MEXICALI, México – Al cruzar la puerta del Servicio Médico Forense (Semefo) de Mexicali, en el estado de Baja California, en el noroeste de México, se hace evidente un profundo olor a descomposición. A pesar de los ventiladores que a toda potencia giran de lado a lado de la sala de espera, el olor se impregna en la ropa y en la piel.
En esta ciudad, que ha llegado a registrar temperaturas que superan los cincuenta grados centígrados, la refrigeración no logra contener el hedor de los cuerpos que reposan en la morgue.
La sede es una edificación amplia, de estructura moderna y color blanco. Está rodeada de funerarias que esperan vender sus servicios a las personas que salen del Semefo llorando a sus muertos. Al interior, una sala de espera y las oficinas administrativas, donde nos recibe el médico César Raúl Vaca, director del lugar.
El Semefo de Mexicali recibe al año entre 9000 y 10 000 fallecimientos por muerte violenta, como suicidios, homicidios y accidentes. Sin embargo, además de estas causas, se han comenzado a registrar cada vez más casos de personas fallecidas con características similares: muertes por paros respiratorios o cardiorrespiratorios, coloración azul o morada de los cuerpos, y en muchos casos, jeringas pegadas a las extremidades.
Detrás de esto, está el consumo creciente de fentanilo, una droga tan fuerte que causa sobredosis en cuestión de segundos, al punto que las personas no alcanzan a retirar las agujas de sus cuerpos antes de quedar inconscientes, según relató el Dr. Vaca.
El fentanilo es un opioide sintético, 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más potente que la morfina.
Hoy en día, los grupos criminales en el país se han enfocado cada vez más en la producción y distribución de este tipo de drogas sintéticas. Si bien la mayoría están destinadas a países como Estados Unidos, un pequeño porcentaje permanece en las ciudades del noroeste de México.
Esto ya representa un problema de salud pública, pues con el aumento en el consumo han llegado efectos nocivos a la salud de los usuarios y sobredosis. Mientras tanto, el fenómeno permanece invisibilizado por la falta de capacidades instaladas para la medición de estas dinámicas en centros médicos y de atención.
Ante esta realidad, el Semefo de Mexicali comenzó a implementar pruebas rápidas de consumo de drogas, entre ellas fentanilo. De 100 % de las muestras, realizadas entre junio y agosto de 2022, resultaron positivas 55 % para consumo de alguna droga. Entre ellas, 33 % dieron positivas a fentanilo. Esta ya es la segunda droga de mayor consumo en Mexicali por debajo de la metanfetamina, según comentó el Dr. Vaca a InSight Crime.
A pesar de los hallazgos, el Semefo no puede indicar una muerte por sobredosis. Si bien las pruebas señalan consumo, no evidencian las cantidades de droga, por lo que los datos no cuentan en las mediciones y formularios requeridos a nivel nacional. Con esto, la dimensión real del fenómeno es desconocida e ignorada en el resto del país.
Mexicali, por su cercanía con Estados Unidos, es una importante zona de tránsito para el tráfico de drogas hacia el otro lado de la frontera, lo que ha influido en las dinámicas de consumo. Esto se repite en otros lugares del noroeste de México, como Tijuana y Culiacán.
Allí, al igual que en Mexicali, el sistema de salud y los centros de atención ya están en alerta por la crisis de salud pública que el consumo de esta droga puede representar.
El fentanilo, un fenómeno que se expande por México
La demanda de tratamiento por consumo de fentanilo en México viene creciendo desde 2017. Mientras ese año solo una persona buscó tratamiento por el consumo de esta droga, en 2021 fueron 184, según datos del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Drogas.
En Tijuana, Baja California, el fentanilo comenzó a verse desde 2017.
En Prevencasa, una organización civil que da atención en salud a población vulnerable, observaban cómo, ante la escasez de heroína de goma negra, los vendedores ilegales comenzaron a comercializar un polvo blanco al que llamaron “China White” , en referencia a como se le conoce a la heroína blanca.
Sin embargo, esta sustancia contenía fentanilo, sin que los usuarios tuvieran conocimiento de ello, según comentó la Maestra Lilia Pacheco, Médico Nutrióloga de esta organización.
La presencia del fentanilo en drogas como la heroína, cocaína y metanfetamina pronto se extendió a otras ciudades del noroeste del país.
En estos lugares, el fentanilo ya es una realidad generalizada. Según Lourdes Angulo, directora de Verter, una organización social enfocada en la atención a población vulnerable en Mexicali, casi todas las drogas que circulan actualmente en la ciudad contienen fentanilo. Allí, al igual que en Tijuana, ya hay un mercado directo para el consumo de la droga.
En Sinaloa, la situación de consumo es similar. Algunos hospitales públicos de Culiacán pueden llegar a recibir dos pacientes con sobredosis de fentanilo por cada guardia médica, según comentó Marta Alicia Torres, Médico y Comisionada Estatal de Sinaloa para la Prevención y Atención a las Adicciones, a InSight Crime.
El consumo de fentanilo tiene en alerta a quienes trabajan en atención a usuarios de drogas, por el alto riesgo que representa esta sustancia para la salud pública. Tan solo 2 miligramos de fentanilo pueden resultar mortales.
Además, los productores ilegales suelen desconocer las cantidades reales de fentanilo que contienen las dosis, por lo que el riesgo de consumir una medida mortal es alto. En casos en los que la droga llega cargada, las sobredosis comienzan a verse, incluso, en cuestión de minutos.
En Tijuana y Mexicali, este riesgo ya es una realidad. En Prevencasa, han llegado a atender seis sobredosis de fentanilo en solo una mañana. En total han respondido a unas 500 en los últimos años.
En Mexicali, solo durante los primeros ocho meses de 2022, se atendieron 600 sobredosis por parte de organizaciones como Verter, la Cruz Roja y usuarios capacitados para brindar naloxona, un medicamento usado para revertir los síntomas de sobredosis por opioides. Esta cifra supera el número total de casos registrados entre 2019 y 2021.
En Sinaloa se han registrado oficialmente tres casos de muertes por sobredosis de fentanilo en lo corrido del año. En Tijuana, Baja California, la cifra es de cinco personas. Sin embargo, expertos concuerdan en que el subregistro es alto, teniendo en cuenta las debilidades en infraestructura tecnológica a la hora de medir las muertes por sobredosis de drogas.
“No podemos hacernos los de la vista gorda con este tema. No podemos ocultar algo tan evidente”, comentó Vaca, director del Semefo de Mexicali.
Este artículo se publicó originalmente en InsightCrime.
RV: EG