GINEBRA – Decenas de personas han muerto en las manifestaciones de protesta en Irán y las fuerzas de seguridad están empleando munición real al reprimirlas, denunció este martes 27 la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh).
“Miles de personas se han unido a las manifestaciones antigubernamentales en todo el país durante los últimos 11 días. Las fuerzas de seguridad han respondido en ocasiones con munición real”, afirmó en rueda de prensa en esta ciudad suiza una portavoz del organismo, Ravina Shamdasani.
Señaló que aunque las restricciones de las telecomunicaciones dificultan el recuento del número exacto de víctimas y detenciones, los medios de comunicación estatales cifraron en 41 el número de muertos ya el sábado 24, y añadió que según organizaciones no gubernamentales las muertes son muchas más.
Por ejemplo, la organización Irán Derechos Humanos, basada en Oslo, indicó que hasta el 26 de septiembre documentó la muerte de al menos 76 personas, muchas más resultaron heridas y más de 1200 han sido detenidas durante las protestas callejeras.
Las detenciones, según Acnudh, se cuentan por centenares y afectaron principalmente a defensores de los derechos humanos, abogados, activistas civiles y al menos a 18 periodistas.
“Miles de personas se han unido a las manifestaciones antigubernamentales en todo el país durante los últimos 11 días. Las fuerzas de seguridad han respondido en ocasiones con munición real”: Ravina Shamdasani.
La organización Amnistía Internacional (AI) sostuvo que solo en la noche del 21 de septiembre los disparos de las fuerzas de seguridad causaron la muerte de un mínimo de 19 personas, al menos tres de ellas menores de edad.
Las armas de fuego “nunca deben utilizarse para disolver una concentración. En un marco de congregaciones, sólo deben utilizarse en caso de amenaza inminente para la vida o de lesiones graves”, dijo Shamdasani.
Añadió que en Acnudh “nos preocupan enormemente los comentarios de algunos dirigentes denigrando a los manifestantes, y el aparente uso innecesario y desproporcionado de la fuerza contra ellos”.
Las protestas se iniciaron tras la muerte bajo custodia de una joven de 22 años, Mahsa Amini, que fue detenida por no seguir las normas estatales de vestimenta del hiyab, un velo que cubre la cabeza de las mujeres musulmanas.
Cada tarde o noche, desde que se supo la muerte de la joven el 16 de septiembre, mientras estaba detenida a órdenes de la policía de la moral iraní, se han registrado manifestaciones masivas en Teherán y otras 20 ciudades, en 10 de las 30 provincias del país.
“Pedimos a las autoridades iraníes que garanticen el derecho a las garantías procesales y liberen a todas las personas que han sido privadas arbitrariamente de su libertad”, solicitó Shamdasani.
Ante la interrupción de los servicios de internet por parte del gobierno, la portavoz destacó su preocupación por los efectos que pueda ocasionar la interrupción de los sistemas de comunicación en la población, tales como el intercambio de información, el acceso a los servicios públicos y la realización de actividades económicas.
“Esto socava numerosos derechos humanos, especialmente el derecho a la libertad de expresión. Pedimos a las autoridades que restablezcan plenamente el acceso a internet”, expresó Shamdasani.
Heba Morayef, directora de AI para Oriente Medio y Norte de África, expuso que “los Estados miembros de la ONU deben ir más allá de las declaraciones inoperantes, oír las peticiones de justicia de víctimas y defensores de los derechos humanos y establecer con urgencia un mecanismo de investigación independiente”, en Irán.
Agregó que “la indignación expresada en las calles también ha mostrado lo que la población iraní piensa de la omnipresencia de la denominada ‘policía de la moral’ y de las leyes sobre el uso obligatorio del velo”.
“Es hora de que estas leyes discriminatorias y las fuerzas de seguridad que imponen su cumplimiento sean suprimidas por completo de la sociedad iraní, de una vez por todas”, concluyó.
A-E/HM