NACIONES UNIDAS – Como una de las organizaciones humanitarias internacionales más importantes del mundo, Naciones Unidas se ha comprometido a proporcionar alimentos y medicinas a Sri Lanka, un país que sufre una gran crisis financiera que está acercando a parte de su población a la hambruna.
Desde comienzos de junio, un equipo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dirigido por su coordinadora residente en Colombo, Hanaa Singer-Hamdy, ha solicitado a los donantes internacionales más de 47 millones de dólares en ayuda para salvar la vida de 1,7 millones de personas en un país con una población de más de 22 millones.
Esto contrasta con los asombrosos 5000 millones de dólares que el gobierno esrilanqués busca para la supervivencia económica del país insular del sur de Asia durante los próximos seis meses, principalmente para alimentos, combustible y fertilizantes.
En mayo, la ONU anunció que con una donación de 1,5 millones de dólares del gobierno de Japón, El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), adquirirá medicamentos para más de 1,2 millones de personas, entre ellas 53 000 madres embarazadas y casi 122 000 niños con necesidades médicas inmediatas.
Se espera que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) reciba otros 1,5 millones de dólares de Japón para proporcionar ayuda alimentaria a los niños y las familias que la necesiten.
Además, Australia ha puesto a disposición el equivalente a casi cinco millones de dólares para la seguridad alimentaria, los medicamentos esenciales para la salud de las mujeres, la recopilación y el análisis de datos sobre nutrición con la colaboración de varias agencias de la ONU.
En la actualidad, algunos de los mayores receptores de ayuda de la ONU son países inmersos en conflictos militares, como Ucrania, Afganistán y Yemen, o los 46 Estados miembros clasificados como países menos adelantados (PMA), los más pobres del mundo.
La mayoría de los PMA son de África, como Angola, Ruanda, Zambia, Burkina Faso, Etiopía, Somalia y la República Centroafricana, mientras que entre los PMA de Asia se encuentran Nepal, Bután, Bangladesh, Myanmar y Afganistán.
Según informaciones y documentos publicados, las reservas internacionales de Sri Lanka han alcanzado un mínimo de 1900 millones de dólares, lo que equivale a fondos que podrían financiar menos de un mes de importaciones, mientras que los reembolsos del servicio de la deuda ascienden a unos 6900 millones de dólares.
El mes pasado, Sri Lanka dejó de pagar su deuda por primera vez en la historia.
Un editorial del diario Sunday Times esrilanqués sitúa el problema en su justa medida: el que una vez se llamó «el granero del Este», «está considerando recurrir al Banco de Alimentos de la Asociación Surasiática para la Cooperación Regional (SAARC, en inglés)», que aglutina a ocho países. Los aportes procederían de las reservas de India, Pakistán y Bangladesh.
El país, añade, «no solo está en bancarrota financiera, sino que avanza hacia una hambruna en pocos meses».
“De ser un país de renta media hasta hace bien poco, ha llegado a esto”, subraya el editorial.
Añade que “la presencia de su ministro de Asuntos Exteriores y del presidente del partido en el poder aceptando un contenedor de ayuda alimentaria procedente del extranjero en el puerto de Colombo, no hace más que representar una caída vergonzosa para el país y un estigma humillante para su pueblo”.
El periódico considera que el país viven un drama, “provocado por la remarcable irresponsabilidad en la toma de decisiones en materia de política agrícola en los más altos niveles del gobierno”.
Como resultado, dijo a seguidas la editorial, “ahora toca tragarse el orgullo cuando Sri Lanka apela al mundo en busca de alimentos en medio de una economía global que se enfrenta a la recesión, la inflación y un huracán de escasez de petróleo, gas y trigo”.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
¿Debería Sri Lanka, designado desde hace tiempo por la ONU como un país de renta media, dar un paso hacia las filas de los 46 PMA?
En una entrevista con IPS, el embajador Anwarul K. Chowdhury, ex representante permanente de Bangladesh y primer secretario general adjunto y alto representante de la ONU para los PMA, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo, respondió a las preguntas sobre las ventajas, privilegios e inconvenientes de ser un PMA.
“Los PMA se benefician de medidas internacionales de apoyo (MIA) exclusivas en el ámbito del comercio, la cooperación al desarrollo y la participación en organizaciones y procesos internacionales”, explicó.
Estas medidas en el ámbito del comercio, señaló, incluyen el acceso preferencial a los mercados de bienes y servicios; un trato especial en el marco de las normas de la Organización Mundial del Comercio y de determinados acuerdos comerciales regionales. También suponen asistencia técnica y desarrollo de capacidades.
Los PMA cuentan, además, con una serie de ayudas financieras y técnicas proporcionadas por socios multilaterales y bilaterales, como programas especiales y asignaciones presupuestarias en la ONU.
Entre ellas, recordó Chowdhury, se incluyen el Banco de Tecnología para los PMA y el Fondo para los PMA, establecidos por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Los PMA también disponen de ayudas para la cancelación o reprogramación de la deuda, añadió.
Otras medidas de apoyo ayudan a los PMA a participar en los foros internacionales, como los topes y descuentos en las contribuciones al presupuesto de las Naciones Unidas y el apoyo financiero para que los representantes de los PMA viajen a la Asamblea General y a otras reuniones, citó Chowdhury, que también fue asesor especial principal del presidente de la Asamblea General de la ONU durante el bienio 2011-2012.
Para el diplomático bangladeshí “no es concebible que Sri Lanka se convierta en un caso perdido internacional. Pero tiene que alejarse de la economía creada por el hombre, por decir más directamente, la actual economía impulsada por la corrupción, en la dirección correcta para volver a su desarrollo socioeconómico constante de años pasados”.
“Ser víctima de una catastrófica mala gestión económica no debería llevar a Sri Lanka a pensar en solicitar el estatus de PMA. Las Naciones Unidas definen a los PMA como países que tienen bajos niveles de renta y se enfrentan a graves impedimentos estructurales para el desarrollo sostenible”, analizó.
Además, recordó, “el ingreso en el grupo de los PMA conlleva un largo proceso y requiere el cumplimiento de los tres criterios para ser elegible”.
Sobre los inconvenientes de estar dentro del grupo de países menos adelantados, Chowdhury consideró que “en realidad, no hay ningún inconveniente, salvo la percepción psicológica de ser catalogado como uno de los países más pobres”. Algunos dicen que la inversión extranjera directa no llega”, añadió.
El diplomático recordó que, además, no es una situación permanente, y el hecho es que varios países han dejado de ser PMA o están en vías de hacerlo.
T: MF / ED: EG