SHARM EL SHEIJ – Los alimentos lo son todo para la cultura y la identidad de los países insulares del Pacífico. Los impactos del cambio climático, como la subida del nivel del mar y el aumento de las temperaturas, amenazan la seguridad alimentaria de los isleños, que depende en gran medida de la pesca y la agricultura de subsistencia.
Un dato explica la situación: casi 70 % de la población de los países insulares del Pacifico dependen de la agricultura para su subsistencia.
Los países insulares del Pacífico presentes en la 27 Conferencia de las Partes (COP27) sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, que acoge la ciudad balnearia egipcia de Sharm el Sheij, insisten ante los delegados del resto del mundo que la agricultura ocupa un lugar destacado en su agenda y ello debe plasmarse en el acuerdo final de la cumbre.
Por ello, demandan que el acuerdo final –cuyas negociaciones demorarán el cierre de la COP27 hasta el sábado 19 o el domingo 20, cuando el cierre de la COP27 estaba previsto para este viernes 18- incorpore explícitamente la necesidad de proteger la seguridad alimentaria mediante la movilización de financiación climática para la adaptación al cambio climático.
En las negociaciones de la COP27, la agricultura aparece en muchos niveles. Uno de ellos es el debate sobre el actual Trabajo Conjunto de Koronivia sobre la Agricultura (KJWA, en inglés), un proceso formal establecido para resaltar el potencial de la alimentación y la agricultura para hacer frente al cambio climático.
Sin embargo, no se ha avanzado en que los países se comprometan a incluir la agricultura y los sistemas alimentarios en el texto final del acuerdo.
El sector agrícola representa 37 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) según datos de los expertos de las Naciones Unidas, y la tierra se considera un importante sumidero potencial de carbono que puede considerarse para capturar esas emisiones y alcanzar el carbono neutralidad.
¿Podría la agricultura quedar fuera del menú?
“Todavía no», dice a IPS Karen Mapusua, directora de la División de Recursos de la Tierra de la Comunidad del Pacífico, la organización intergubernamental que impulsa el desarrollo regional.
A menos que las partes muestren valor e incorporen al acuerdo las propuestas de KJWA, en Sharm el Sheij o en un futuro próximo de las negociaciones anuales al máximo nivel para contener la emergencia climática y sus impactos.
Explica que es fundamental mantener vivo el plan de Koronivia y asegurar una estrategia global para que la agricultura y los sistemas alimentarios se consideren soluciones para la adaptación y la mitigación del cambio climático.
Para Mapusua, dado el alto peso de la agricultura en las emisiones de GEI y que “ todo el mundo tiene que comer, si no nos lo tomamos en serio, estamos en problemas».
La especialista también es presidenta de IFOAM Organics International, una organización mundial especializada en el cambio de las prácticas agrícolas.
Los países insulares del Pacífico, recuerda, emiten muy pocas emisiones nocivas de carbono, salvo algunas industrias de altos insumos como la producción de azúcar en Fiyi y la producción comercial de horticultura exótica para la exportación.
“Estamos perdiendo tierras productivas por el aumento del nivel del mar, las inundaciones y la desalinización de los suelos cerca de la costa», dijo.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Los agricultores han experimentado un aumento de las plagas y enfermedades debido al cambio de las temperaturas y las condiciones climáticas. Un ejemplo: varios países de la región se han visto afectados por una infestación del escarabajo rinoceronte del coco, una plaga invasora que puede destruir las plantaciones de coco.
Los agricultores también están experimentando cambios en los patrones de fructificación de los principales cultivos. Los agricultores están reubicando sus plantaciones de vainilla en Vanuatu porque ya no florece en la zona donde antes era más productiva.
Otra batalla de los países insulares del Pacífico, en este caso con el resto del Sur global, es la presión para que se establezca un mecanismo de pérdidas y daños en el que puedan ser compensados por los daños causados por el cambio climático por parte del Norte industrial.
Sin embargo, no se ha tomado ninguna decisión sobre esta demanda.
“Habrá mucha competencia en cuanto a lo que se incluye en el fondo de pérdidas y daños, pero espero que, dado que los alimentos son tan esenciales, estén más arriba en la lista de prioridades a la hora de acceder a la financiación a través de ese mecanismo, si se acuerda», dijo Mapusua.
Comedores de pescado con pesquerías amenazadas
Los pobladores insulares del Pacífico también dependen de la pesca para su seguridad alimentaria. Este sector también se ha visto afectado por el aumento del nivel del mar y las altas temperaturas, que han provocado el blanqueo de los arrecifes de coral, que son un hábitat clave para los peces.
Las investigaciones científicas prevén una disminución de la pesca costera de hasta 20 % para 2050 en el Pacífico occidental y de hasta 10 % para 2050 en el Pacífico oriental, lo que repercutiría fuertemente en la dieta de los isleños que, de media, consumen 58 kilogramos de pescado al año.
Mapusua afirmó que los países insulares están desarrollando la acuicultura a nivel local y la avicultura para compensar la pérdida prevista de la pesca.
En Vanuatu, el gobierno estaba desplegando dispositivos de agregación de peces (FADS, en inglés), que son objetos flotantes en alta mar para atraer a los peces.
El proyecto ha permitido a los agricultores pescar en los lugares donde se han instalado los dispositivos sin tener que desplazarse lejos de la costa para pescar. Además, se ha promovido un sistema de estanques piscícolas a nivel doméstico, animando a las familias a construir sus propios estanques para pescar.
Nelson Kalo, funcionario superior de mitigación del Ministerio de Cambio Climático de Vanuatu, añade que también hay otros proyectos.
“Vanuatu también está promoviendo proyectos de resiliencia climática en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo para reproducir los cultivos de raíces resistentes al clima que las comunidades cuando las condiciones climáticas cambian”, afirmó a IPS.
T: MF / ED: EG