CIUDAD JUÁREZ, México- Hace cinco días que Roger y sus dos hijos fueron retornados a México después de pasar dos semanas en la ciudad fronteriza estadounidense de El Paso, en el estado de Texas. Al encontrarse varado indefinidamente en Ciudad Juárez, al menos hasta determinar sus próximos planes, el migrante venezolano ha recurrido a pedir dinero en un crucero de una de las avenidas más transitadas.
“Así como estoy trabajando he sacado para pagar hotel, comprar comida y ropita”, dijo Roger. El lugar en donde se hospeda, en la zona centro, le cobra 839 pesos (44 dólares) la noche por cuatro personas. Junto con otro compañero migrante han logrado conseguir suficiente dinero para pagar esta renta.
Así como Roger, durante el mes de enero se ha podido presenciar a decenas de personas migrantes en las calles de la ciudad pidiendo ayuda. Muchos viven al día, aunque hasta ahora han logrado reunir el suficiente dinero para pagar hospedaje y comida.
Con las nuevas disposiciones de control migratorio implementadas por el gobierno de Joe Biden en Washington, se ha registrado una cantidad significativa de retornos de Estados Unidos a México por Ciudad Juárez.
Cifras proporcionadas por autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) señalan que los primeros seis días de estas medidas migratorias se registraron alrededor de 800 personas retornadas bajo Título 42. Esta orden de salud pública permite que autoridades migratorias de Estados Unidos retornen a México y a sus países de origen a personas que se entreguen en la frontera.
Desde el anuncio de estas disposiciones el gobierno estadounidense se contempló un aumento en las devoluciones aceleradas a México de quienes intenten ingresar al país de forma irregular a su territorio. El gobierno mexicano ha accedido a recibir hasta 30 000 individuos al mes.
Los retornos dieron inicio a partir del 6 de enero, pero desde día 11 el promedio de retornos ha bajado manteniéndose en 60 individuos diarios, señalaron autoridades del INM.
En el albergue municipal Kiki Romero también se registró una alza en canalizaciones de grupos familiares de migrantes por el Grupo Beta, dijo el director de Dirección de Derechos Humanos, Santiago González. El funcionario señalo que han sido de entre 60 a 80 personas diarias, en su mayoría procedentes de Venezuela.
“Nos han canalizado a muchísima gente y muchos retornados. De hecho, son la mayor parte”, dijo González agregando que personas de otras nacionalidades que han llegado al albergue municipal proceden de Honduras, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Colombia, Chile, Perú y el mismo México.
Roger, de 32 años, y su familia cruzaron a El Paso a finales de diciembre y fueron parte de los migrantes que encontraron refugio en la iglesia Sagrado Corazón. Ahí permanecieron cerca de 15 días pero autoridades migratorias les detuvieron en la central de autobuses.
“Como no tenía papeles me regresaron, y estuvimos en detención tres días”, narró Roger.
A Roger, su hijo de dos años y una hija de 13 les devolvieron a Ciudad Juárez donde han permanecido por cuatro días. Sin dinero y pocas oportunidades en Venezuela, el retorno no es una opción para él, quien aún planea volver a intentar llegar a Estados Unidos para trabajar y darle un futuro a su familia.
Durante el mes de enero el albergue municipal ha visto un flujo constante tanto de personas entrantes como los que salen ya al Centro Integrador Leona Vicario, que cuenta con una capacidad más alta, o al decidir salir del albergue por su cuenta, dijo González.
Las personas en movilidad también han aprovechado algunos de los servicios que ofrece el gobierno municipal como descuentos en pasajes de autobús, buscan empleo a través de la bolsa de trabajo y otros acceden a los servicios de retorno voluntario que ofrece la oficina de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Ciudad Juárez.
El organismo internacional señaló que hasta la segunda semana de enero fueron 487 personas atendidas brindándoles información sobre accesos a diferentes servicios, kits de aseo personal y cobijas para resguardarse del frio.
El flujo migratorio que transita por Juárez también incluye a una población entrante desde el sur del país y de otras fronteras con Estados Unidos.
“Las personas nos ayudan y nos apoyan y gracias a eso hemos podido pagar el hospedaje. Estos días han sido de levantarnos, comer y después salimos a la calle a sacar lo de la renta y la comida. Es todo lo que hemos estado haciendo desde que llegamos”.
Yelismar y Jesús, pareja de venezolanos que juntos han viajado desde Perú, mencionaron que inicialmente intentaron cruzar por Piedras Negras, en el estado de Coahuila. La mujer menciona que fue a partir de rumores de asaltos y secuestros en esa área y el riesgo de ahogarse en el rio Bravo los hizo considerar moverse a otro punto fronterizo.
“Escuchamos que en Juárez era más fácil cruzar entonces nos vinimos”, dijo la joven de 21 años. “Pero nos dimos cuenta que no y que Migración está mucho más fuerte aquí”, añadió.
Yalismar y Jesús llegaron a Juárez con la intención de cruzar a Estados Unidos, pero como muchas otras personas en movilidad permanecen en la ciudad a la espera de algún cambio en la política migratoria o revocación del Título 42 permitiéndoles solicitar asilo humanitario.
Este artículo se publicó originalmente en La Verdad, parte de la alianza de la mexicana red de Periodistas de a Pie y su sitio informativo Pie de Página.
RV: EG