SANTIAGO – En 2021 al menos 4473 mujeres murieron violentamente por razón de género en 29 países y territorios latinoamericanos y caribeños, 12 cada día, reportó este viernes 25 la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“Las cifras que hoy presentamos sobre feminicidios en América Latina y el Caribe son inaceptables”, dijo José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal, al presentar el reporte en este Día Internacional de la Eliminación de Violencia contra la Mujer.
En 2021, de los 18 países o territorios de América Latina que proporcionaron información, 11 presentaban una tasa igual o superior a una víctima de feminicidio por cada 100 000 mujeres, según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG), establecido por la Cepal.
Las mayores tasas se registraron en Honduras (4,6 casos por cada 100 000 mujeres), República Dominicana (2,7), El Salvador (2,4), Bolivia (1,8) y Brasil (1,7 casos por cada 100 000 mujeres).
En el Caribe, un total de 28 mujeres fueron víctimas de violencia letal de género en 11 países y territorios que entregaron información correspondiente a 2021. Belice y Guyana presentaron las mayores tasas de feminicidio en la subregión (3,5 y 2,0 por cada 100 000 mujeres, respectivamente).
En números absolutos, la mayor cantidad de feminicidios ocurrió en Brasil (1900), seguido de México (1015), Honduras (234), Argentina (231), Colombia (210), República Dominicana (150), Guatemala (138), Perú (136) y Venezuela (122).
En 10 países de América Latina -de 18 analizados- las tasas de feminicidio se mantuvieron iguales o superiores a un caso por cada 100 000 mujeres entre 2019 y 2021: Argentina, Bolivia, Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Paraguay, República Dominicana y Uruguay.
Las adolescentes y jóvenes de entre 15 y 29 años componen el tramo etario en que se concentra la mayor proporción de casos de feminicidio, de acuerdo con datos de 16 países y territorios de la región entre 2019 y 2021.
Más de cuatro por ciento del total de esos delitos corresponden a niñas menores de 14 años. Además, en 2021 al menos 781 niñas, niños y adolescentes y otros dependientes perdieron a su madre o cuidadora a causa del feminicidio en solo 10 países de la región que cuentan con datos al respecto.
“Este número revela el gran impacto que tiene la violencia de género no solo en las mujeres víctimas, sino también en sus familias, la comunidad y la sociedad en su conjunto”, destacó el informe de la Cepal.
Recordó que “desde hace una década y media, los Estados de América Latina y el Caribe han reconocido la gravedad de la violencia feminicida y las muertes violentas de mujeres por razón de género, lo que se ha expresado en la aprobación de leyes y protocolos y en la construcción de institucionalidad específica”.
“A pesar de estos avances, el feminicidio persiste como una realidad y no se observan señales claras de que el fenómeno vaya en disminución”, agregó el texto.
El OIG sostiene que “producir información estadística de calidad sobre feminicidios requiere ir más allá del conteo del número de víctimas”, pues “para que la información sirva al diseño de políticas públicas integrales sobre violencia contra las mujeres y niñas, es importante conocer una serie de datos clave”.
Entre otros, “las características de las víctimas y los agresores, la relación entre ellos, los contextos en que se desarrollaron estos delitos, el medio utilizado para causar la muerte y si la víctima había presentado alguna queja previa contra el agresor”.
Destacó que el feminicidio es solo la expresión extrema de la desigualdad, la discriminación y las múltiples formas de violencia contra las mujeres y las niñas.
Por ejemplo, de acuerdo con encuestas nacionales especializadas de la región, entre 60 y 76 % de las mujeres (dos de cada tres) han sido víctimas de violencia por razones de género en distintos ámbitos de su vida.
Además, “en promedio una de cada cuatro mujeres ha sido víctima o vive violencia física y/o sexual por un perpetrador que era o es su pareja, lo que conlleva el riesgo de la violencia letal”, agregó el informe.
Salazar-Xirinachs afirmó que “nuestra obligación es redoblar esfuerzos para que las mujeres y niñas de nuestra región puedan ejercer verdaderamente su derecho a vivir una vida libre de violencia y discriminación”.
En todo el mundo, el año pasado, según agencias de las Naciones Unidas, 81 000 mujeres y niñas fueron asesinadas intencionalmente, y de ellas 45 000 (56 %) murieron a manos de sus parejas u otros miembros de la familia.
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