la brecha digital, impulsar el acceso a conectividad asequible y de calidad, fomentar entornos digitales seguros que garanticen la privacidad, desarrollar acciones para combatir la desinformación y promover la libre elección de servicios y contenidos digitales.
Estos y en general todos los temas referidos al desarrollo sostenible se incluyeron en el también aprobado Tercer Plan de Acción Cuatrienal de la Cooperación Iberoamericana 2023-2026, un documento de 77 páginas y 327 ítems.
La atención imprescindible a la equidad de género figura en todos los documentos adoptados por la comunidad iberoamericana.
El nuevo secretario general del grupo, el chileno Andrés Allamand, anunció que el objetivo durante los próximos años será “afianzar la Comunidad Iberoamericana” lo cual “implica mantener Iberoamérica como espacio privilegiado para el diálogo, la articulación política, el consenso y la cooperación”.
La cita dominicana -13 de los 22 países estuvieron representados por sus jefes de Estado o de gobierno- también sirvió para compartir la preocupación por la crisis política, humanitaria y de violencia que sacude a Haití, que comparte con el país anfitrión la isla caribeña Hispaniola.
Haití “pasa a ser un tema importante para la comunidad iberoamericana”, dijo Allamand, mientras que el presidente dominicano Luis Abinader reiteró su llamado a constituir una fuerza internacional que intervenga en el país vecino.
“No hay otra manera de ayudar a Haití que ir a pacificar Haití”, sentenció Abinader, aunque aclaró que el ejército dominicano no integraría la eventual fuerza internacional.
La cumbre también mostró las diferencias en relación con la comunidad y entre los gobiernos y líderes que dirigen los países integrantes, comenzando por las ausencias a nivel de mandatarios, como las del mexicano Andrés Manuel López Obrador, la peruana Dina Boluarte, el nicaragüense Daniel Ortega y otros centroamericanos.
El brasileño Luis Inácio Lula da Silva preveía un viaje a China en coincidencia con la cumbre –que también debió suspender por motivos de salud- y el venezolano Nicolás Maduro justificó su inasistencia informando que pudo haberse infectado en Caracas con el virus de la covid-19.
En la reunión también hubo choques, como el del presidente chileno Gabriel Boric, quien recriminó que Nicaragua despojase de su nacionalidad a ciudadanos presos o expulsados del país y dijo que Ortega “no sabe que la patria se lleva en la sangre y no se quita por decreto”.
El canciller nicaragüense Denis Moncada pidió “respeto para el gobierno y el pueblo” de su país, y que Boric “no debe utilizar a Nicaragua como plataforma para demostrar su traición al pueblo chileno y su entrega al imperio norteamericano”.
Otro ping-pong verbal fue protagonizado por Gustavo Petro, presidente de Colombia, cuando reafirmó su apoyo al depuesto expresidente peruano Pedro Castillo y dijo que “Castillo debería estar aquí. El golpe se lo dieron a él”, el pasado diciembre.
La ministra peruana de Exteriores, Ana Cecilia Gervasi, replicó afirmando que “si Castillo no está, es porque dio un golpe de Estado. De lo contrario, ustedes tendrían aquí a un dictador”.
La reunión finalmente acordó que la 29 Cumbre Iberoamericana se realizará el 29 de noviembre de 2024 en Quito.
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