PUNE, India – Priti Pyne, de 14 años, volvía de la escuela en el pueblo de Basra, en el estado de Bengala Occidental, en el este de India, cuando ella y una amiga se encontraron con un vendedor de bebidas frías que vendía una de aspecto apetitoso. Sin embargo, en el momento en que las chicas le dieron un sorbo, se sintieron mareadas.
Cuando se despertaron, estaban en un tren con destino a Delhi, la capital del país, en la estación de Sealdah, en Calcuta, la capital del estado. Con la ayuda de otros pasajeros, las chicas consiguieron bajar del tren.
“Nos habían informado en la escuela de cómo se trafica con los jóvenes, así que nos pusimos en contacto con el jefe de estación y llamamos a la organización no gubernamental (ONG) Goran Bose Gram Vikas Kendra, que trabaja en nuestro pueblo”, parte del distrito de North 24 Parganas, contó Pyne.
Pero su padre, que trabaja como obrero en una fábrica de bolsos, y su madre, que se ocupa de las tareas del hogar, no quisieron presentar una denuncia, y ella no ha podido obtener la indemnización como superviviente de la trata a la que legalmente tiene derecho.
“Entonces era menor de edad; mis padres tomaban todas las decisiones por mí. Ahora que soy mayor de edad, es demasiado tarde para seguir adelante», se lamentó.
Shelly Shome y Molina Guin, de Bagda, también en North 24 Parganas, quedaron atrapadas por asuntos amorosos y acabaron siendo víctimas de la trata. El traficante de Shelly la llevó al distrito de Malda, en el mismo estado de Bengala Occidental, y la encerró en un alojamiento «intermedio» durante una semana, antes de llevarla a un burdel, donde la policía la rescató.
Molina escapó por su cuenta de un burdel de Nagpur , en el occidental estado de Maharashtra, donde había sido vendida, pero antes pasó seis meses allí.
“Como no sabía nada de hindi, fue difícil. Al final, unos chicos bengalíes que vivían cerca me ayudaron a volver a casa», explicó Molina. Aunque se presentaron denuncias en ambos casos, ni Shelly ni Molina pudieron acceder a la indemnización que les correspondía. Y lo que es peor, los traficantes aún no han sido capturados y siguen operando.
La familia de Sunil Lahiri no pudo pagar un préstamo. Así que sus padres, un tío y sus hermanos, que vivían originalmente en el estado oriental de Champa, tuvieron que buscar trabajo en un horno de ladrillos en la localidad de Rohtak, en el nororiental estado de Haryana.
Un contratista de mano de obra los contrató con grandes promesas de buen alojamiento, sueldo y comida. Pero una vez allí, la familia se dio cuenta de que habían sido víctimas de la trata, junto con otros 20 vecinos desesperados en una situación similar.
Sunil, que entonces era un adolescente, tenía que trabajar entre 12 y 14 horas al día y sobrevivir con exiguas raciones de comida. No se les proporcionaba alojamiento y vivían en una improvisada choza de paja como refugio.
Cualquier intento de huida era respondido con implacables torturas y agresiones. Al cabo de un par de meses, Sunil y su tío lograron escapar al amparo de la oscuridad hasta la comisaría de policía más cercana, desde donde se dirigieron a su casa. Sin embargo, a falta de una denuncia adecuada, no han podido reclamar la indemnización como víctimas de trata.
Lalita Janaki vive en Erode, en Tamil Nadu, un estado del sureste indio, y fue víctima de la trata para trabajar en una fábrica de ropa de Coimbatore, en el mismo estado, cuando tenía unos 15 años.
Pero una vez allí, se encontró atrapada en un entorno muy hostil con muchas otras personas y tuvo que trabajar entre 14 y 16 horas al día sin descanso.
Alojadas en dormitorios sucios, se les administraban pastillas para interrumpir la menstruación, para que no reclamasen tiempo libre, lo que les ocasionaba muchos problemas médicos. Al final se excusó un día por sentirse mal y se escabulló a su casa alegando la muerte de un familiar. Como no presentó ninguna denuncia, Janaki también se ha quedado sin indemnización.
Son casos averiguados por IPS en su investigación que denotan lo fácil que es caer en la trata en India, lo difícil que es salir de ella y lo casi imposible que es lograr la compensación a la que tienen derecho en la maraña de procedimientos y objeciones para lograrlo, al igual que justicia para las víctimas.
La esperanza es que un proyecto de ley, ya en sus etapas finales en el parlamento de India, pueda llegar a cambiar esa realidad.
Trata de personas
La trata de seres humanos significa el reclutamiento, transporte, transferencia, albergue o recepción de personas, mediante la amenaza o el uso de la fuerza u otras formas de coerción, secuestro, fraude, engaño, abuso de poder o de una posición de vulnerabilidad o de dar o recibir pagos o beneficios para lograr el reclutamiento de esas personas con fines delictivos, indica la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
En India, esa trata se realiza generalmente con fines de explotación sexual y mano de obra esclava o semiesclava.
El hilo común que une a todas las víctimas de la trata en este país de más de 1400 millones de personas es la pobreza y la falta de concienciación.
La pobreza y el desempleo empujan a las personas a desplazarse de sus localidades en busca de trabajo. Los agentes de los traficantes se aprovechan de la situación de estas personas y las convencen con falas promesas para explotarlas con fines sexuales o como mano de obra barata.
Esto suele hacerse a través de fronteras interestatales, por lo que es difícil escapar de vuelta al lugar que dejaron, más cuando muchas veces no saben dónde están en su lugar de destino.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Las víctimas de ambos tipos de trata tienen derecho a una indemnización, pero las leyes que regulan los distintos delitos son diferentes, lo que no ayuda a que el pago se concrete.
Las víctimas de la trata con fines de explotación sexual se rigen principalmente por la Ley de Prevención de la Trata Inmoral, de 1956, mientras que otras leyes se ocupan de las víctimas de la trata con fines laborales, ya que pueden estar sometidas o no al trabajo en régimen de servidumbre y esclavitud.
En India, el trabajo en régimen de servidumbre está prohibido desde hace mucho tiempo por la Constitución, pero las leyes específicas al respecto, como la Ley (de Abolición) del Sistema de Trabajo en Régimen de Servidumbre, de 1976, la Ley de Regulación y Abolición del Trabajo por Contrato, de 1970, y la Ley (de Regulación del Empleo y las Condiciones de Servicio) de los Trabajadores Migrantes, de 1979, son comparativamente recientes en su regulación.
Leyes de indemnización
En India, la indemnización estaba inicialmente destinada solo a las víctimas de accidentes de tráfico. No fue hasta 2008 cuando el Tribunal Supremo modificó el artículo 357 A del Código de Procedimiento Penal para extender la indemnización a las víctimas de delitos penales.
Ese artículo reformado establece en su epígrafe 1 que la indemnización se conceda a la víctima o a sus herederos legales, mientras que sus puntos 2 y 3 tratan de la concesión de la indemnización y su cuantía por parte de la autoridad de los servicios jurídicos del distrito, en tribunales de primera instancia.
Por su parte, el punto 4 del artículo 357 A renovado aborda el derecho a la indemnización por los daños sufridos por la víctima antes de la identificación del culpable y del inicio del procedimiento judicial.
Siguiendo estas indicaciones del Tribunal Supremo, los 29 estados de este extenso país del sur de Asia crearon planes para compensar a las víctimas de delitos como los ataques con ácido, las violaciones y otros similares.
Además, en 2010, siguiendo las recomendaciones de la ONUDD, también conocida por su sigla en inglés UNODC, el gobierno dispuso la creación de Unidades de Lucha contra la Trata de Personas en todos los estados del país para investigar y abordar la trata.
En 2013, en un hecho relacionado, se modificó el artículo 370 del Código Penal de la India ampliando su alcance para incluir todas las formas de explotación sexual y física.
Lograrlas, casi imposible
Pero pese a todas estas disposiciones, las víctimas de trata rara vez tienen acceso a una indemnización.
Esto se debe a que la reclamación de indemnizaciones depende de la presentación de denuncias, como señala el abogado Kaushik Gupta.
La falta de sensibilización y de formación impide a menudo a la policía presentar denuncias que indiquen claramente si la víctima ha sido víctima de la trata o no. Esto limita las vías de indemnización.
Otra razón es que las víctimas desconocen la ley o temen ser estigmatizadas, lo que les impide reclamar una indemnización. Y lo que es peor, el engorroso proceso de la tramitación, el llamado papeleo que conlleva, puede ser abrumador, lo que hace que las víctimas y sus tutores abandonen.
Aunque la víctima o su tutor legal, según la ley, pueden presentar una denuncia en cualquier lugar, es decir, en el lugar en el que son rescatados o una vez que la víctima vuelve a su casa, presentar la denuncia más tarde puede suponer demasiados problemas.
La activista Baitali Ganguly, que dirige la ONG Jabala Action Research Organisation, señaló: «Si la denuncia se presenta al llegar a casa, es difícil demostrar que una persona es víctima o superviviente de la trata. La prueba de haber sido víctima de la trata es un factor importante a la hora de reclamar una indemnización a la víctima”.
Cuando una víctima de la trata no es rescatada, sino que logra escapar por su cuenta, la presentación de la denuncia puede dar miedo, ya que hay una mafia organizada implicada.
Además, la tasa de condenas es muy baja, de solo 16 % de los casos procesados en 2021, según las estadísticas proporcionadas por la Oficina Nacional de Registros de Crímenes. Así que las víctimas siguen temiendo por sus propias vidas si denuncian y los acusados terminan libres.
Las Unidades de Lucha contra la Trata de Seres Humanos han fracasado en la mayoría de los casos. Un estudio realizado por la ONG Sanjog reveló que estas entidades no funcionaban en muchos distritos del país.
En varios estados, la composición de las Unidades no se ajustaba a la combinación obligatoria de profesionales del derecho, médicos y agentes de policía. Incluso cuando funcionaban, los casos de trata no se les entregaban para su investigación.
El problema “es que la compensación a las víctimas es la más baja en términos de prioridad para las autoridades. Además, sin un fondo específico para compensar a las víctimas de la trata, el dinero a menudo se queda corto”, dijo Suresh Kumar, que dirige la ONG Center Direct, en una opinión que coincide con otros muchos activistas.
A veces sí se logra que haya una sentencia clara para que se entregue una cantidad de dinero a la víctima “pero no llega a la cuenta bancaria de la víctima durante meses”, señaló
El largo camino hacia la rehabilitación
Sin embargo, no basta con recibir una indemnización.
Ganguly aseguró: «Ayudamos a algunos supervivientes a reclamar una indemnización. Pero no estaban en condiciones de embarcarse en proyectos empresariales. Lo que más necesitan es ayuda psicosocial para empezar una nueva vida”.
“Por ello, les hemos enseñado sus habilidades y les hemos ayudado a trabajar como guardias de seguridad, amas de casa y similares”, argumentó.
La psicóloga e investigadora Pompi Banerjee también subraya la necesidad de que los supervivientes reciban asesoramiento y asistencia médica para una rehabilitación completa.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, la Autoridad Nacional de Servicios Legales elaboró en 2021 un proyecto de ley integral para frenar la trata y el tráfico de personas.
El proyecto, que aborda la prevención, atención y rehabilitación, es el primer intento de legislación orientada a las víctimas, y prevé el decomiso, la confiscación y el embargo de los bienes de los traficantes, la protección de los testigos y la garantía de una indemnización para las víctimas con cargo a los bienes de los traficantes.
También prevé ayudas provisionales para los supervivientes y castigos estrictos para los traficantes, que pueden llegar a la cadena perpetua y, en caso de reincidencia, incluso a la muerte. El proyecto de ley igualmente establece un fondo de rehabilitación específico para los supervivientes de la trata.
Sin embargo, los supervivientes de la trata que se han agrupado en el Foro de Líderes Indios contra la Trata no están contentos con la rehabilitación de las víctimas a través de «hogares de protección», que no consideran mucho mejores que las prisiones.
En su lugar, creen que es necesaria una «rehabilitación basada en la comunidad en la que se impartan habilidades orientadas al trabajo».
El superviviente Sunil Lahiri, que ahora estudia y realiza sesiones de concienciación en las escuelas para Tafteesh/Sanjog, subraya la necesidad de registrar y regular las agencias de colocación. “La gente de nuestros pueblos tiene que emigrar sin oportunidades de empleo. Las autoridades deben garantizar que no sean explotados”, aseguró.
Los supervivientes también sienten la necesidad de que los tribunales de vía rápida se ocupen de los casos de trata para que la justicia sea rápida.
El proyecto de ley integral ya ha sido aprobado por la Cámara Baja del Parlamento indio, pero aún espera el visto bueno de la Cámara Alta para que se convierta en ley.
Es de esperar que se incorporen nuevos cambios antes de que la ley esté sancionada y entre en vigor. Pero se espera que una vez que eso suceda, se convierta en el primer paso para castigar a la cadena de delincuentes involucrados en la trata y que esta comience a ser erradicada en India.
T: MF / ED: EG