PARÍS – En todo el mundo, pero especialmente en las regiones menos desarrolladas, se necesitan 69 millones de profesores para llegar alcanzar la meta de educación básica universal en 2030, señaló la Unesco en una declaración este miércoles 5, Día Mundial de las y los Docentes.
Audrey Azoulay, directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), llamó a los gobiernos de todo el mundo para que intensifiquen su apoyo a los docentes, advirtiendo de las dificultades que tiene la profesión para retener a su personal y atraer a nuevos talentos.
“La falta de formación, las condiciones de trabajo poco atractivas y la financiación inadecuada son factores que socavan la profesión de docente y agravan la crisis mundial del aprendizaje”, dijo Azoulay.
Los cálculos de la Unesco indican que se necesitan 24,4 millones de docentes más en la enseñanza primaria y unos 44,4 millones en la secundaria para lograr la educación básica universal de aquí a 2030.
África subsahariana, que cuenta con algunas de las aulas más superpobladas del mundo, es asimismo el continente con los profesores más sobrecargados de trabajo y los sistemas con menos personal, con 90 % de escuelas secundarias haciendo frente a una grave escasez de docentes.
En esa región del mundo se necesitan 5,4 millones de docentes en la enseñanza primaria y 11,1 millones en la secundaria, para alcanzar metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por las Naciones Unidas para 2030.
El ODS 4, de educación para todos, tiene como primera meta asegurar que todas las niñas y todos los niños terminen la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa, de calidad, y producir resultados de aprendizaje que sean pertinentes y efectivos.
La región con el segundo mayor déficit es el sur de Asia, donde la Unesco prevé que se necesitarán 1,7 millones de profesores adicionales en el nivel primario, y 5,3 millones en el nivel secundario.
En los países de renta baja, el primer obstáculo es la gran carga de trabajo, pues según datos recientes de la Unesco cada profesor de primaria de estos países tiene una media de 52 alumnos por clase, mientras que la media mundial es de 26.
La proporción es especialmente alta en África al sur del Sahara, con 56 alumnos por profesor, y en el sur de Asia, con 38. En Europa y América del Norte hay una media de solo 15 alumnos por profesor.
Las dificultades de supervisión se ven agravadas por la falta de formación, que hace que los profesores no siempre tengan todas las herramientas a su alcance para lograr un desempeño adecuado en el aula.
Los datos de la Unesco muestran que aproximadamente 26 % de los profesores de primaria y 39 % de los de secundaria carecen de la titulación mínima requerida en los países de renta baja, frente a 14 y 16 %, respectivamente, a nivel mundial.
En las zonas más remotas, desfavorecidas y rurales, las condiciones empeoran y se ven agravadas por la multiplicidad de grados, el multilingüismo y las acuciantes necesidades de aprendizaje en el aula.
Las maestras se ven afectadas de forma desproporcionada debido a la falta de viviendas adecuadas, a los largos e inseguros trayectos hasta la escuela y a la falta de servicios de guardería, lo que dificulta la permanencia de las mujeres en puestos docentes remotos.
La infrarrepresentación de las profesoras en determinadas áreas de conocimiento y en los puestos de dirección es otro de los retos permanentes.
La crisis de la profesión también se ve acentuada por los salarios no competitivos, y los datos de la Unesco muestran que seis de cada 10 países pagan a los profesores de primaria menos que a otros profesionales con cualificaciones similares.
Este criterio es especialmente evidente en los países de renta alta. En cinco de cada seis países de este grupo, los profesores de primaria ganan menos que otros profesionales comparables.
Solo tres países de renta alta tienen una política salarial para el profesorado encomiable: Singapur, con un salario medio igual a 139 % de las profesiones comparables, España (125 %) y Corea del Sur la República de Corea.
En otra declaración durante esta jornada, conjunta de la Unesco, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la sindical Internacional de la Educación y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), se insiste la necesidad de transformar las condiciones laborales de los docentes en todo el mundo.
“Hacemos un llamado a los países para que se aseguren de que se confíe en los docentes y se les reconozca como productores de conocimiento, profesionales reflexivos y socios políticos”, asentó el texto de las cuatro entidades.
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