Un centenar de escritores internacionales exigen libertad de expresión en India

Periodistas y escritores, tanto locales como internacionales, han pedido a las autoridades de India que respeten los derechos humanos y liberen a escritores encarcelados y a voces críticas del periodismo. Las protestas por la libertad de expresión se han vuelto más urgentes en los últimos años, por las políticas sectarias del gobierno de Nerendra Modi. Foto: Facebook

LUCKNOW, India – Con motivo del Día de la Independencia de India, el lunes 15, el presidente, Droupadi Murmu, recibió una carta firmada por 102 escritores internacionales, incluyendo autores indios que residen dentro y fuera del país, en la que expresan su grave preocupación por el rápido empeoramiento de la situación de los derechos humanos y piden la liberación de los escritores encarcelados y de las voces disidentes y críticas.

Salman Rushdie firmó la carta antes del grave atentado que sufrió el 12 de agosto de 2022. Rushdie se unió a PEN América y PEN Internacional, dos asociaciones mundiales de escritores, para transmitir su angustia al más alto cargo del país de sur de Asia.

La carta, fechada el 14 de agosto de 2022, instaba a Murmu a apoyar los ideales democráticos que promueven y protegen la libertad de expresión en el espíritu de la independencia de la India y a restablecer la reputación de la India como una democracia inclusiva, secular, multiétnica y religiosa en la que los escritores pueden expresar sus opiniones disidentes o críticas sin amenaza de detención, investigación, ataques físicos o represalias.

“La libertad de expresión es la piedra angular de una democracia sólida. Si se debilita este derecho fundamental, todos los demás derechos corren peligro y las promesas hechas al nacer India como república independiente se ven gravemente comprometidas”, subrayaron los escritores en su epístola.

En su Índice de Libertad de la Escritura 2021, el PEN América considera que India es el único país formalmente democrático que se encuentra entre los 10 principales encarceladores de escritores e intelectuales públicos de todo el mundo. La carta destacaba la detención de escritores, entre ellos el poeta Varavara Rao, al que recientemente se le concedió la libertad bajo fianza.

La grave preocupación por las amenazas a la libertad de expresión y otros derechos fundamentales no ha dejado de crecer en los últimos años.

Los firmantes subrayan que los escritores e intelectuales públicos son objeto de detenciones, enjuiciamientos y prohibiciones de viaje con el fin de restringir su libertad de expresión.

Autores de renombre como Amitav Ghosh, Perumal Murugan, Orhan Pamuk, Jerry Pinto, Salil Tripathi, Aatish Taseer y Shobhaa De, han firmado la carta en la que se afirma que el troleo y el acoso en línea están muy extendidos, así como el discurso de odio.

También se critica los frecuentes cierres de Internet, especialmente en Cachemira, que limitan el acceso a las noticias y la información.

La carta registraba una enérgica protesta por la persecución de escritores, columnistas, editores, periodistas y artistas, como Mohammed Zubair, Siddique Kappan, Teesta Setalvad, Avinash Das y Fahad Shah.

En otra iniciativa de PEN América, 113 autores de India y de la diáspora india han contribuido a una colección que reflexiona sobre el estado de la libertad de expresión y los ideales democráticos. Titulada “India a los 75”, la colección incluye escritos originales de Salman Rushdie, Jhumpa Lahiri, Geetanjali Shree, Rajmohan Gandhi y Romila Thapar, entre otros.

Rushdie escribe que el sueño de India del compañerismo y la libertad ha muerto, o está a punto de morir.

El lunes 15 de agosto, India celebró 75 años de independencia del dominio colonial inglés. El país aún no ha superado los grandes índices de pobreza, pero la formalmente mayor democracia del mundo gozó durante un tiempo de un excelente historial de fomento de los medios de comunicación libres e independientes.

Sin embargo, la libertad de prensa, al igual que la unidad del país, está amenazada por la política nacionalista del gobierno del primer ministro Nerendra Modi, en el poder desde 2014.

Una gran parte de los principales medios de comunicación se ha vuelto progubernamental, especialmente después de las elecciones generales de abril y mayo de 2019, en que el partido de Modi, el Partido Popular Indio (Bharatiya Janata Party), aumentó su dominio político.

Desde entonces ha aumentado la presión sobre los medios de comunicación para que se alineen con el gobierno nacionalista hindú. Por la misma razón, a menudo es difícil distinguir entre un portavoz del partido gobernante y un periodista en la India actual.

“En el centro de los medios de comunicación están las opiniones de los partidos políticos, y sus respectivos portavoces hacen más ruido que dicen algo sustantivo en los medios electrónicos”, dijo a IPS Anand Vardhan Singh, periodista sénior con sede en la ciudad de Lucknow, en el norte del país, y fundador del canal de YouTube The Public.

Singh lamenta que los gobernantes hayan fragmentado los medios de comunicación nacionales entre el inglés y las lenguas regionales, la prensa escrita y los medios sociales.

El periodismo de investigación es cosa del pasado, a juicio de este analista y otros. El aspecto informativo de los medios de comunicación ha pasado a un segundo plano.

Siddharth Varadarajan, editor fundador de The Wire, uno de los periodistas atacados en India por su periodismo independiente. Foto: The Wire

Casos de persecución

La celebración del día de la independencia de este año se recordará por lo que dijo Mehnaz Kappan, de 9 años.

“Soy Mehnaz Kappan, hija del periodista Siddique Kappan, un ciudadano al que se le ha forzado a entrar en un cuarto oscuro, rompiéndole todas las libertades de un ciudadano”, afirmó.

Siddique Kappan es un periodista afincado en Delhi, que fue detenido en octubre de 2020 cuando se dirigía a Hathras, un pueblo del norte de India, en el estado de Uttar Pradesh, del que es capital Lucknow y está asolado por la pobreza, para informar sobre la violación y el asesinato de una mujer dalit de 19 años.

“Los intentos de reducir, menospreciar e ilegalizar la disidencia y la protesta, así como el problema de la creciente ‘comunalización (apropiación por un sector de algo de todos)’, son los principales retos a los que se enfrenta hoy el país. Un periodista necesita nervios de acero y un enorme coraje para seguir haciendo preguntas”, dijo el periodista sénior y editor fundador de The Wire, Siddharth Varadarajan.

Como muchos otros, Varadarajan también fue castigado por denunciar, y hay causas judiciales abiertas contra él. Muchos periodistas son fichados por sedición para intimidar a los profesionales de la comunicación que se niegan a seguir la línea del poder cada vez más sectario.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

El problema es que los medios de comunicación convencionales han dejado de cuestionar al gobierno, destacan los periodistas que se mantienen independientes. El interés público ya no está en la mente de los medios de comunicación. El propósito de los periodistas de la corriente principal, apodados medios “godi” o periodismo “complaciente”, es solo alabar a los que están en el poder.

Los medios de comunicación se han desentendido de su responsabilidad social, de hacer preguntas, y los periodistas que cuestionan, como Mohammad Zubair,  son encarcelados.

La detención de Zubair, de 33 años, marca un nuevo punto negativo para la libertad de prensa y de expresión en India, donde el gobierno ha creado un entorno hostil e inseguro para los profesionales de la comunicación.

Zubair fue detenido porque AltNews, un sitio web de verificación de hechos del que es cofundador, sacaba a menudo a la luz afirmaciones del gobierno y las contrastaba con los datos, lo que le convertía en un obstáculo para la propaganda basada en falsedades.

Zubair fue detenido en junio. Pasó 23 días en prisión y bajo custodia policial en Delhi y Uttar Pradesh, y fue liberado el 23 de julio, solo después de que el Tribunal Supremo le concediera una fianza provisional.

Poco después de salir de la cárcel, Zubair declaró al diario nacional The Hindu que cree que su detención buscó servir de amedrentamiento para los demás periodistas.

Explicó que los múltiples informes presentados contra él eran un mensaje del gobierno de que podía registrar decenas de denuncias realizadas al azar y presentadas en diferentes estados para mantener a cualquier periodista en la cárcel durante años.

Zubair quedó en libertad gracias a que una sentencia del Tribunal Supremo le concedió la libertad bajo fianza. Los expedientes presentados contra él fueron hasta extravagantes, como dos expedientes elaborados en Uttar Pradesh por haber hecho verificaciones de hechos difundidos por un canal informativo, justamente el trabajo de su medio.

Otra denuncia fue por haber llamado a un acusado de incitar al odio en Twitter, para que le brindase su punto de vista, otra verificación esencial en AltNews.

Acoso a periodistas musulmanes

Pero detrás de la persecución a Zubair, hay un elemento clave: se trata de un periodista musulmán, la mayor minoría religiosa en India y foco del sectarismo hindú en el poder. A otra periodista musulmana, Sana Mattoo, se le impidió volar al extranjero para la publicación de un libro. Para intimidar a Zubair, se presentaron cargos de blanqueo de dinero contra él.

La periodista filipina Maria Ressa, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2021, se mostró sorprendida por la detención de Zubair y de la activista de derechos humanos Teesta Setalvad. Ressa declaró a un medio digital indio que todos los periodistas deberían unirse para oponerse a estas persecuciones.

“Todo el mundo debería hablarde ello; todo el mundo debería escribir sobre esto”, dijo Ressa.

En este país con 1400 millones de personas, profesan la religión musulmana 14 %, y desde la llegada de Modi al poder la política impuesta por el partido gobernante es la de la creciente intolerancia a la minoría musulmana y sus voces destacadas.

Al periodista Kappan, que es musulmán, se le deniega la libertad bajo fianza desde 2020.

La periodista Rana Ayyub, también musulmana, es objeto de millones de tuits en su contra, lo que la convierte en una de las periodistas más brutalmente atacadas del mundo.

Ayyub, periodista independiente y columnista del diario estadounidense The Washington Post, ha utilizado su peso en las redes sociales y la atención mundial que recibe para poner de manifiesto la difícil situación de los musulmanes indios y la detención de periodistas en su país.

Fue acusada de blanqueo de dinero y fraude fiscal en relación con su campaña de crowdfunding para ayudar a los afectados por la pandemia de covid-19 en 2020 en India.

Ayyub ha negado cualquier infracción, calificando las acusaciones de infundadas. A principios de este año, los expertos independientes en derechos designados por las Naciones Unidas emitieron una declaración en la que pedían a las autoridades indias que pusieran fin al acoso sistemático contra Ayyub.

“Las autoridades indias deben investigar rápida y exhaustivamente los incesantes ataques misóginos y sectarios en línea contra la periodista Rana Ayyub, y poner fin de inmediato al acoso judicial contra ella”, según la declaración de la ONU.

Por la misma razón, India es hoy uno de los países más peligrosos y restrictivos para los periodistas. A pesar de su condición de país laico y democrático, India ocupa el puesto 142 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021 de Reporteros sin Fronteras.

Hay otras formas de incomodar a los periodistas. Se enviaron avisos al Cuerpo de Prensa de Mujeres Indias (IWPC, en inglés) para que desalojara el alojamiento que se le había asignado, ya que su contrato de arrendamiento finalizaba pronto. También se envió un aviso similar al Club de Corresponsales Extranjeros de Asia Meridional. Ambas organizaciones tienen su sede en Delhi.

Shobhna Jain, Presidenta de IWPC, dijo: «Es un procedimiento rutinario. El gobierno nos está renovando el contrato, pero tenemos la esperanza de que este año también nos lo renueven por un periodo más largo”.

La IWPC es la primera asociación de mujeres periodistas del país, fundada en 1994 como grupo de apoyo para ayudar a las mujeres a afrontar los retos que les son propios. Se trataba de garantizar que las mujeres fueran respetadas y escuchadas.

En la actualidad, más de 800 mujeres son miembros del IWPC, que utilizan los locales para establecer redes, acceder a fuentes de información, intercambiar información y compartir experiencias para hacer avanzar la profesión.

Situado en el corazón de Nueva Delhi y equipado con una biblioteca y un centro informático, el local es una bendición para las periodistas que quieren ahorrar tiempo en los desplazamientos por la extensa y caótica ciudad.

A menudo, los hijos pequeños acompañan a la periodista mientras trabaja y juegan en las instalaciones. Además, en el lugar se organizan conferencias de prensa e interacciones exclusivas con los responsables de las noticias.

¿Cuál es la solución a los crecientes ataques a los periodistas en la actualidad? Según Varadrajan, es la unidad de todos los profesionales de los medios de comunicación la que puede combatir juntos el asalto a los medios y a la libertad de expresión en el país.

A pesar de las diferencias en las convicciones políticas, los comunicadores deben apoyarse entre sí como nunca antes, considera Varadrajan, quien también habla de la necesidad crear un equipo de abogados para defender a los medios de comunicación y a los periodistas en los tribunales.

T: MF / ED: EG

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