Cambios migratorios estadounidenses podrían apresurar reformas cubanas

Un grupo de personas permanece en las inmediaciones de la embajada estadounidense en el barrio del Vedado, municipio Plaza de La Revolución, La Habana, Cuba.10 de enero de 2023. Foto: Jorge Luis Baños/IPS
Un grupo de personas permanece en las inmediaciones de la embajada estadounidense en el barrio del Vedado, municipio Plaza de La Revolución, La Habana, Cuba.10 de enero de 2023. Foto: Jorge Luis Baños/IPS

LA HABANA. Recientes medidas de control fronterizo de la administración del presidente Joe Biden complican los planes de la cubana Maribel García para emigrar con su familia a Estados Unidos, como hicieron más de 250 000 personas de este país caribeño en el último año.

El programa de parole implementado en octubre para los venezolanos, y que según la Casa Blanca redujo 90 % los encuentros diarios en la frontera sur con migrantes de ese país, fue ampliado el 5 de enero para intentar frenar la llegada de nacionales de Cuba, Nicaragua y Haití. 

Al conversar con IPS, García reconoció estar “contrariada” por la decisión de deportar a México a los inmigrantes irregulares cubanos que lleguen a la frontera sin un parole, viable a través de un patrocinador legal residente en Estados Unidos.

Junto con su esposo e hija “pensábamos irnos en las próximas semanas, buscar trabajo y abrirnos paso, además de ayudar a nuestras familias acá”, indicó esta psicóloga de 40 años residente en la oriental ciudad de Holguín. 

Sin familiares en Estados Unidos, García consideró “sumamente difícil encontrar un patrocinador. Tenemos amigos, pero se fueron recientemente y por ahora no están en condiciones de asumir esa responsabilidad”.

Vista de la embajada de los Estados Unidos de Norteamérica en el barrio del Vedado, municipio Plaza de La Revolución, La Habana, Cuba.10 de enero de 2023. Foto: Jorge Luis Baños/IPS
Vista de la embajada de los Estados Unidos de Norteamérica en el barrio del Vedado, municipio Plaza de La Revolución, La Habana, Cuba.10 de enero de 2023. Foto: Jorge Luis Baños/IPS

Las nuevas disposiciones de la Casa Blanca estipulan que hasta 30 000 personas al mes de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití, con un patrocinador elegible y que pasen la verificación de antecedentes, podrán ingresar a Estados Unidos por dos años y recibir autorización de trabajo.

Quienes crucen irregularmente la frontera a partir de la fecha del anuncio no resultarán elegibles para el proceso de parole y serán regresados a México.

No obstante, García insiste en tratar de “encontrar oportunidades que no tenemos en Cuba. La vida aquí es cada vez más difícil, con salarios que no alcanzan. Es estresante lo mismo reunir los materiales para reparar la casa que efectuar algún trámite, para no hablar de comprar alimentos y, francamente, no creo que la situación mejore en los próximos años”.

“Hay que estudiar bien qué facilidades se podrían dar a los cubanos residentes en el exterior para que se interesen en el mercado cubano, desde exenciones fiscales, hasta reducir regulaciones”: Omar Everleny Pérez Villanueva.

Las salidas sobre todo a Estados Unidos, principal nación receptora de migrantes de la isla, aumentaron tras la reapertura de fronteras en noviembre de 2021, una vez controlada la covid.

Durante el año fiscal 2022 –del 1 de octubre de 2021 al 30 de septiembre de 2022-, cruzaron la frontera estadounidense de manera irregular 224 607 cubanos, equivalente a 2 % de la población de 11,1 millones de habitantes, y 5,7 veces los 39 303 contabilizados un año antes.

Durante noviembre y diciembre último fueron detenidos en el cruce ilegal 65 731 personas de la isla, de acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.

El Servicio de Guardacostas estadounidense reporta la intercepción desde octubre de más de 4 880 migrantes cubanos, frente a los 6 182 capturados durante 2021, muchos de ellos en embarcaciones rústicas con las cuales intentan alcanzar la nación vecina, separadas por 167 kilómetros (90 millas náuticas) del estrecho de la Florida.

Panorama interno

Desigualdades socioeconómicas y el empobrecimiento de grupos sociales, entre múltiples factores como guerras o desastres naturales, exacerban el movimiento hacia zonas o países de mejores condiciones de desarrollo.

En el caso cubano, el éxodo ocurre en paralelo al empeoramiento de la situación económica interna, exacerbada por la pandemia, el fortalecimiento del embargo estadounidense, además de errores y dilaciones en la ejecución de un grupo de reformas para modernizar el país, aprobadas en 2011.

Un cliente compra productos agrícolas a un vendedor ambulante, La Habana, Cuba.10 de enero de 2023. Foto: Jorge Luis Baños/IPS
Un cliente compra productos agrícolas a un vendedor ambulante, La
Habana, Cuba.10 de enero de 2023. Foto: Jorge Luis Baños/IPS

En escenarios de crisis como 1980 y 1994, en pocas semanas salieron hacia Estados Unidos en embarcaciones unos 125 000 y 35 000 cubanos, respectivamente, algo que también resultó una válvula de escape para personas contrarias al sistema político socialista vigente, opinan analistas. 

Decenas de medidas gubernamentales para aumentar la producción de alimentos y reactivar las industrias siguen sin satisfacer la deprimida oferta de alimentos, medicinas y productos esenciales, uno de los problemas que cubanas y cubanos señalan entre los más agobiantes.

A ello se suman la inflación y altos precios que debilitan el poder de compra de salarios y sobre todo de pensiones, algo que agrava la situación de vulnerabilidad y empobrecimiento de no pocas familias y personas adultas mayores, muchas de ellas solas en sus hogares.  

El déficit de viviendas, los percances en la transportación pública y la estabilidad en la generación de energía eléctrica –sector que requiere de millonarias inversiones para evitar los extensos y continuos apagones que golpearon a la ciudadanía durante la mayor parte de 2022-, son otras rémoras que conspiran contra el bienestar de la población.


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Reanuda procesamiento de visas

El 4 de enero la embajada estadounidense en Cuba reanudó el procesamiento de visas de inmigrante aunque antes, el 18 de agosto, reiniciaron las entrevistas del Programa de Parole de Reunificación Familiar Cubana, detenidos en 2017 tras los aún sin esclarecer incidentes de salud reportados por diplomáticos de aquel país.

En su cuenta en Twitter, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, valoró la reanudación de los servicios consulares de “paso necesario y correcto” dirigido a garantizar una migración regular, ordenada y segura entre ambos países, aunque lamentó que sigan sin tramitarse visas de no inmigrante lo cual, enfatizó, “obstaculiza visitas familiares e intercambios culturales, deportivos y científicos”.

A juicio de las autoridades cubanas, la reducción del tiempo de validez de las visas y la obligatoriedad de viajar a Guyana para obtenerlas en la embajada estadounidense en Georgetown durante el periodo 2017-2022, fue uno de los factores de estímulo a la emigración irregular.

El proceso dilataba y encarecía las gestiones para quienes deseaban viajar a Estados Unidos a visitar a sus familias o comprar productos deficitarios en la isla, además de no ofrecer seguridad de recibir el aval.

Para algunos funcionarios la Ley de Ajuste Cubano, que data de 1966, también promueve el éxodo hacia la nación vecina, pues permite a los cubanos ser elegibles para la residencia permanente tras un año y un día en territorio estadounidense.

“Mientras continúen el bloqueo, las medidas de máxima presión y el trato privilegiado en la frontera, será difícil disminuir considerablemente el flujo migratorio irregular”, sostuvo el canciller cubano.

El gobierno cubano también señala que con el cierre de los servicios consulares en La Habana, Washington dejó de otorgar entre 60 000 y 80 000 visas en virtud de los acuerdos migratorios de 1995, que estipulan un mínimo de 20 000 visas anuales para facilitar una emigración legal, segura y ordenada desde la isla.

A diferencia de los años más recientes, durante el año fiscal 2022 Estados Unidos otorgó casi 24 000 visas a cubanos, según cifras oficiales.

Construcción de un hotel en el barrio del Vedado, en La Habana, Cuba.10 de enero de 2023. Foto: Jorge Luis Baños/IPS
Construcción de un hotel en el barrio del Vedado, en La Habana, Cuba.10 de enero de 2023. Foto: Jorge Luis Baños/IPS

Incentivar inversiones

Aunque persisten estímulos externos, la sangría migratoria pudiera aminorarse  mediante un plan integral que corrija desequilibrios y problemas estructurales de la economía insular, propicie un real despliegue de las fuerzas productivas, elimine trabas  para la gestión profesional y en el ámbito agrícola, aumente producciones e ingresos y contribuya a cerrar brechas de desigualdad, argumentan cientistas políticos.

Urgida de recibir capitales frescos para incorporar tecnologías de avanzada, elevar la productividad y frenar el proceso de descapitalización industrial, la economía cubana tendría además en la diáspora un pilar para su reactivación y modernización, a juicio del economista Omar Everleny Pérez Villanueva.

“Hay que estudiar bien qué facilidades se podrían dar a los cubanos residentes en el exterior para que se interesen en el mercado cubano, desde exenciones fiscales, hasta reducir regulaciones, como la documentación de entrada: disminución del precio de los pasaportes, extensión de los mismos a 10 años, eliminación de las prórrogas, entre otros”, argumentó Pérez Villanueva al conversar con IPS.  

Cuba aprobó en 2014 la Ley de Inversión Extranjera, y medidas posteriores han buscado potenciar la entrada de capitales en sectores estratégicos como el agroalimentario, la biofarmacéutica y las energías renovables.

Funcionarios han insistido en que cubanos residentes en el exterior pueden concurrir como inversores extranjeros.

Entre múltiples obstáculos, Pérez Villanueva mencionó las dificultades “para erogar las transferencias bancarias al exterior de los compromisos de pago, tanto a proveedores como utilidades de negocios externos ya consolidados”, dado los problemas de liquidez que aquejan al país.

Otro gran escollo, señaló el experto, radica en el embargo estadounidense y la Ley Helms-Burton (1996) que añaden presiones sobre bancos externos e intimidan a empresarios con posibles multas si infringen la legislación y negocian con la isla.

El experto se refirió a la disminución de la población cubana, lo cual conllevará a disponer en un futuro de menor fuerza de trabajo, un reto para el desarrollo nacional.

“El tiempo se agota y el país necesita enrumbar el crecimiento económico, pero con sus recursos internos le es imposible. Atraer capitales externos es una tarea que debe incentivarse”, argumentó.

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