El empleo va a la baja en 2023

Trabajadoras apilan ladrillos en una fábrica cerca de Dacca, la capital de Bangladesh. Las tendencias dominantes en la economía mundial impactarán tanto la cantidad como la calidad del empleo, y entre los grupos más perjudicados están las mujeres y los jóvenes, según la OIT. Foto: Scott Wallace/BM

GINEBRA – La actual desaceleración económica mundial probablemente obligue a más trabajadores a aceptar empleos de menor calidad, mal pagados y carentes de seguridad laboral y protección social, acentuando las desigualdades exacerbadas por la crisis de la covid-19, señaló este lunes 16 un estudio de la OIT.

El menor ritmo de aumento del empleo a escala mundial “significa que las pérdidas ocasionadas durante la crisis de covid-19 probablemente no se compensen antes de 2025”, indicó Richard Samans, director del Departamento de Investigaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y coordinador del informe.

En ese estudio, “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Tendencias 2023”,  se prevé que el empleo a escala mundial registre únicamente un alza de uno por ciento este año, menos de la mitad del aumento registrado en 2022.

Se prevé asimismo que el desempleo a escala mundial aumente levemente en 2023, en unos tres millones, hasta alcanzar 208 millones de desempleados, valor equiparable a una tasa de desempleo mundial del 5,8 %.

Ese moderado aumento previsto obedece en gran medida a la escasa oferta de trabajo en los países de altos ingresos.

Ello invertiría la tendencia a la baja del desempleo global registrada de 2020 a 2022, y a escala mundial seguirá habiendo 16 millones de personas desempleadas más que en el período de referencia previo a la crisis (valor con respecto a 2019).

Según el informe, en América Latina y el Caribe, así como en Asia y el Pacífico, se prevé que el aumento del empleo se sitúe en torno a uno por ciento. En América septentrional, el incremento será muy leve o inexistente en 2023, y se producirá un repunte del desempleo.

Se prevé que en África y en los Estados árabes se registre en 2023 un aumento del empleo de tres por ciento, como mínimo. Sin embargo, al aumentar su población en edad de trabajar, se espera las tasas de desempleo disminuyan solo levemente, de 7,4 a 7,3 % en África y de 8,5 a 8,2 % en los Estados árabes.

Europa y Asia Central se ven particularmente afectadas por los efectos económicos del conflicto en Ucrania. Aunque se prevé que el empleo disminuya en 2023, se espera que la tasa de desempleo solo aumente levemente, debido al insuficiente aumento de la población en edad de trabajar.

En el informe se subraya que, además del desempleo, “la calidad del empleo sigue constituyendo una de las principales inquietudes”, pues “el trabajo decente es primordial para facilitar la justicia social”.

La crisis de la covid mermó los avances logrados a lo largo de un decenio para disminuir la pobreza. Pese a la leve recuperación registrada en 2021, cabe esperar que la compleja situación actual para encontrar empleo de mejor calidad se vea agravada, según se desprende de los resultados del estudio.

A raíz de la actual coyuntura de desaceleración, muchos trabajadores se verán obligados a aceptar empleos de peor calidad, con frecuencia insuficientemente remunerados, y, en ocasiones, sin contar con las horas de trabajo necesarias.

Por otro lado, como quiera que los precios aumentan a un ritmo más rápido que los ingresos nominales por trabajo, la crisis asociada al costo de la vida podría aumentar el número de personas en situación de pobreza.

Eso se suma a la amplia caída de ingresos registrada durante la crisis de la covid, que en muchos países afectó en mayor medida a los grupos de bajos ingresos.

El informe emplea una nueva metodología para determinar las necesidades no satisfechas en materia de empleo, es decir, el déficit mundial de empleo.

Ese método abarca tanto las personas desempleadas como las que desean trabajar pero no buscan empleo activamente, ya sea por falta de motivación, o por tener que cumplir otras obligaciones, en particular responsabilidades asistenciales.

El déficit mundial de empleo registrado en 2022 fue de 473 millones de personas, alrededor de 33 millones de personas más que en 2019.

Según la OIT, el empeoramiento de la situación del mercado de trabajo obedece principalmente a nuevas tensiones geopolíticas y al conflicto de Ucrania, así como a la dispar recuperación tras la pandemia y a las frecuentes interrupciones de las cadenas de suministro a escala mundial.

Todo ello ha dado lugar a una situación de estanflación, que conjuga simultáneamente una inflación elevada y un crecimiento económico insuficiente, por primera vez desde el decenio de 1970.

La situación de las mujeres y de los jóvenes en el mercado de trabajo es particularmente adversa.

A escala mundial, la tasa de participación de las mujeres en la fuerza de trabajo alcanzó 47,4 % en 2022, frente a 72,3 % de los hombres. Esa diferencia de 24,9 puntos porcentuales conlleva que por cada hombre económicamente inactivo haya dos mujeres en la misma situación.

Los jóvenes (de 15 a 24 años) afrontan graves dificultades para encontrar y mantener un empleo digno: su tasa de desempleo es tres veces superior a la de los adultos.

Más de uno de cada cinco jóvenes, a saber, 23,5 % son “ni ni”: no trabajan, no estudian ni participa en algún programa de formación.

“La superación de todos esos retos requiere que colaboremos para facilitar el establecimiento de un nuevo contrato social a escala mundial”, dijo Gilbert F. Houngbo, director general de la OIT, e insistió en que “la necesidad de fomentar el trabajo decente y la justicia social es clara y acuciante” en todo el mundo.

A-E/HM

 

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