Rocío Quispe, una peruana quecha de 64 años, construyó su casa en la parte alta del barrio de San María en el populoso distrito de Ate Vitarte ubicado en Lima este, «ganándole al cerro», tras años de esfuerzo perseverante luego que su familia dejara un “pueblo olvidado” del departamento de Ayacucho, epicentro andino de pobreza y muy castigado por el conflicto armado interno entre 1980 y 2000. En la foto junto a su nieta de seis años y su mascota. Foto: Mariela Jara / IPS

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