ROMA – La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzó un nuevo programa, de ayuda a empresas emergentes para que crezcan sus agronegocios mientras contribuyen al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
“Queremos explorar cómo los innovadores pueden ser un activo para la transformación de los sistemas agroalimentarios a nivel local mientras trabajamos para lograr los ODS a nivel mundial”, dijo Stefanos Fotiou, director de Desarrollo Sostenible de la Oficina de Objetivos de la FAO.
Doce empresas innovadoras de África y Asia fueron las primeras seleccionadas en el programa conjunto de la FAO y Seed, una asociación mundial para actuar en favor del desarrollo sostenible, la economía verde y la promoción del emprendimiento social y ambiental.
En una declaración conjunta, ambas entidades enfatizaron la necesidad de enfoques alternativos y soluciones innovadoras para transformar los sistemas agroalimentarios globales, frente a desafíos como el rápido crecimiento de la población, las recesiones económicas, los climas extremos y los patrones de consumo cambiantes.
Se trata de desafíos incluidos en la Agenda 2030 de la ONU, al trazar sus 17 ODS como un plan maestro para encarar los retos de la pobreza, la desigualdad, el clima, la degradación ambiental, la prosperidad, la paz y la justicia.
El director general de Seed, Arab Hoballah, elogió, como “un ejemplo para replicar y acelerar el cambio” la calidad de los 12 innovadores de agronegocios, seleccionados entre 368 empresas por sus aportes a logros dentro de los ODS.
El programa de la FAO y Seed ofrece paquetes de apoyo a los emprendimientos seleccionados para escalar, ayudándoles a lograr sus objetivos inmediatos y contribuir más en dirección a los ODS.
En orden alfabético, el primer seleccionado fue AfriLeap, de Sudáfrica, que produce y suministra conos de lúpulo de calidad cultivados hidropónicamente. Empodera a los pequeños agricultores locales y ahorra tierra y agua, ya que la hidroponía necesita menos tierra para cultivar plantas que los métodos de cultivo tradicionales.
Le sigue el Grupo Amaati, de Ghana, que empodera a las mujeres rurales a través del cultivo de granos indígenas de fonio, un cereal con bajos requerimientos de agua y que puede soportar condiciones climáticas adversas.
La empresa social trabaja con más de 2000 agricultores y seca, descascarilla, envasa, almacena y comercializa productos de fonio para el consumo doméstico.
Auspice, de India, produce y vende hierbas culinarias secas naturalmente, condimentos y especias, empleando únicamente a personas con autismo en el proceso de producción. Así crea empleo para grupos típicamente marginados al tiempo que ofrece productos libres de aditivos y conservantes.
FAM Organic, de Indonesia, ofrece productos frescos y un nuevo concepto de agricultura urbana y orgánica, “urbanutrigarden”, promoviendo estilos de vida saludables y un entorno sostenible para los hogares urbanos.
Farmers Fresh Zone (zona fresca de agricultores), de India, mejora la trazabilidad de los alimentos, apoyando a los agricultores rurales en buenas prácticas agrícolas, a través de una cadena de valor más corta, apelando a canales como un sitio web, tiendas, otros puestos de ventas y un servicio de suscripción.
GCCoffee (Café para la conservación del gorila), en Uganda, paga un precio superior para ayudar a los caficultores que viven al lado de los gorilas en el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi en ese país del este africano.
El negocio evita que los agricultores recurran a dañar el bosque a través de actividades como la caza furtiva y la extracción de recursos como la madera y, de esa manera, ayuda a proteger a los gorilas y su hábitat.
Kalahari Honey (Miel de Kalahari), en Botswana, opera un negocio de apicultura para mitigar los conflictos entre humanos y vida silvestre, alimentar a más familias, crear empleos y construir comunidades sostenibles en ese país de África austral.
La firma capacita a los agricultores y le suministra colmenas para que las usen como “cercas activas”, con las cuales evitar que los elefantes destruyan sus granjas, y luego comercializa hacia el exterior los productos de la apicultura.
Listen Field, de Tailandia, aplica principios científicos y datos climáticos para analizar los factores relevantes de la producción de arroz. Suministra soluciones de agricultura de precisión que pueden reducir los costos de operación de en el campo.
Mooto Cashew (anacardo), de Zambia, proporciona plántulas híbridas de árboles de marañón con un período de madurez temprano y un rendimiento muy alto a los agricultores de la provincia occidental de ese país, muy afectado por la deforestación causada por la quema de carbón.
Rahsa Nusantara, empresa de bebidas en Indonesia, involucra a una red de agricultoras orgánicas en un proceso circular de producción y empaque, las que al tiempo que elaboran productos saludables listos para beber promueven un estilo de vida saludable y respetuoso con el medio ambiente.
Wuchi Wami, de Zambia, empaca, marca, comercializa y distribuye miel cruda y orgánica local para clientes conscientes de la salud. La miel proviene de los bosques silvestres de miombo (sabana boscosa) en el noroeste de Zambia, y en esa tarea se involucra una cooperativa de más de 2500 agricultores.
Finalmente, Yoddoi, firma de café orgánico de tipo arábiga en Tailandia, que promueve ese cultivo en las montañas del norte del país, y cuida que el resultado de la comercialización sea un precio satisfactorio para los agricultores.
Hoballah instó a los decisores políticos y financistas “a observar más de cerca a las pequeñas y medianas empresas innovadoras, con potencial de convertirse en socios clave en la transformación de los sistemas alimentarios mundiales, en la transición hacia la circularidad y la sostenibilidad”.
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